El robo de joyas de la firma Suárez valoradas en 30.000 euros durante la gala de los Premios Goya celebrada el pasado sábado en el hotel Hotel Madrid Marriott Auditorium reúne los elementos necesarios para convertirse en la trama de una película de misterio. Una investigación, muchos protagonistas y ningún culpable a la vista. Según explican fuentes de la Academia de Cine, organizadora de la ceremonia, ni los nominados ni los entregadores de premios quisieron lucir, al menos durante sus posados en la alfombra roja, las joyas desaparecidas. Es decir, las piezas que aquella noche deslumbraron a los espectadores de TVE no son las desaparecidas.
Las joyas robadas se guardaron en una caja porque los asistentes no las utilizaron, prefirieron otras"
"Joyería Suárez es uno de los patrocinadores de la gala como en su día lo fue Carrera y Carrera. No hay ningún contrato. Al igual que la Asociación de Creadores de Moda de España presta sus vestidos para que los invitados puedan utilizarlos, en el showroom hay un catálogo de joyas que se ceden, es un servicio más", informan desde la institución. "Lo que ha ocurrido con estas joyas es que, como no las habían utilizado porque escogieron otras, se guardaron en una de las salas que tenía la Academia para el departamento de vestuario", aclaran. De este modo, ni el collar que colgaba de la espalda de Amaia Salamanca ni los pendientes enganchados a las orejas de Bárbara Lennie han sido el objetivo de los ladrones, sino una sortija, cuatro juegos de gemelos, un juego de pendientes y un par de relojes que nadie quiso ponerse.
La reacción del hotel
Si la Academia habla sobre la cesión de joyas por parte de la Joyería Suárez en calidad de patrocinador, al hotel le ha interesado dejar claros cuatro puntos que ha fijado en un comunicado emitido este martes. "El pasado lunes 6 de febrero de 2017, a la 13 horas de la tarde, la productora de la gala de los Premios Goya comunica al Madrid Marriott Auditorium Hotel & Conference Center la desaparición de las joyas. Es en este momento cuando el hotel recibe la primera noticia de la existencia de las denominadas joyas en uno de los camerinos del Auditorio", informan.
"En ningún momento anterior se comunicó al hotel ni a la seguridad del mismo la presencia de las joyas en las instalaciones. Efectivamente, desde la celebración de la gala celebrada el pasado 4 de febrero hasta el desmontaje del escenario y cada una de las salas el domingo y lunes, el tránsito de gente fue elevado", resaltan. "Por parte del Madrid Marriott Auditorium Hotel & Conference Center ya se ha facilitado y se facilitará la información necesaria a las autoridades", concluyen.
¿Y la seguridad?
Entonces, ¿de quién dependía la vigilancia de ese habitáculo? La policía investiga ahora si se trata de un delito de hurto o de un robo, ello dependerá de si se han forzado o no las puertas; quiénes tuvieron acceso a la habitación a lo largo del día y qué cámaras del hotel pudieron grabar las entradas y salidas. "La seguridad de eventos públicos lo llevan las las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero al ser un evento privado, el servicio también se contrata en empresas privadas. Luego, al tratarse de una gala donde hay muchas autoridades, puede que haya un refuerzo con policías y escoltas, pero eso lo desconocemos", comentan fuentes policiales. Además, otras fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid aseguraron a este periódico que los autores del robo "tenían mucha información", aunque pudieron facilitársela a algún tercero para que sustrajera las joyas.
En concreto, la denuncia fue interpuesta el pasado lunes por parte del jefe de producción en la Comisaría del Distrito de San Blas al que pertenece el hotel, que se ubica en el número 400 de Avenida de Aragón. "La denuncia se hizo en una comisaría, es por vía policial, y luego se da parte al juzgado. Una vez en el juzgado, este es el que oficia a la policía para que lleve a cabo la investigación", detallan las mismas fuentes. Por el momento, Joyería Suárez, la empresa afectada, ha optado por mantener silencio con respecto a la pérdida de 30.000 euros, aunque los 70 millones de euros de ingresos del ejercicio 2015 de la compañía con unos beneficios superiores a los 3 millones de euros lo dicen todo. "Ese robo no es nada para ellos, es un caramelillo", aseguran fuentes vinculadas a la exclusiva firma.