Nic Pizzolatto vuelve con un dedo en el teclado y otro en el gatillo. El guionista de True detective, una de las series más exitosas de HBO -tan solo en su primera temporada consiguió 11,2 millones de espectadores (por capítulo)- saca pecho con Galveston, su primera novela, publicada en España por Salamandra Black, el nuevo sello de novela negra de la editorial.
Definido por la crítica como uno de los narradores más interesantes, Nic Pizzolatto recrea en Galveston un ambiente oscuro, sórdido y violento en el que, aseguran algunos, recupera lo mejor del primer Cormac McCarthy y Denis Johnson, en un debut oscuro y visceral que le distingue por el uso de los diálogos para construir atmósferas y personajes.
Teñida por el tono, los temas y escenarios de True detective, en Galveston dominan los paisajes del sur de Estados Unidos, que cobran una dimensión protagonista. Ambientada entre Nueva Orleans y Galveston, en la parte este de Texas, esta novela se comporta –y a la vez no- como un policial.
Teñida por el tono, los temas y escenarios de True detective, en Galveston, dominan los paisajes del sur de Estados Unidos
En sus páginas, Pizzolatto cuenta la historia de Roy Cody, un alto y corpulento texano de barba, melena y botas de cowboy, quien lleva unos años ejerciendo de matón profesional en Nueva Orleans. Vapuleado por la vida y de vuelta de todo, Cody deberá sobreponerse del diagnóstico de un cáncer avanzado: “Un médico me fotografió los pulmones. Estaban repletos de copos de nieve. Al salir de la consulta me pareció que todos los presentes en la sala de espera se alegraban de no ser yo”.
Los problemas no terminan allí para Roy Cody. Su jefe, el matón y extorsionador Sam Ptitko, ha comenzado a salir con su exmujer; y quiere quitárselo de encima, así que decide enviar a Roy a una emboscada en la que sus asesinos mueren. Sólo Roy y una prostituta adolescente, Raquel (Rocky) Arceneaux, sobreviven. Su encuentro con esa joven desamparada, con la que huye en dirección a Texas, concede a Roy Cody la oportunidad de una nueva vida, incluso a pesar de que se sabe condenado.
“Enfermo pero no derrotado, duro pero tierno, implacable pero justo, nostálgico pero luchador, de pocas palabras pero proclive a las observaciones filosóficas”, Roy Cady pone en marcha lo que los editores han definido como una historia “violenta y lírica, sórdida y poética, salvaje y conmovedora, una extraordinaria novela policíaca al mismo tiempo canónica y heterodoxa”.
Pizzolatto, nacido en Nueva Orleans y residenciado en California, asegura que comenzó escribiendo relatos breves para distintas publicaciones –a los 25, con el dinero que ganó con las dos primeras se pagó su primer viaje a Europa, asegura-. Hoy, es considerado uno de los mejores narradores de su generación.
