Fue un error, uno de esos que ya no se pueden echar para atrás. Convencida de que la visita de Bollywood -la potente industria de cine en India que rueda- a Madrid para celebrar aquí la gala de sus premios sería la panacea del turismo y las industrias culturales en la ciudad, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, movió Roma con Santiago y hasta desembolsó una subvención de 1 millón de euros -casi el doble de lo que aporta el Ayuntamiento al Teatro Real- para hacerlo posible. Hasta allí todo bien. El problema es que se los dio a un Bollywood que levanta suspicacias. O lo que es peor: a un Bollywood que no es exactamente Bollywood.
El problema es que se los dio al Bollywood equivocado. O lo que es peor: a un Bollywood que no es exactamente Bollywood.
El Ayuntamiento ha tenido que aclarar algunas cosas después de que la prensa descubriese que había un pufo. La subvención del millón de euros no ha sido para la Academia Internacional de Cine Indio, que no existe como tal, sino a una empresa de marketing -Wizcraft International Entertainment Singapore PTE LTD-, verdadera propietaria del lema International Indian Film Academy (IFFA). Se acordó así la celebración de la gala entre el 23 y el 26 de junio Madrid coincidiendo con el 60 aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre España y el país asiático. De hecho, justo este lunes, Carmena sacaba pecho de lo que sería el evento cultural del verano.
En una rectificación a los Presupuestos de 2016 firmada el 8 de marzo por el coordinador general de la Alcaldía, Luis Cueto, se señala que la subvención nominativa para la organización "de los premios Oscar de Bollywood" en la ciudad de Madrid por importe de 1.000.000 euros, figura a favor del beneficiario identificado erróneamente como ‘‘International Indian Film Academy (IIFA)’’, cuando debe constar como beneficiario ‘‘Wizcraft International Entertainment Singapore Pte Ltd’’".
En ese documento, Cueto también subraya que la empresa de marketing es la verdadera organizadora de los premios y que la academia subvencionada con un millón de euros es sólo una marca: "Wizcraft International Entertainment Singapore es la persona jurídica que efectivamente se encarga de organizar la celebración del evento, en tanto que la International Indian Film Academy (IIFA) carece de personalidad jurídica ya que, tal y como se desprende de la documentación escrita que se ha ido recibiendo para la gestión de la mencionada subvención, no es ninguna entidad». Y concluye Cueto apuntando que IIFA es "únicamente una marca cuyos derechos de propiedad pertenecen a la citada empresa Wizcraft International Entertainment".
Según información publicada por la prensa nacional, Wizcraft, empresa propietaria de International Indian Film Academy y receptora de un millón de euros por parte del Ayuntamiento, está siendo investigada por la Unidad de Delitos Económicos de Bombay por haber recibido -presuntamente- unos "fondos sospechosos" (seis millones de euros) de una empresa de marketing acusada de estafa piramidal. Son ellos quienes han ecibirá la cuarta subvención nominativa (directa) más cuantiosa, sólo por detrás de Cruz Roja Española, la Federación de Centros para la Integración de Ayuda a Marginados y la Asociación Católica Española de Migración. Con este, van ya cuatro 'errores' o acaso polémicas consecutivas dentro la administración de Carmena en materia cultural: los belenes y caravanas, el primero; la retirada de nombres de forma equivocada por la aplicación de la Ley de Memoria Histórica, el segundo; el affaire Titiriteros y ahora esto.
Según información publicada por la prensa nacional, Wizcraft, empresa propietaria de International Indian Film Academy y receptora de un millón de euros por parte del Ayuntamiento, está siendo investigada
Sin embargo, hay algo todavía más dramático: la imposibilidad de impulsar Marca Madrid. Quienes lo han intentado han fracaso estrepitosamente. Fue lo que ocurrió a la ex alcaldesa Ana Botella, que no sólo no consiguió los Juegos Olímpicos, sino que comprometió proyectos culturales que no llegaron a buen puerto, de la peor manera posible. En enero de 2014, la licencia para las obras de la Fundación Norman Foster fue concedida por el Ayuntamiento. Sin embargo, los técnicos del informaron por escrito que había incumplimientos y el proyecto debía volver a pasar por la Comisión para la Protección del Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Madrid (CIPHAN), en la que se aprobó el proyecto. Una oferta más jugosa en Nueva York echó el proyecto por tierra.
Necesitada de un atractivo arquitectónico y turístico para Madrid, Botella emprendió muchos más proyectos. Anunció entonces, a bombo y platillo, la puesta en marcha tres proyectos museísticos: el de la Fundación Masaveu, el Museo Emilio Ambasz y finalmente el de la Fundación Norman Foster, estrepitosamente vapuleado por 'razones nimias' si se comparan con las concesiones hechas por el propio Ayuntamiento a un proyecto como el de Ambasz, cuyo nivel de protección patrimonial fue incluso rebajado. Siendo una de las ciudades que concentra en una misma manzana las obras fundamentales de la historia del arte Occidental, los regidores de Madrid han perdido la cabeza para conseguir hacerla brillar, cuando los verdaderos metales preciosos están sometidos a recortes o levísimas recuperaciones.