Hollywood se resiste a tener un mero papel secundario en un país como China, que con 2.000 millones de dólares de recaudación en taquilla al año, se ha convertido ya en la segunda industria cinematográfica del mundo. Con el fin de esquivar la censura y las restricciones comerciales que impone, la meca del cine estrecha lazos con el gigante asiático y se dispone a colaborar con él en numerosas superproducciones a lo largo de los próximos años.
China se ha caracterizado siempre por ser muy proteccionista respecto a las industrias culturales, poniendo trabas a la entrada de películas extranjeras. Sin embargo, las reglas comienzan a cambiar, hasta el punto de que 'Titanic 3D' es ya la primera cinta americana en haber recaudado más dinero en China que en Estados Unidos.
Desde que el vicepresidente chino visitara Washington D.C. el pasado mes de febrero, ambos países han firmado varios acuerdos sobre cine: China aumentó de 20 a 34 el cupo de películas extranjeras que pueden estrenarse al año, con la condición de que puedan proyectarse en salas IMAX o 3D.
De los 200 M. de dólares que recaudó el film 'Avatar' en China, Cameron recuperó 30 M.
Asimismo, elevó el margen de beneficios que le corresponde a las majors americanas sobre lo recaudado en taquilla, hasta el 25% desde el 17,5% anterior. Y es que ese ha sido el principal problema al que se han enfrentado los cineastas americanos.
Por poner un ejemplo, de los 200 millones de euros que recaudó la película 'Avatar' en China, James Cameron sólo recuperó cerca de 30 millones. No obstante, mediante la coproducción -sistema por el cual varios países financian una película resultando coautores de la misma- el porcentaje de beneficios aumenta considerablemente, hasta un máximo del 45%.
La conquista de Oriente
La fiebre por coproducir con China no se ha hecho esperar. Walt Disney Co. anunciaba en abril que la tercera entrega de la saga 'Iron Man' se iba a coproducir con la empresa china DMG Entertainment. "Será la primera vez que China y Hollywood cooperen en una superproducción de millones de dólares", afirmaba el presidente de DMG, Dan Mintz.
La noticia llegaba pocas semanas después de que su gran rival en la animación, Dreamworks, abriera un estudio en Shanghái al rebufo del éxito cosechado en el país con los films de 'Kung Fu Panda'. Incluso el propio James Cameron estudia trasladar la producción de las secuelas de 'Avatar'.
"A partir de ahora, China podrá controlar la imagen que Hollywood ofrece de su cultura"
Aparentemente, todos ganan
Para la industria norteamericana, este sistema resulta muy ventajoso. No sólo sacarán más rentabilidad a sus películas en las taquillas chinas, sino que gozarán de mayores presupuestos y de mano de obra más barata.
Pero China no se queda atrás. "Este modelo le permite crecer en el mercado del cine y atraer capital extranjero, que creará nuevos puestos de trabajo y garantizará el ansiado 'know how' para crear superproducciones en su propio país", aseguran fuentes del sector consultadas por VozPópuli.
Si no puedes vencerlos, únete a ellos
"Hasta ahora había muchos trabajos que se hacían por encargo en China, sobre todo de animación y efectos especiales, pero no se tenía acceso a la producción ni a la autoría de las obras. A partir de ahora, China podrá cuidar la imagen que Hollywood transmite de su cultura", explican.
David Franzoni, productor de la aclamada 'Gladiator', fue contratado por una productora estatal china para escribir el guión de una película sobre la dinastía Tang. Él propuso que el protagonista fuera un general rebelde, pero para los censores no había nada de heroico en su traición, por lo que exigieron la reescritura de la historia e incluyeron un castigo ejemplar para el general.
Este parece ser el objetivo principal por el que las autoridades chinas aceptan esta peculiar alianza. En lugar de recurrir a la censura, forman parte del proceso creativo; o en otras palabras, si no puedes vencerlos...