Cultura

Los mercados de alta gama de Madrid sobreviven a la crisis

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Dos mercados de alta gama de Madrid, el de San Antón y el de San Miguel, están teniendo un gran éxito desde su reapertura, con una afluencia de público notable y una oferta que les lleva a sobrevivir a la crisis. Cultura gastronómica, música, arte o productos de temporada son algunas de las posibilidades que ofrecen este tipo de mercados, que se han adaptado a los nuevos tiempos, dejando atrás el mercado tradicional para dar paso a un nuevo concepto, el mercado "gourmet".

Desde su reapertura en mayo de 2009, el Mercado de San Miguel es un punto de visita casi obligada para todo aquel que pasa por Madrid, debido a su céntrica ubicación y a la atracción que generan este tipo de mercados, que han creado tendencia. Su oferta se centra en la degustación de productos que el consumidor se puede llevar a casa, es decir, el clásico tapeo, y además, la disposición de sus puestos, que permite al consumidor pasear entre alimentos, hace que se familiarice con ellos. Luis Asúa, viceconsejero de Medio Ambiente en la Comunidad de Madrid, asistió esta semana a la inauguración de la caseta promocional de los productos de la Comunidad y calificó al mercado de "centro de promoción, de generación de empleo y de riqueza para la ciudad" que representa al "Madrid moderno". 

El céntrico mercado madrileño cuenta con una importante afluencia de turistas extranjeros, que sostienen las ventas durante todo el año, así como de turistas nacionales y de ciudadanos madrileños. Horacio, dueño de un puesto en el mercado llamado "Despacho de Vino" afirma "que la crisis se ha notado poco" y que "de septiembre a noviembre son los mejores meses, con diferencia", debido a la fuerte afluencia turística que hay en Madrid en esa época. El invierno es la época del año más beneficiosa, como así reconoce el encargado de la pescadería "El Señor Martín", quien afirma que entre octubre y marzo "es una locura la gente que hay".

Por su parte, el nuevo Mercado de San Antón, ubicado en el madrileño barrio de Chueca, y remodelado en mayo de 2011, se ha convertido en un referente por su diseño vanguardista.Dividido en tres plantas con tres conceptos distintos de compra, permite al cliente comprar un producto en un puesto y que se lo preparen para degustar ahí mismo, algo innovador.

Cuenta con una zona de terrazas que apuesta por la restauración, una zona cultural y acaba de abrir un espacio para conciertos, lo que le aleja del concepto de mercado tradicional y resulta muy atractivo para sus visitantes. San Antón es un mercado al que acude mucha gente del barrio y alrededores, debido a su ubicación, además de turistas, por lo que se forma una mezcla de gente muy heterogénea que convierte al mercado en un punto de encuentro.

La mayoría de los comerciantes reconoce que el negocio va bien; es más, en "La Cocina de San Antón", uno de los restaurantes con terraza, afirman "no notar la crisis" ya que están siempre al completo, aunque reconocen que en agosto han bajado un poco porque mucha gente está de vacaciones. Algunos clientes se quejan de los elevados precios en estos mercados pero ello no ha impedido que ambos gocen de buena salud.

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