El cineasta Rodrigo Cortés estrenará su cortometraje 1.58 en la próxima edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, que tendrá lugar del 3 al 12 de octubre. El cortometraje ha sido producido por la compañía energética Gas Natural Fenosa en el marco de su proyecto Cinergía, con el que se busca fomentar el talento y los proyectos en la industria cinematográfica española. Para ello, la compañía ha encargado a Paco Plaza, Rodrigo Cortés, Jaume Balagueró y Juan Cruz dirigir cuatro cortometrajes vinculados a la eficiencia energética y a los productos y servicios de la compañía.
Los cortos, que se estrenarán en los principales festivales españoles, son cuatro historias de género fantástico y thriller, con un tono humorístico, protagonizados por actores reconocidos del panorama nacional, como Terele Pávez, Jose Coronado, Maribel Verdú, Fele Martínez y Julián Villagrán.
El cortometraje que Rodrigo Blanco presentará en Sitges está protagonizado por Manuela Vellés, con la colaboración especial de Gabino Diego y la periodista Julia Otero, a quienes el realizador a involucrado en esta pieza que ofrece al espectador diferentes claves sobre una conducción eficiente. Una chica conduce de noche en una carretera secundaria. Sólo la acompaña la radio. O eso cree ella. Conduce de manera descuidada, hasta que un grupo de misteriosos asaltantes le causarán serios problemas.
Rodrigo Cortés, versátil a más no poder
Cineasta insensato, por pura ignorancia, dice él, Rodrigo Cortés es el autor de una obra cinematográfica inteligente, ejecutada con belleza y precisión. Y aunque al hablar él prefiera el humor, aunque intente escaparse de la seriedad que todo lo acartona, Rodrigo Cortés consigue lo que los hombres lúcidos: emocionar. Lo hizo con su primer trabajo, el cortometraje Yul (1998) y su falso documental 15 días (2001).
En las distancias largas, el gallego no perdió la respiración, pero se la quitó a sus espectadores. Su primer largometraje Concursante, impactó a la crítica. El segundo, Buried, pegó todavía más fuerte: un hombre se despierta bajo tierra en un viejo ataúd de madera. Como suele ocurrir con sus personajes –a quienes les controla, siempre, una fuerza desconocida-, no sabe quién lo ha puesto ahí y muchísimo menos por qué. Tiene tres cosas: un teléfono móvil con escasa cobertura y batería; poco oxígeno y 90 minutos para salir de ahí vivo.
Su siguiente filme, Luces rojas, reunió a Cillian Murphy, Sigourney Weaver y Robert de Niro para convertir la percepción en magnífico infierno. ¿Su más reciente aventura? La producción de Grand piano, dirigida por Eugenio Mira y protagonizada por Elijah Wood.