Luis García Berlanga nació en Valencia el 12 de junio de 2021, hace hoy exactamente un siglo. Durante los últimos meses, y especialmente esta última semana, los homenajes y los recuerdos se han sucedido hasta llegar al momento cumbre de este año de celebración el pasado jueves, cuando salió a la luz el legado que el cineasta depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes: el guion inédito de la que debía haber sido la cuarta parte de la Trilogía nacional, bajo el título de ¡Viva Rusia!.
Esta sorpresa -que muchos barajaban entre las opciones- ya puede verse en la exposición Berlanguiano. Luis García Berlanga 1921-2021, que se puede visitar hasta el 5 de septiembre en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y que está organizada por la Academia de Cine. Este legado se encuentra en el último tramo de este recorrido por la trayectoria cinematográfica de Berlanga, tan lúcida, irónica y acertada con la idiosincrasia española, que no pierde lustre con los años y sigue sirviendo de guion de un país que en ocasiones parece repetir los mismos errores y que no consigue escapar de ciertas tentaciones.
Berlanga reivindicó con su cine la comedia popular como el único género genuino español, pero también lo hizo con sus propias palabras. En 1994, el cineasta valenciano se hizo con el Goya a la mejor dirección por Todos a la cárcel y en su discurso de agradecimiento dedicó su galardón a aquellos compañeros de profesión que "en los años 50 rompieron de una vez con aquel cine sombrío histórico que representaba el cine del franquismo y fueron los primeros en crear un género autóctono español, que no existe nada más que en España, que es la comedia popular".
La comedia popular ha sido muy maltratada por los críticos y, sin embargo, ahí está nuestro mejor género y el único género genuino español", recalcó Berlanga tras recoger el único Goya de su carrera
"Ha sido muy maltratada por los críticos y, sin embargo, ahí está nuestro mejor género y el único género genuino español", recalcó entonces Berlanga, quien se consideraba a sí mismo y a todos los cineastas que abrazaron la comedia herederos de Carlos Arniches. Sea o no verdad, lo cierto es que el humor brillante e inteligente le sirvió para representar una realidad caricaturizada de lo que consideraba el esperpento nacional y que retrató con tanta precisión.
Esperanza García Claver, comisaria de esta exposición, destaca que Berlanga fue "el gran cronista de la historia española del siglo XX" y un "transgresor" que retrató "hasta el final" los diferentes estratos de la sociedad española siempre amparado en la comedia, con una visión "mordaz" que con los años se caricaturizó cada vez más, según cuenta García Claver y recoge Vozpópuli.
Los aficionados al cine de Berlanga descubrirán en esta exposición la mirada de esos fotógrafos coetáneos que también supieron retratar ese costumbrismo, pero también descubrirán sus primeros pasos en la Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC), donde coincidió con Juan Antonio Bardem, Florentino Soria y Agustín Navarro.
Berlanga: sátira, crítica y censura
Esta exposición se detiene "en los códigos que se entrecruzan en su cine y en el porqué de esa identidad popular que forma parte de la tradición realista de la cultura española", desde su primera película, Esa pareja feliz, codirigida con Juan Antonio Bardem, de quien fue "compañero de pupitre" de la escuela de cine, hasta París-Tombuctú (1999).
Entre una y otra, un largo recorrido por títulos como la sátira política de Bienvenido, Mister Marshall (1953); el humor ácido y la crítica mordaz de Plácido (1961), que cambió de título tras la censura de la primera opción, Siente un pobre a su mesa; la Trilogía Nacional -La escopeta nacional (1978), Patrimonio nacional (1981) y Nacional III (1982)-, una crítica al tardofranquismo y a la corrupción de cualquier poder; o La vaquilla (1985), la más aplaudida de su última etapa, con la que evidenció el sinsentido de la Guerra Civil y que tuvo que esperar varias décadas para ver la luz, ante los obstáculos de la censura.
Berlanga, el genio español que este sábado habría cumplido cien años, era considerado "el azote de cualquier tipo de dictadura", según señala la comisaria de la exposición, "al ponerse del lado del individuo que se arriesga a enfrentarse al grupo, al poder, a la sociedad, aunque lo haga por sus intereses"
Berlanga, el genio español que este sábado habría cumplido cien años, era considerado "el azote de cualquier tipo de dictadura", según señala la comisaria de la exposición, "al ponerse del lado del individuo que se arriesga a enfrentarse al grupo, al poder, a la sociedad, aunque lo haga por sus intereses". Con suerte, el cineasta valenciano ha conseguido con sus películas y su mirada agridulce lo que nadie ha logrado antes: poner de acuerdo a una España dividida en dos.