Jaime Nuño estuvo el viernes pasado en la finca Mas del Vent, en Palamós. Recorrió y observó el conjunto de dos galerías de 20,8 metros por 21, 9 de alto formadas por diez arcos. Examinó los capiteles y la piedra trabajada con figuras de animales y seres sobrenaturales y aún así, el director del Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María la Real no se siente seguro para afirmar nada al respecto, ni a favor, ni en contra.
“No podemos someternos a ese vértigo de diagnosticar a partir de primeras impresiones. En el recorrido que se hizo el pasado viernes, Gerardo Boto ni siquiera había visto el claustro cuando ya le pedían un diagnóstico certificado de la autenticidad o no del claustro”, comenta Nuño al referirse al profesor leonés, quien por casualidad se topó con la imagen de los arcos en una revista de decoración francesa y a partir de ahí inició una investigación que le llevó a contactar con los propietarios.
“Hay distintos niveles de estudio que habría que aplicar para conocer la autenticidad o la procedencia del claustro. Para saber si estamos ante una obra original o no, hay que hacer estudios petrológicos. La investigación, si es seria, tiene que estar permanentemente abierta a pruebas, eso no puede resolverse en una semana ni en dos días”, comentó.
“En la visita que se hizo, yo mismo pensé al verlo, que podía venir de Gumiel de Izán, luego lo pienso detenidamente y ya no me convence . Por eso pienso ... Dejen respirar a Boto, él es un especialista en el mundo románico, concretamente en el mundo de Silos, y para eso se necesita tiempo si se quiere hacer una investigación seria”