La Presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha anunciado hoy un acuerdo de su Gobierno con Ciudadanos para cerrar unos presupuestos de la región para 2017 por un total de 18.538 millones de euros, 626,3 millones (un 3,5 %) más que los de 2016. Educación suma 4.533 millones (117 más que en 2016, un 2,7 % más) y Cultura también verá aumentada su partida un 10 %, con un crecimiento muy destacado (del 50 %) del dinero para Turismo. Este martes, se espera que el Consejo de Gobierno apruebe el proyecto de ley de presupuestos y lo remitira a la Asamblea, para su tramitación y definitiva aprobación.
Los platos fuertes en materia cultural que Cifuentes presentó al comenzar su gobierno atendía a cuestiones puntuales que se solapan entre el interés turístico y la explotación comercial de lo cultural. La mayor prueba de ello pasa por el hecho de que cultura quedaría supeditada a una Oficina de Cultura y Turismo, que se encargaría de coordinar las actuaciones en ambas materias. Las distribuciones de estas dotaciones parecen confirmar esa línea de trabajo. Hasta la llegada de Cifuentes, los temas en la materia dependían de una Viceconsejería de Turismo y Cultura, dividida en cinco áreas: una Dirección General de Turismo, la Dirección General de Bellas Artes, la de Artes Escénicas, Música y Audiovisual y una Dirección General de Patrimonio Histórico. El diseño diseño de gobierno incluyó todo en una Oficina de Cultura y Turismo, que se encargaría de coordinar las actuaciones en ambas materias y de la que Cifuentes era su máxima responsable... y reclamo público, de ahí que la oposición socialista tildara su política como una fachada, una Cultura para la foto en la que, sin embargo, la concreción brillaba por su ausencia.
Se criticó su falta de diligencia para conmemorar los 400 años de la muerte de Cervantes, así como la falta de diligencia en temas como los programas de subvenciones para creadores. Las ayudas para la producción de las compañías de teatro y danza se cobraron con retrasoaunque determinadas medidas sí experimentaron una mejoría: el apoyo a la Oficina de Rodajes, la reactivación de temas de Patrimonio así como el comienzo de programas como el Plan de Fomento de la Lectura, el apoyo a editores y libreros, así como medidas concretas en lo que a Bibliotecas se refiere, una de las áreas más afectadas por la crisis y en la que Cifuentes ha colocado mayor énfasis .No hay que olvidar que cerca del 80% de la red de bibliotecas públicas de España depende de los ayuntamientos y comunidades autónomas. Todo el peso recae prácticamente en ellas: las diputaciones, ayuntamientos y cabildos aportan 54% del presupuesto; el 20,8% proviene de las administraciones autonómicas y el 10,5% del Estado. Los sucesivos recortes han agravado la situación de las bibliotecas.
Hasta 2011, el año de las elecciones generales en las que Mariano Rajoy fue electo, Madrid concentraba un 22,5% del total de las empresas culturales en España: es decir 23.190, por delante de Cataluña (20%). Durante ese año, la Comunidad de Madrid acogió el 30% de las representaciones escénicas de todo el país (18.000 de las 60.000 nacionales) y registró más de 4 millones de espectadores de los casi 15 millones que se dieron en todo el país (el 28% del total) y obtuvo una taquilla que superaba los 107 millones, es decir, casi el 50% del total. El balance era relativamente satisfactorio. Sin embargo, el otoño siguiente los teatros madrileños presentaron 500 obras con casi 6.000 funciones, menos del 50% que en el mismo periodo anterior. Las razones de semejante bajón saltaban a la vista: la falta de mecanismos para hacer posible la financiación privada, además de los recortes presupuestarios en la materia. El tejido cultural de la ciudad ha intentado sobreponerse de los pésimos años de las vacas flacas y aunque su expectativa de crecimiento sigue siendo lenta, dispone ahora de algunos elementos presupuestarios adicionales.