El juez de instrucción número 3 de Palma, José Castro, magistrado instructor del caso Palma Arena, ha retirado este martes la imputación al arquitecto valenciano Santiago Calatrava en la investigación del contrato para elaborar un anteproyecto para construir un palacio de la ópera en Palma a través de un encargo "a dedo" y el pago de 1,2 millones de un edifcio que nunca llegó a construirse.
Así lo ha decidido mediante un auto dictado este martes, por el que también ha decretado el sobreseimiento para Francesc Fiol, consejero de Educación y Cultura en la última legislatura de Jaume Matas (2003-2007), al tiempo que le ha citado a declarar como testigo el próximo día 16, a las 10.00 horas. La Fiscalía Anticorrupción mostró recientemente su conformidad con la petición de archivo del exalto cargo del PP.
El magistrado también ha archivado las investigaciones -que constituyen la pieza número tres de las 27 que integran el caso Palma Arena- para el exsecretario general de la Consejería de Educación y Cultura Sebastián Vanrell y el exgerente del Instituto Balear de Infraestructuras y Servicios Educativos y Culturales (Ibisec), Andreu Obrador.
Sin embargo, el titular del Juzgado de Instrucción número 3 mantuvo la imputación del propio Matas, quien, según Calatrava, fue la persona que solicitó sus servicios para realizar un desarrollo inicial de la remodelación del Moll Vell que culminase con el levantamiento de un teatro de la Ópera, lo que fue perfilándose en varias reuniones de trabajo en la sede del Ejecutivo autonómico, en las que estuvieron presentes tanto Matas como el arquitecto y su equipo.
Calatrava y sus cuentas pendientes con la justicia
Tan sólo en 2013 Calatrava acumuló varios problemas legales con sus clientes. Un juzgado de Oviedo le condenó a pagar 3.272.659,46 euros a los gestores del Palacio de Exposiciones y Congresos de Oviedo por los numerosos desperfectos del edificio y en abril de 2013, el grupo Domecq, propietario de las Bodegas Ysios (Rioja Alavesa), presentó una demanda en el Juzgado de Primera Instancia de Vitoria, para que el arquitecto y la constructora Ferrovial asumiesen los dos millones de euros que supone la reparación de la cubierta de edificio de la bodega, ideado por el arquitecto en 2001, y que ya presenta graves signos de deterioro.
Además de las sospechas de ilegalidad en su comportamiento, Calatrava arrastra una larga lista de chapuzas, pifias, sobreprecios y calamidades por las que ha sido llevado a los juzgados. Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1999 y académico de honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, su nombre se convirtió, en la década de los noventa, en un referente cultural español y sus edificios se esparcieron por todo el territorio convirtiéndose en costosos –y a veces alucinados- contenedores. ¿Qué fue de algunos de ellos? Muchos se vinieron abajo o, en el peor de los casos, le han costado sumas para reparar los inconvenientes de sus desperfectos y sobrecostes, como ocurrió con el Puente de La Constitución, en Venecia desde hacía 70 años. Cuando se planificó y presentó el proyecto, en 2002, se estableció un presupuesto de 3,8 millones de euros, que después se elevó hasta 6,7 millones, para acabar costando cerca de 11,2 millones de euros.