Una aeronave descendiendo de forma vertical en el césped de la Casa Blanca se ha convertido en una de las escenas más icónicas de las presidencias estadounidenses. Fue Dwight D. Eisenhower el primero en utilizar helicópteros, pero veinte años antes, el presidente Herbert Hoover miraba al cielo desde los jardines de la Casa Blanca para contemplar y galardonar el aterrizaje del autogiro de Juan de la Cierva.
Hace justo un siglo, durante el mes de enero de 1923, los aeródromos madrileños de Cuatro Vientos y Getafe vieron un extraño artilugio que intentaba alzarse al cielo. El autogiro era una mezcla entre aeroplano y helicóptero que causó sensación. Contrariamente a lo que muchos piensan, De la Cierva no fue el primero al que se ocurrió instalar unas hélices encima de la cabina de la aeronave, la idea del despegue y aterrizaje vertical era mucho más antigua, trazada en los grabados de Leonardo Da Vinci y probada en bocetos y pruebas reales entre los siglos XVII y XIX. En la primera década del siglo XX, ya están documentados los primeros vuelos tripulados que consiguieron alzarse del suelo de manera vertical. La innovación del español consistió en el autogiro, por el que el rotor gira continuamente mientras el avión está en el aire, proporcionando la mayoría de la sustentación necesaria para mantener el vuelo. Tras los fracasos iniciales de sus primeros prototipos, De la Cierva estaba obsesionado con salvar el fenómeno conocido como entrada en pérdida, una disminución en la fuerza de sustentación que hace que las aeronaves caigan al suelo a plomo.
Antes de su exitoso modelo C4 por el que pasó a la historia, el ingeniero había fracasado tratando de hacer volar su aparato, hasta que el 9 de enero el teniente de Caballería Alejandro Gómez Spencer tripuló el primer despegue exitoso de la nave. Esta primera intentona fue un breve salto, pero el 31 de enero realizó un vuelo de más de tres minutos, a una altura superior a los veinticinco metros.
El ingeniero siguió mejorando su máquina y el 12 de diciembre de 1924, el capitán de artillería Joaquín Loriga realizó un vuelo entre los aeródromos de Cuatro Vientos y Getafe en ocho minutos. En 1926, con ayuda de inversión británica fundó en Londres la empresa The Cierva Autogiro Company Ltd. A finales de los años veinte, era el propio De la Cierva el que se ponía a los mandos de la nave para en 1928 cruzar el Canal de la Mancha.
Muy a pesar del ingeniero, un ferviente monárquico cuyo padre había sido ministro en varias ocasiones, en España se proclamaba la Segunda República. Días más tarde su autogiro aterrizaba en la Casa Blanca, y el presidente Hoover galardonaba a De la Cierva y sus socios de la 'The Pitcairn-Cierva Autogiro Company of America' con el trofeo Collier, premio de la National Aeronautic Association.
Los premios se sucedían, fue amigo de los inventores del momento Marconi, Ford y Edison que estaban cambiando el mundo, y él seguía haciendo exhibiciones y viajes como el que conectó Londres con San Sebastián. Asentado el Londres buscaba inversión para desarrollar sus autogiros, pero de forma paralela participó en el golpe de Estado contra la República del 18 de julio de 1936.
Papel en el golpe de Estado
Según la investigación del historiador Ángel Viñas, De la Cierva estuvo implicado en los preparativos del golpe de Estado del 17-18 de julio de 1936, en concreto en el alquiler del avión ‘Dragon Rapide’ que transportó a Franco de Canarias a Marruecos para ponerse al frente de las tropas sublevadas.
El historiador especializado en la Guerra Civil y el franquismo también asegura que el ingeniero viajó hasta Roma para solicitar ayuda a Mussolini para el golpe. Viñas también publicó una carta enviada por Juan de la Cierva al general golpista Emilio Mola, fechada en Londres el 19 de septiembre de 1936, en la que informaba de su intermediación en la compra de armas y munición en la Alemania nazi para fortalecer al bando sublevado, y que terminaba de esta forma: “Voy ahora a ocuparme de las otras misiones que V. y Franco me encargaron y que daré cuenta. Hasta pronto espero. Quedo a sus órdenes. Le envío un fuerte abrazo. ¡Viva España!”. Paradójicamente, una persona a la que tanto le había preocupado la seguridad perdió la vida en un accidente aéreo el 9 de diciembre de 1936 cuando se dirigía a Alemania.
Aeropuerto de Murcia
En el verano de 2021, el Gobierno de Murcia (PP y Vox) se mostró partidario de que el aeropuerto de la capital fuera bautizado con el nombre del inventor, algo a lo que se opuso el Gobierno central (PSOE y Unidas Podemos), basándose en el trabajo de Viñas anteriormente citado. El Gobierno regional destacó que la figura del inventor nunca había suscitado "enfrentamiento, ofensa o agravio ni exaltación a los enfrentados”, sino que ha sido “siempre punto de encuentro, sin que sus ideas suscitaran controversia, ni en aquel contexto de Guerra Civil ni en la historia más reciente de España”.
En mayo de 2022, el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Murcia aprobó el nombramiento, pero el Ejecutivo de Sánchez presentó un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia (TSJMU). Dicho tribunal falló a favor del Gobierno y suspendió el acuerdo adoptado el 12 de mayo por el Ejecutivo regional para nombrar el aeropuerto. En ese mismo verano, el Gobierno también despojó a los descendientes del inventor el título nobiliario de condes de la Cierva, concedido por Franco. Aunque se llegaron a instalar carteles con el nombre del ingeniero, el nombre oficial del aeropuerto sigue siendo Aeropuerto Internacional Región de Murcia.
Aquiles
Se imaginan lo que hubiera sido vivir en la Union Sovietica de las Naciones de España , durante 40 años ...o mas ???.....
00_andurinha
Hay que dedicar calles a mediocres de abrevadero como Almudena Grandes, mientras que el nombre de Juan de la Cierva, uno de los inventores con mayor talento de España, ni aparecerá en los libros de texto.
UNCAS
Mientras los polítcos sigan utilizando la historia como arma partidista y electoralista, España no levantará cabeza jamás.
UNCAS
País de cainitas. Que pena.