Cuatro folios le bastaron a Juan Goytisolo para contar lo que a España le ocurre; y aunque él ha abrazado la única nacionalidad posible, "la cervantina", no por ello rehuyó el tema ciudadano. Vestido con aquella americana descolocada y una corbata mal anudada, el escritor puso el tono rebelde a un acto al que le sobran florituras. "Hay que volver a Cervantes y asumir la locura de su personaje como una forma superior de cordura". Esa es la lección del Quijote, dijo.
"Digamos bien alto que podemos" –Goytisolo hizo una pausa y un guiño cómplice a la formación de Pablo Iglesias, por la que siente simpatía-
Su discurso, A la llana y sin rodeos (título elegido del primer tomo del Quijote), sirvió para decir todo cuanto no se dice en este tipo de actos. "Digamos bien alto que podemos –Goytisolo hizo una pausa y un guiño cómplice a la formación de Pablo Iglesias, por la que siente simpatía-. Los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia", dijo el Premio Cervantes 2015, quien como todo lector tocado "por la gracia" del Quijote, dijo no resignarse a un mundo "aquejado de paro, corrupción y crecientes desigualdades sociales" como el actual.
Criticó el "empecinamiento" de las autoridades en desenterrar "los pobres huesos" del escritor y "comercializarlos tal vez de cara al turismo como santas reliquias fabricadas probablemente en China", y se preguntó si no sería mejor "sacar a la luz los episodios oscuros" de su vida "tras su rescate laborioso de Argel".
"Llevo en mí la conciencia de la derrota como un pendón de victoria". Y con aquella frase de Pessoa elogió la figura de Cervantes, a quien persiguieron por igual la derrota y los reveses. "¿Cuántos lectores del 'Quijote' conocen las estrecheces y miseria que padeció (Cervantes), su denegada solicitud de emigrar a América, sus negocios fracasados, estancia en la cárcel sevillana por deudas, difícil acomodo en el barrio malfamado del Rastro de Valladolid con su esposa, hija, hermana y sobrina en 1605, año de la Primera Parte de su novela, en los márgenes más promiscuos y bajos de la sociedad?"
Su condición de hombre libre le invita a la modestia, dijo. Acaso por su “instintiva reserva a los nacionalismos de toda índole”, Goytisolo se siente “obligado a asumir la nacionalidad cervantina.” La única que le interesa y desea. Un discurso, sin duda, que hizo quedar cual pálidas y formales virutas de polvo las palabras siguientes. Más que leerlo en voz alta, Goytisolo ha tatuado su discurso. Para consultar la versión completa, puede pulsar aquí.
Criticó a quienes quieren comercializar los huesos de Cervantes "como santas reliquias fabricadas probablemente en China"
Felipe VI, un discurso correcto y sin relumbrones
El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, hizo semblanza biográfica y elogio del escritor. Pues, insistió, aunque hay "que buscar y a veces hasta inventar el vínculo cervantino del galardonado", en esta edición ha sido fácil porque para Juan Goytisolo, según sus propias palabras, "su patria es el español y su nacionalidad es la cervantina".
Felipe VI ha valorado la "mirada crítica" del nuevo Premio Cervantes, Juan Goytisolo, cuya "deslumbrante obra" ayudará a los españoles a replantearse "visiones e ideas establecidas" y les impulsará a reflexionar sobre el presente y el pasado, "para así quizás afrontar mejor el futuro".
Felipe y Letizia han presidido esta mañana, por primera vez como Reyes, la ceremonia de entrega del Premio Cervantes en el habitual escenario del Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, un acto al que este año no ha asistido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al coincidir con la celebración de un Consejo Europeo extraordinario en Bruselas. En su discurso, el monarca ha definido a Goytisolo como uno de los principales representantes de Cervantes en castellano de las últimas décadas y "una figura cumbre de la literatura en español", que ha realizado además "aportaciones fundamentales" a la historia cultural de España en cuestiones como la influencia mudéjar o la importancia de la limpieza de sangre en la Edad Moderna.
Como Bárcenas, dijo el Premio Cervantes
Cumplió con lo dicho: asistió sin frac, pero -eso sí- dando titulares, como quien no quiere. Nada más llegar a Alcalá de Henares, donde nació Miguel de Cervantes, Juan Goytisolo dijo sentirse "abrumado" por la presencia de cámaras y cómo "Bárcenas al llegar al juzgado".
Con la única corbata que dice tener, una de rayas verdes y marrones que conserva desde hace 30 años, y un traje de chaqueta terroso, Goytisolo destiló ironía en la entrada del Paraninfo de Alcalá de Henares, dondes donde tuo lugar la ceremonia, a la que asistieron el presidente de la Academia de la Lengua, Darío Villanueva; el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, así como algunas figuras asociadas a la cultura –que también a la política- entre ellos Ángel Gabilondo, César Antonio Molina, Montserrat Gomedio y Carmen Alborch. Acudieron también Silvia Lemus, así como el editor Joan Tarrida.