El asunto comenzó cuando los Foo Fighters hicieron su versión del Ice Bucket Challenge. Dave Grohl, el líder de banda, le dio a su remojón una vuelta. Para conseguirlo, se inspiró en la película Carrie, cinta basada en la novela homónima del escritor Stephen King, y en la que su protagonista -una estudiante de instituto que sufre cualquier clase de vejaciones y humillaciones- es empapada con cubo de agua de sangre de cerdo en su baile de graduación.
Vestido como la reina del baile de secundaria de una preparatoria norteamericana, Grohl completó el reto; según muchos, uno de los más originales. Para seguir con las reglas de la campaña para recaudar fondos y concienciar sobre los efectos de la ELA, Grohl nominó Stephen King, autor de la novela original, y John Travolta, uno de los protagonistas de la película de 1976.
Con un plazo de 24 horas de por medio, Stephen King se sometió aceptó el desafío y lo dedicó a su amigo, el también escritor Rocky Wood, quien padece justamente Esclerosis lateral amiotrófica (ELA). El conocido autor de novelas de terror retó a su vez al superventas de thriller policiaco, John Grisham.
Grisham aceptó, no sin lanzarle antes a Stephen King unos cuantos dardos. Tras saludar a su viejo amigo Stephen King “que ahora es sólo un simple conocido", dijo, Grisham se puso frente a la cámara con un cigarro en la boca hasta que recibió, como todos, su balde de agua helada.
También el autor de la serie de novelas en la que se basa Juego de tronos se ha arrojado un cubo de agua helada para ayudar a los enfermos de Esclerosis Lateral Amiotrófica. Sin embargo, a juzgar por el temor que tienen los fanáticos de las novelas a que una muerte prematura le impida a G.R.R. Martin finalizar la saga, más de una habría impedido el desafío del novelista.