A sus 53 años, Tom Cruise vuelve a interpretar al súper agente del servicio secreto IMF de la saga Misión imposible. Vuela, bucea, dispara, conduce moticiletas, hace volar coches por los aires y pelea contra un enemigo en la sombra. Rueda las escenas sin dobles o al menos eso dice él. Misión: Imposible. Nación secreta no defraudará a quienes asistan a verla buscando lo mismo de otras veces: entretenimiento puro y duro, un largometraje bien producido, con escenas trepidantes, un punto de humor y un villano de manual.
A eso hay que sumar, y no como algo marginal, en absoluto, unas cifras que superan -con creces- a las entregas anteriores de la saga: más de 51 millones de euros, el mejor estreno de Tom Cruise en la última década -en 2014, su largometraje Al filo del mañana, apenas consiguió colocarse en tercer lugar en el ranking de recaudadión- y el segundo mejor estreno de esta franquicia. La película llega a España el viernes 7 de agosto.
En un momento en el que rebrotran las terceras, cuartas y quintas partes de las secuelas de acción como Terminator Génesis y los actores que las protagonizaron, como Arnold Schwarzenegger, Misión imposible tira del clásico entre antagonistas para darle vidilla a las fórmulas de toda la vida. El enemigo esta vez es The Syndicate, un grupo de villanos tan oscuro y misterioso que hace que su existencia sea casi un mito, lo que hace más difícil detener sus planes de cambiar el orden social mediante sutiles ataques terroristas. Ejem, ejem, un alegato sofisticado: pseudoanarquismo travestido en delito, del tipo El caballero oscuro: La leyenda renace.
Con tanta competencia de películas de acción en el mercado, el director del filme, Christopher McQuarrie, señala que la novedad se ha centrado en crear una nueva dinámica en el grupo de espías liderado por Hunt y conocidos ya por el público. ¿Cómo? Pues introduciendo un nuevo personaje: la misteriosa y mortal Ilsa Faust, interpretada por Rebecca Ferguson, un personaje que -a la manera de la Selina Kyle de Anne Hathaway- se mueve en una territorio ambiguo: ¿es ella de los buenos o los malos?
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Las secuencias de esta entrega de Misión imposible han sido rodadas en los más variados lugares desde los bastidores de la Ópera de Viena hasta en una instalación subacuática en Marruecos. El uso de imágenes creadas por ordenador ha sido reducida al mínimo y las escenas de acción, el mayor atractivo de la cinta, incluyen largas persecuciones con motos y coches, la mayoría de ellas filmadas sin dobles ni animaciones.
En dos platós, esto es real: dicen los productores. Cinco películas y 19 años después de aquella Misión: Imposible con la que Brian de Palma actualizó la famosa serie de finales de la década de 1960, es difícil imaginarse a Ethan Hunt con un rostro diferente al de Cruise (que es también productor de la saga)."No puedo imaginar una Misión: Imposible sin Tom. No sé cómo sería", reconoció McQuarrie. Cienciología y extravagancias a un lado, lo cierto es que a Cruise no le viene nada mal el chute de masas para revitalizar una filmografía acaso demasiado discreta en los últimos años.