De un tiempo a esta parte Carmen Thyssen no escatima en polémicas, desde los desencuentros con Francesca de Habsburgo, hija del barón y miembro del patronato del museo por la venta del lienzo La esclusa (The lock) de John Constable (1776-1837) hace ya tres años, hasta la tensión de todos los febreros, cuando toca renovar la cesión de su colección al Estado español.
Esta vez, el asunto tiene que ver con el informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas sobre el museo Thyssen en el ejercicio correspondiente a 2013, presentado esta semana. Según el documento, los préstamos a otros museos e instituciones de las obras de la Colección Carmen Thyssen, cedida gratuitamente al Estado para su exhibición en el Museo Thyssen, superaron en 2013 lo establecido.
Según el documento, si bien en las cesiones de las obras de arte pertenecientes a la colección del Museo Thyssen-Bornemisza "se observaron los límites temporales y cuantitativos" no ocurre lo mismo con las obras de la colección privada de la baronesa Thyssen que está cedida al museo de forma gratuita. Según el contrato suscrito en febrero de 2002 se faculta a la Fundación a prestar temporalmente obras "en las mismas condiciones, siguiendo los mismos criterios y utilizando los mismos términos contractuales que emplea respecto a la Colección Permanente".
Los préstamos a otros museos e instituciones de las obras de la Colección Carmen Thyssen, cedida gratuitamente al Estado, superaron en 2013 lo establecido
El informe del Tribunal de Cuentas apunta que si bien los préstamos realizados en 2013 no superaron en ningún caso el límite de seis meses, las obras prestadas han supuesto un 20,66% del total de la Colección Carmen Thyssen. Eso significa que se excedió "ampliamente" el tope máximo del 10% autorizado para la Colección Permanente, lo que afectó a "su exhibición pública en el Museo".
El Tribunal también apunta que la sociedad propietaria de la obra La esclusa de John Constable, incluida en el contrato de prórroga del préstamo de la colección privada de la baronesa firmado en marzo de 2012 con la categoría Colección Internacional A+, reclamó en abril de 2012 la restitución definitiva de la misma. Eso suponía, precisa, incumplir "los tres meses de antelación mínima fijados en el contrato de préstamo" de la obra, vendida por Carmen Thyssen en una subasta celebrada en Londres por 27,89 millones de euros.
Además, se afirma que la limitación de restitución parcial o devolución temporal que en el contrato de préstamo se había establecido para proteger las obras de categoría internacional "A+", las más representativas y de mayor valor económico, "fue suprimida" en el acuerdo de prórroga citado "para permitir" así la restitución de todas las obras de la Colección de Carmen Thyssen-Bornemisza, fuera cual fuera su clasificación".
Dada la proximidad de fechas entre la firma de la prórroga del contrato de préstamo y la solicitud de restitución de la citada obra, "cabe suponer que la referida modificación tuvo como finalidad específica posibilitar dicha restitución", subraya. La anterior conclusión "encuentra apoyo" en el hecho de que la prórroga del contrato acordó, asimismo, elevar el porcentaje máximo de las obras que podían ser objeto de restitución del 5% -estipulado en el contrato de préstamo suscrito en el año 2002- al 10%."De otro modo no hubiera permitido la restitución de La esclusa, ya que su valor representaba más de un 5% del total de la colección de la baronesa".