Cultura

La grandeza incomprendida de Coldplay

Emperadores del pop de estadio, los británicos conquistaron al gran público con canciones que reconfortan en tiempos de competición y hostilidad

  • Coldplay en concierto -

Atentos a esta frase: “Coldplay anuncian su cuarto y último concierto en el Estadio Olímpico de Barcelona”. Parece neutral, pero no lo es tanto. La promotora tiene que añadir la expresión “y último” porque debido a la “espectacular demanda” podrían perfectamente añadir un quinto y qué sabe si un sexto. Por ejemplo, en Buenos Aires hicieron diez estadios de River Plate y les vieron nada menos que 800.000 personas . ¿Qué nos dice esto sobre uno de los grupos más insultados y menospreciados por la prensa cultural en nuestra época? Nos dice que la crítica musical se entera de cada vez menos cosas y que el gran público sabe reconocer la grandeza pop cuando la tiene delante (al menos así lo ve este veterano cronista de Vozpópuli).

Se ha dicho de Coldplay que son una versión descafeinada de U2, cuando es más preciso señalar que son unos Echo & The Bunnymen con mejor vocalista y mejores melodías (o unos alumnos de Phil Collins más cordiales y envolventes). Se ha escrito que hacen “música para ascensores de hoteles de cinco estrellas en Dubai” cuando en realidad hacen canciones perfectas para abrazar y reconfortar a trabajadores precarios que llegan a casa extenuados. Se ha dicho que son insustanciales y blanditos, cuando en realidad les adoran raperos tan duros como Jay-Z y Kanye West, con quienes Chris Martin ha firmado colaboraciones tan grandiosas como “Homecoming” y “Beach Chair”. Resumiendo: se han dicho muchas cosas erróneas que va siendo hora de rectificar.

Recuerdo, por ejemplo, que un conocido crítico musical español defendió la teoría de que Parachutes (2000), su notable disco de debut, había arrasado en ventas solamente porque en su año de publicación no había coincidido con un disco de Radiohead. Ahora de Radiohead casi nadie se acuerda y podrían llenar como mucho un par de Palacios de los Deportes, mientras Coldplay rechazan prolongar su estancia en estadios. Se escribió también que el grupo de Chris Martin carecía por completo de personalidad, cuando en realidad existen otros superventas -por ejemplo, Keane- que parecen haber basado su sonido en una sola canción de Coldplay (me refiero a la preciosa “Clocks”). Y ya paramos aquí con los muchos desatinos expresados sobre el grupo.

Coldplay, clásicos indiscutibles

A la banda británica no se les perdona su facilidad para encontrar melodías majestuosas, ni la calidez contagiosa de la voz de su cantante, ni el hecho de que no hayan dado escándalos en toda su carrera. Inteligente y bondadoso como pocas estrellas pop, Chris Martin tomó una decisión clave al comienzo de su carrera: los derechos de autor del grupo se repartirían a partes iguales a pesar de que él, como letrista, podía aspirar a más del cincuenta por ciento de la recaudación. Está claro que esta decisión ha sido clave para mantener al grupo unido y con muchas menos turbulencias internas de las que suelen sufrir otros superventas de su talla.

Melodías como 'In my place', 'Yellow' y 'The scientist' te acarician y te calman siempre que lo necesitas, coronadas por la cálida y contagiosa voz de Chris Martin

Además, como buenos británicos, tienen un sentido del humor a prueba de bombas que les ha llevado a reírse de sí mismos junto al cáustico cómico Ricky Gervais. El grupo no se ha bajado nunca de su compromiso contra la desigualdad económica ni de su preocupación por los desastres climáticos. Acertasen o fallasen, sería mezquino poner en duda sus buenas intenciones y su buen corazón. No se le conocen a Martin declaraciones egomaníacas, ni polémicas estériles con compañeros de profesión, ni otras miserias por el estilo. Veinte años después de su explosión comercial global, Coldplay han sabido convertir su sosería en uno de sus mayores atractivos.

Por encima de todo, nos quedan sus canciones. “Trouble” sigue sonando tan inquietante y sutil como el primer día, tan reconocible como insuperable. “Viva la vida” sigue inyectando euforia de manera inmediata, incluso si eres fanático del Real Madrid y sabes que el FC Barcelona intentó apropiarse de ella como himno de su año glorioso de 2009, en el que ganó todos los títulos posibles. “Fix you” sigue explicando mejor que ninguna otra pieza el poder balsámico de la música de Coldplay, esas melodías y arreglos que te acarician y te calman siempre que lo necesitas (esto vale para otras maravillas como “The scientist”, “In my place” y “Yellow”). Podríamos seguir loando muchos más de sus himnos, pero por suerte ya no hace falta reivindicarlos porque ya lo ha hecho el gran público, convirtiendo esta gira mundial en una de las más exitosas de la historia del pop-rock. Disfrutémos de Coldplay mientras podamos porque llegará el momento en que le echaremos de menos.

El grupo británico actuará en el Estadio Olímpico de Barcelona los próximos 24, 25, 27 y 28 de mayo de 2023.

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