Cultura

El grabado y el vino, dos artes reunidas en un museo

Este año se ha celebrado la quinta edición del Premio Internacional de Grabado y Vino, que ha recibido un total de 107 obras. De ésas, las piezas ganadoras se exhiben en Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco, en la Rioja.

El grabado y el vino comparten método. En ambos, la paciencia y el tiempo emulsionan siluetas o sabores. En ambos resulta imprescindible saber trabajar, artesanamente, el metal o la uva. Una estampa única o un sabor especial dependen de ello. Porque ambos crean instantes. Ambos son formas de arte.Partiendo de esa idea, Eduardo Diez, responsable de actividades culturales del Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco, explica y da a conocer los detalles de la V edición del Premio Internacional de Grabado y Vino Bodegas Dinastía Vivanco, que este año ha recibido un total de  107 obras de 85 autores. La condición o el rasgo principal del certamen se basa en que las piezas que a éste se presentan siempre  vinculen el arte del grabado con el vino.“A lo largo del tiempo que hemos realizado el concurso hemos recibido piezas que luego se exponen con nuestra colección. En el Museo tenemos una amplísima colección de grabado, desde Mantegna hasta grabados de arte moderno hechos por Picasso”, comenta Diez, quien además agrega que han recibido en esta oportunidad grabados de España, naturalmente, pero también de Holanda y Rumanía. Además de autores de Japón, Chile, Cuba, Méjico, Canadá y EEUU.Los ganadores de este año Tierra roja, del grabador David Arteagoitia García, ha recibido el Primer Premio. Licenciado en Bellas Artes y doctorado en grabado por la Universidad del País Vasco, ha centrado su labor creadora en la gráfica. Tierra roja ha optado al primer premio por su interesante juego de color y texturas, y por su trabajo con diferentes técnicas, que utiliza como base el alcograbado. Es la primera vez que David Arteagoitia García se presenta al Premio Internacional de Grabado y Vino Bodegas Dinastía Vivanco.La obra de David Ortega del Campo (Madrid, 1978), titulada El espíritu del vino, ha conseguido el segundo premio: una estampa a punta seca y fotoaguafuerte sobre látex. El autor estudió Ingeniería Informática antes de licenciarse en Bellas Artes. De ahí su experimentación con nuevos soportes, más versátiles, en los que combina las técnicas digitales con la gráfica tradicional. Han recibido mención honorífica los trabajos de Juan Lara Hierro (Cepa 1), Elena Nieto López (A vuelo de pájaro) e Igone Urquiza Valiente.

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