Cultura

10 razones por las que El Niño supera a Ocho apellidos vascos y sin Fiesta del Cine

Comedia romántica versus película de acción; risa floja contra adrenalina; los del Río en calesa contra persecuciones en helicóptero… ¿Por qué la nueva película de Daniel Monzón ganará al fenómeno Ocho apellidos vascos? A diferencia de la cinta de Emilio Martínez Lázaro, ésta no ha coincidido ni siquiera con la Fiesta del Cine y ya reventó taquilla.

Riesgo, adrenalina y persecuciones a mar abierto son algunos de los ingredientes que adoban la trama de El Niño, la última película de Daniel Monzón, un filme que en su fin de semana de estreno ha recaudado 2,85 millones de euros convirtiéndose así en el mejor arranque de 2014, por encima de Ocho apellidos vascos, la película española más taquillera de la historia y que sin embargo no superó los 2,7 millones de euros en su primer fin de semana en taquilla.

La pregunta sería, acaso, cuáles son las razones por la cuales El Niño triunfa en España, justamente en una época en la que la taquilla atraviesa sus días más flojos –no hay que olvidar que Ocho apellidos vascos tuvo el empujoncito de la Fiesta del cine-. Una mezcla de varias cosas podría explicar el éxito de este largometraje. Aquí ofrecemos diez razones.

  1. Mediaset contra Mediaset. Al igual que Lo imposible, de Bayona, Celda 211 y la propia Ocho apellidos vascos, El Niño cuenta con la participación de Telecinco Cinema, productora de Mediaset España, uno de los grupos mediáticos más potentes en lo que a visibilidad, promoción y publicidad se refiere. Se trata, sin duda, de una máquina de producir éxitos. Si a eso se suma la colaboración de ETB y CANAL+, el asunto está garantizado.
  2. Allí donde hay acción, ¡que se aparte la comedia romántica! No hay nada que atraiga más al público que una comedia romántica; bueno sí: un estreno de acción. La película de Monzón combina en perfecta medida los ingredientes básicos de esa receta: persecuciones a mar abierto, escenas de helicópteros sobre aguas embravecidas,… Es decir, el cine como espectáculo, como entretenimiento, la base de la ecuación.
  3. Menos apellidos y el doble de presupuesto. Además del género, existe una enorme diferencia entre El Niño y Ocho apellidos vascos: el presupuesto. Tres millones de euros contra seis. Para muchos, esa cifra obliga a El Niño a tener un recorrido comercial más intenso, como parece haberlo demostrado en su primer fin de semana en taquilla.
  4. Un director veterano.  Esta es su quinta película. En 2009, Monzón se cubrió de gloria con Celda 211, un largometraje que narra el enfrentamiento de un funcionario de prisiones a un motín carcelario, en su primer día de trabajo. Recibió ocho premios Goya, incluyendo los de mejor película y mejor director.
  5. Caras nuevas. Jesús Castro ha sido el bombazo, todo un descubrimiento: un chico de 21 años que pasó de asistir a sus clases de electrónica a ocupar el centro de un rodaje y entenderse, de pronto, con el negocio del espectáculo. La suya ha sido una apuesta en toda regla: una cara joven y nueva –sin fracasos ni pelotazos previos- que aporte frescor a la cinta a la vez que haga las veces de señuelo.
  6. Un actor de peso que cambia de registro. En esta receta taquillera hace falta, por supuesto, el ingrediente fuerte. En este caso, un actor de suficiente musculatura que se eche encima el peso interpretativo. Ese es el caso de Luis Tosar. El actor gallego, que ya brilló con Monzón en Celda 211, combina la fuerza de su capacidad interpretativa con un cambio que le favorece. A diferencia de personajes como Malamadre o César, el malvado portero de Mientras duermes, esta vez encarna a un policía que persigue el tráfico de drogas.
  7. Un buen guión, un tema atractivo. El paso y comercio de droga en el estrecho de Gibraltar, la frontera sur de Europa, es un foco de interés en muchos aspectos. Son apenas dieciséis kilómetros que separan África del Viejo Continente, pero es allí donde se levanta la llamada ruta del Hachís. En 2011 llegaron a decomisarse 12 toneladas. Un thriller policiaco es, sin duda, un género perfecto para contar la historia. Algo que tanto Jorge Guerricaechevarría, guionista de Monzón, como el propio director, supieron desde un comienzo.
  8. Viento a favor. Aunque el Ministerio de Hacienda se empeñe en dificultar a la industria cinematográfica española su despegue –no hay más que echar un ojo a la pírrica desgravación de la reforma fiscal-, El Niño navega con el impulso de los buenos resultados de Ocho apellidos vascos –más de 6,5 millones de espectadores-.
  9. Efecto bola de nieve. Aunque no las tuvo todas consigo en un comienzo con la crítica, Ocho apellidos vascos consiguió capitalizar una empatía entre el público y supo jugar, muy bien, la baza de las redes sociales, a las que consiguieron sacarle el jugo. El Niño, en cambio, contó desde un principio con los mejores augurios y apuestas.
  10. Sin empujoncito. Ocho apellidos vascos coincidió en la cartelera con la Fiesta del Cine. Eso ayudó, sin duda, a hacer crecer el fenómeno. Con un precio de 2,90 la entrada, el filme consiguió montarse en la cresta de la ola de espectadores que esos días acudieron masivamente a las salas de cine. La película de Daniel Monzón, recaudó en cambio 2,85 millones de euros en su primer fin de semana, durante un verano de espanto para la taquilla del cine español.

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