Han pasado más de cien años, pero nos sigue fascinando la historia del Titanic. Es quizá la mejor metáfora de la fugacidad de la vida. Una noche estás tomando whisky en un lujoso pub y al día siguiente dejas de existir para siempre. Hoy en día, casi todo el mundo conoce aquel acontecimiento del 14 de abril por la película de James Cameron con Di Caprio y Winslet, pero en Cine en Blanco y Negrete echamos la vista más atrás para recomendar una auténtica joya: ‘La última noche del Titanic’.
La película, estrenada en 1958 y ganadora del globo de oro a mejor película extranjera, es la adaptación del libro del historiador Walter Lord. En ella se relata minuciosamente las vicisitudes de los pasajeros a bordo de la última travesía del Titanic, el lujoso barco que se hundió en las frías aguas del Atlántico Norte en abril de 1912.
La obra de Lord contaba con más de 60 testimonios de supervivientes de la catástrofe. De los más de 2.000 pasajeros, apenas sobrevivieron 700. La película muestra con acierto un caleidoscopio de personajes que permiten hacerse una idea nítida de cómo se vivieron aquellos momentos. Al ser una película coral, la acción no se centra solo en dos personajes, como es el caso de Jack y Rose en el Titanic de Cameron, que, por cierto, claramente se inspira en esta película para la suya.
También hay momentos para la comedia en la tragedia del Titanic. Uno de los trabajadores del buque, por ejemplo, decide que la mejor manera de afrontar el desastre es emborracharse. Otros pasajeros de primera clase deciden continuar con su partida de cartas, y qué decir de la famosa banda de música del Titanic… Muchas almas inocentes perdieron su vida aquel día, pero incluso cuando todo se hunde, algunos valientes saben dar la talla.