El verdadero juguete caro de Universal Pictures es la saga Fast & Furious, cuya ascendente recaudación desde sus orígenes en 2001 ha acabado convirtiendo un filme de acción juvenil de serie B en un gargantuesco blockbuster de reparto coral y hazañas casi supe heroicas, responsable de haber inyectado verdadero carburante en el género a lo largo de sus últimas secuelas. La muerte el pasado año de Paul Walker, segundo de a bordo junto a Vin Diesel, hizo peligrar la niña bonita del estudio, pero su resurrección por obra y gracia de los efectos digitales y un importante trabajo de ingeniería en el guión (la cinta tenía que haberse estrenado el pasado año) han obrado el milagro: Fast 7, el gran debut en el cine de acción del brillante realizador de terror James Wan, está tan bien y es tan graciosa e inconcebible como las dos últimas entregas. Y a tenor de los 115 millones que se esperan que recaude en tres días sólo en EEUU, tampoco será la última.
La serie Divergente: Insurgente (1 de abril)
Las adaptaciones de la saga de literatura young adult de Veronica Roth continúa con Insurgente, segunda entrega de la que se ha convertido en gran competidora de Los Juegos del Hambre en esa carrera por el futuro distópico más totalitario del cine contemporáneo. Su heroína, la excelente Shailene Woodley, ya se ha convertido en una guerrera capaz de plantar cara a los líderes de Erudición, liderados por una Kate Winslet que repite rol de villana. La clave esta vez parece ser meter mucho más ruido que en la primera entrega, adoptar forma de thriller (bye bye, relato de maduración) y preñar el reparto de secundarios con promesas interesantes (Milles Teller, Ansel Elgort...) que esta vez cobran más protagonismo. Suena bien, pero en realidad Insurgente también nos la sabemos: estamos ante una nueva promesa de cine de aventuras circunspecto y preocupado, que adopta motivos nada anacrónicos pero al final sin verdadero aliento. Es decir, una película que nos emplaza a la siguiente y que es como una de esas simulaciones con las que pelea la protagonista.
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Cenicienta (Estreno: 27 de marzo)
Que el bardo Kenneth Branagh está bien a gusto con los blockbusters USA (sus últimos filmes han sido Thor y Jack Ryan) es a estas alturas un hecho. El irlandés recogió el testigo de Mark Romanek (Retratos de una obsesión) para rodar el cuento Disney más elegante de todos las que han salido al mercado desde que Alicia en el País de las Maravillas, de Tim Burton, iniciara la actual serie de readaptaciones en carne y hueso de los clásicos animados del estudio. Los ingredientes son sencillos: actores británicos (salvo la australiana Cate Blanchett, que naturalmente se queda con la película), buenos sentimientos y una puesta en escena suntuosa para un cuento romántico intachable que no trata de inventar la rueda y que -a lo mejor por eso mismo- está rodado con absoluta convicción.
Focus (27 de marzo)
Will Smith trata de recuperar el pulso de su carrera con Focus, una elegante, entretenida pero un poco insuficiente comedia de estafas y amoríos coprotagonizada por la australiana Margot Robbie, verdadera ladrona (de escenas) con la que el astro repetirá en su futura incursión en el cine de superhéroes, Suicide Squad. El fondo y la forma de Focus recuerdan a ciertas aventuras pícaras de los sesenta y setenta realizadas tanto en EEUU como Reino Unido, y eso es bueno. Pero uno no se quita la impresión de estamos ante un intento de Smith de repetir sus jugadas de décadas pasadas, cuando su nombre bastaba para convocar al público a las salas, aunque sin poner toda la carne en el asador. La constante banda sonora y la cuidadosa fotografía, combinada con un diseño de producción lujosísimo, envuelven al espectador y realzan el glamour de sus dos estrellas. Glenn Ficarra y John Requa, directores de la estupenda Philip Morris ¡Te quiero! y la estimable comedia romántica Crazy, Stupid Love, lo han hecho mejor en esas ocasiones, pero aunque no dejen marca entretienen. Signo de los tiempos, películas como la presente ahora son casi rarezas, por lo que el filme no ha acabado de funcionar en la taquilla USA.
Home. Hogar dulce hogar. (19 de marzo)
Quién le iba a decir a Jeffrey Katzenberg y Dreamworks Animation, responsables de Shrek y la mitad de los éxitos animados de la última década y media, que todo iba a acabar de esta manera. Pese al Oscar (un tanto chocante) a Cómo entrenar a tu dragón 2, claramente superior a la presente, el estudio afronta una más que probable quiebra y Home, película que parece producto de esa reducción de costes e ideas, no parece que vaya a ayudar mucho a corregir el rumbo. Pese a la presencia en el doblaje original de Rihanna o Jim Parsons (The Big Bang Theory), estamos ante el típico filme de la compañía, una aventura de animación sota-caballo-rey que gustará a los niños, soportarán los mayores, pero que no aporta absolutamente nada al adocenado panorama animado de este año. Hasta que, claro, los señores de Pixar se descuelguen con Inside Out este verano, y este humilde plumilla tenga que ajustarse los machos y tragarse esa frase.