Isabel Steva Hernández “Colita”, ha sido galardonada con el Premio Nacional de Fotografía 2014, que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y está dotado con 30.000 euros. El jurado la ha reconocido “por su destacada trayectoria de más de cinco décadas como fotógrafa en varios medios (fotoperiodismo, retrato, ensayo fotográfico), además de autora de fotolibros tan reconocidos como Luces y sombras del flamenco y Antifémina". Reconocida como “una fotógrafa comprometida con su época, en particular en la defensa de los derechos de la mujer”, Colita es dueña de una obra, asegura el jurado, donde “siempre se encuentra humor, inteligencia e ironía”.
El jurado destacó el humor y la ironía de su obra.
El jurado estuvo presidido por Miguel Ángel Recio, director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas. Formaron parte del mismo Alberto Schommer, Premio Nacional de Fotografía de 2013; Mónica Carabias, historiadora de la fotografía; Horacio Fernández; profesor de Historia de la Fotografía; Cristina García Rodero, fotógrafa, Premio Nacional de Fotografía 1996; Gerardo F. Kurtz Schaefer; Juana María Sáenz, artista plástica, experta en medios visuales y profesora de Bellas Artes y Elena Vozmediano, crítica de arte.
Colita retrató todo cuanto ocurría en la Barcelona de aquellos años en los que el Gabo y Vargas Llosa se paseaban por Barcelona, Carmen Balcells cocinaba el Boom, Herralde se abría paso como joven editor y la bohemia entera -presidida por Juan Marsé o Beatriz de Moura- se reunía en el mítico club nocturno Bocaccio. Fue gran amiga de Ana María Moix e inquieta retratista de aquellos años.
Una vida, una cámara, un nombre
Nacida en Barcelona en 1940, está considerada la fotógrafa de la denominada Gauche divine barcelonesa y está especializada en retratos. Tras acabar el preuniversitario de Letras, se trasladó un año a París, para estudiar Civilización Francesa en la Universidad de la Sorbona. A su vuelta conoce a los fotógrafos Oriol Maspons, Julio Ubiña y Xavier Miserachs, de los cuales aprende el ‘oficio’ y se profesionaliza como fotógrafa. En 1961, trabaja un año con Xavier Miserachs, como laboratorista y estilista.
En 1962, trabaja en el archivo de personajes de la película Los Tarantos del director Rovira Beleta, y traba amistad con su protagonista, la genial bailaora de flamenco Carmen Amaya. Se aficiona al arte flamenco, y se traslada a Madrid, donde se instala dos años. Realiza las fotografías de promoción de Antonio Gades y la Chunga. Fruto de este período, es su libro Luces y sombras del Flamenco (Lumen, 1975), reeditado y ampliado en 1998.
Alternó el fotoperiodismo(desde Interviu hasta Boccaccio) con la fotografía de cine.
Alterna la prensa con la fotografía de cine, colaborando con la denominada Escuela de Barcelona entre cuyos nombres figuran Aranda, Camino, Esteva, Duràn etc.... Esta corriente cinematográfica surge en Barcelona con la ambición de realizar un cine europeo y progresista, en contraposición a la cinematografía ‘oficial’ del Franquismo. Esto le da la oportunidad de trabajar con los mejores directores de fotografía del momento, Luis Cuadrado, Juan Amorós, Fernando Arribas, etc.
Durante la transición democrática, colabora con Interviu, Reporter, Cuadernos para el Diálogo, La Calle, Boccaccio…Tras la la desaparición del Franquismo, se especializa en fotografiar su ciudad, Barcelona, y su área metropolitana, evidenciando sus cambios y evolución, y siempre reflejando la vida cultural y social de Cataluña.
Su obra figura en la colección del Museo Nacional D'Art de Catalunya. En 1998, el Ayuntamiento de Barcelona le impone la Medalla al Mérito Artístico, junto a los fotógrafos Oriol Maspons y Leopoldo Pomès, y la Generalitat de Catalunya, la Creu de Sant Jordi 2004. Colita, en 44 años de profesión, ha realizado más de 40 exposiciones y publicado más de 30 libros de fotografía.