Cultura

El primer simbolista andaluz

Más de treinta obras componen la exposición temporal Julio Romero de Torres, Entre el mito y la tradición, que se expone hasta el próximo 8 de septiembre en el Museo Carmen Thyssen Málaga.

Las suyas son atmósferas artificiosas pobladas por mujeres de ojos negros, piel oliva y cabellos recogidos. Se trata de un mundo ambiguo, lleno de dualidades y ejecutado con extraordinaria  precisión técnica. Un pozo de fantasmagorías que fascinan por su extraña poética. Pintor cordobés, Julio Romero de Torres supone un referente indispensable para entender la pintura española del siglo XX.

Más de treinta piezas recorren su obra en Entre el mito y la tradición, una exhibición del Museo Carmen Thyssen Málaga que recoge los mejores lienzos del artista, con especial énfasis en el universo flamenco que retrató en obras como La consagración de la copla (1911), uno de los cuadros más importantes de los que se presentaron a la Exposición Nacional de 1912, aunque no obtuviese premio alguno, lo que motivó las protestas de Jacinto Benavente o Valle-Inclán, especialmente este último, que se convirtió en su mentor durante los años del artista en Madrid.

Según la comisaria de la exposición, Romero de Torres puede ser considerado el maestro absoluto del simbolismo andaluz. Su obra se ha asociado, durante mucho tiempo, a corrientes pictóricas populares y folclóricas españolas, pero su producción posee  una identidad propia caracterizada por su fuerte carga simbólica.

Vinculado desde pequeño al Museo de Pinturas de Córdoba –su padre era Conservador del mismo a la vez que pintor–, la formación de Julio Romero de Torres estuvo ligada tanto a la influencia paterna y a la pinacoteca cordobesa como a las aulas de la Escuela de Bellas Artes y el Conservatorio de Música. En esos años comenzó a cultivar un estilo caracterizado por la luminosidad y el realismo social y en el que es posible rastrear influencias del modernismo, el prerrafaelismo y el simbolismo. También de la pintura catalana.

La primera década del siglo XX será decisiva para su formación, tanto por sus viajes a Marruecos como su constante presencia en Madrid, donde, en las tertulias del café Nuevo Levante y el  café Pombo, esta última presidida por Gómez de la Serna, entrará en contacto con los más prestigiosos literatos y artistas que residían en la capital.

Sin embargo, será a partir de su viaje a Italia en 1908 cuando su obra experimenta un giro definitivo marcado por la duplicidad, la sensualidad y el persistente gesto melancólico –a la vez que sensual-  de sus retratos femeninos, caracterizados  por una representación teatral  aunque elegante en la que no sabe qué resulta más inquietante: si el gesto misterioso de sus mujeres o el extraño paisaje donde ocurren sus escenas.

Dividida en cuatro capítulos, la exposición ofrece una selección en la que destacan La Buenaventura de la Colección Carmen Thyssen; El poema de Córdoba, (1913), pieza clave dentro de la trayectoria de Julio Romero de Torres formada por siete paneles de gran formato; Las hermanas de Santa Marina y Venus de la poesía, entre otras.

El recorrido de la exhibición subraya rasgos distintivos en la pintura de Romero de Torres: el predominio de la temática femenina; el peso del dibujo que propicia los parecidos entre su pintura y su cartelería, así como repeticiones simbólicas presentes en casi todos sus lienzos: el agua, las barajas de cartas, la fruta o los utensilios domésticos de cobre.

El sueño flamenco de Romero de Torre

Del 4 al 29 de junio, el Museo ofrecerá en paralelo a la muestra pictórica, El sueño flamenco de Julio Romero de Torres, un ciclo que profundiza en el universo flamenco que late en la obra y figura del pintor cordobés y que establece un nexo cultural entre Córdoba y Málaga.

El ciclo contará, entre otros, con la presencia del director de la película Blancanieves, Pablo Berger, el poeta y Premio Príncipe de Asturias de las Letras Pablo García Baena y la bailaora malagueña y Premio Nacional de Danza Rocío Molina.

Estos artistas, junto a otros profesionales reconocidos a nivel nacional, vincularán la producción creativa de Romero de Torres con el flamenco a través de la moda, la música y el baile o la poesía.

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