La política de Cultura contará en 2016 con una dotación presupuestaria de 803,57 millones de euros, un 7,3 por ciento más que en 2015, cuando alcanzó 749,04 millones de euros. Estas cifras llegan en un año electoral. El Partido de Gobierno enfrenta unas generales en Otoño, ya en la recta final de una legislatura que tiene con la cultura sus deudas más complejas: una ley de mecenazgo inexistente y embutida en una reforma fiscal; una Ley de Propiedad Intelectual muy criticada y sin consenso y un aumento del IVA Cultural del 8 al 21% que ha generado estragos y no parece dar signo alguno de cambio.
Tal y como ya ocurrió en los anteriores, en el proyecto de presupuestos de cultura de 2016 se llevan las mayores asignaciones los sectores más visibles. La partida para cine es la que más sube en los presupuestos de Cultura de 2016, aunque la de patrimonio histórico artístico es la mejor dotada, seguida de cerca por la correspondiente a museos, que reciben 152,42 millones de euros. En 2015 la cantidad era ligeramente menor: al alcanzar 144,45 millones de euros. El museo del Prado recibe 45,40 millones de euros (7,2 millones más que en el ejercicio anterior) y el Centro de Arte Reina Sofía contará con 36,63 millones (un 0,7 por ciento más que en 2015).
Se asignan 94,20 millones para Música y danza y se destinan 53,56 millones para Teatro
La Cinematografía experimenta un incremento del 47 por ciento respecto al año pasado, con una dotación para 2016 de 74,54 millones de euros frente a los 50,69 de 2015, mientras la partida destinada al Fondo de Protección a la Cinematografía obtiene 60 millones de euros, un 64 por ciento más que en 2015, que alcanzó los 36,5 millones.
A partir de 2016, se implementará un nuevo sistema de ayudas a la producción de largometrajes, de acuerdo con los términos de la nueva Ley del cine, que entrará en vigor en enero 2016, basado en ayudas sobre proyecto, en sustitución del actual modelo de ayudas a la amortización, lo que permitirá acompasar la financiación pública al ritmo de ejecución de los proyectos. Asimismo, el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) varía su dotación en 23,78 millones de euros hasta llegar a los 76,91 millones, en virtud de las citadas ayudas del Fondo de Protección a la Cinematografía. Se asignan 94,20 millones para Música y danza y se destinan 53,56 millones para Teatro. Es decir, los cambios no son sustantivos, dos millones más que en 2015 y en teatro un ligero incremento
El capítulo de Arqueología y protección del patrimonio histórico-artístico, que sufraga programas relacionados con la administración, conservación, restauración y protección del patrimonio estatal, es el más alto, con un importe de 156,74 millones de euros, que representan el 19,5 % del total. En este apartado destacan las dotaciones del programa de administración del patrimonio histórico nacional por importe de 126,10 millones de euros.
Capítulo Bibliotecas: mención especial... ¡porque es poquísimo!
A pesar de que estos prometían ser unos presupuestos con énfasis social, el tramo más urgente en ese sentido en el área de la Cultura, las bibliotecas, quedaron cual cenicienta, ¡otra vez!: de las últimas y menos vistosas correcciones. El grupo de programas de Bibliotecas y Archivos está dotado con 70,49 millones de euros, un 8,8 por ciento del total de la política, y recoge, entre otras, dotaciones para desarrollar "las previsiones contenidas en la Ley de la lectura, del libro y de las bibliotecas", según reza el informe económico. Ajá, pero cuáles previsiones y de qué forma.
El capítulo de Arqueología y protección del patrimonio histórico-artístico es el más alto, con un importe de 156,74 millones
En los PGE de 2015, el grupo de programas de Bibliotecas y archivos alcanzó 67,90 millones de euros. Las bibliotecas y archivos tuvieron para 2014 un total de 69,88 millones de euros (frente a los 78,42 de 2013), es decir, el aumento es además de poco, prácticamente escaso y queda diluido. Según los datos del último estudio sobre bibliotecas del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de bibliotecas públicas españolas aumentó un 3,3% entre 2010 y 2012. El incremento, sin embargo obedeció más a un esfuerzo económico de los ayuntamientos y las comunidades autónomas, que concentran cerca del 80% de la red de bibliotecas públicas. Sin embargo, y en lo que al Estado respecta, el diagnóstico arroja un saldo de cuatro bibliotecas estatales menos.
Según el Observatorio de la lectura de 2014, el servicio de préstamo en las bibliotecas públicas sigue siendo el más utilizado, y sus índices se mantienen ligeramente al alza. El total de visitas a las bibliotecas asciende a 216,4 millones, con un incremento del 20,5% entre 2008 y 2012. También el número de usuarios inscritos aumenta, con un 43, 2% de la población registrada en una biblioteca.
Años de vacas flacas...
En 2014, el presupuesto de Cultura experimentó un primer aumento, al alcanzar los 717, 49 millones. En 2015 creció por segunda vez consecutiva: 749,04 millones de euros, un 4,3 por ciento más. Acaso porque el Gobierno debía corregir o compensar el desaire de la Ley de Mecenazgo -incluida en la reforma Fiscal- o porque resultaba obvio que el IVA cultural no bajaría. Entonces, hubo áreas que por primera vez en dos años veían luz: Cine, Museos y Patrimonio Histórico.
Bibliotecas sin embargo continuaba desplomándose en lo que a recursos se refería. En el tema Artes Escénicas volvía a producirse un alza. Los programas de Música y danza, de Teatro y de Cinematografía suponían un total de 195,92 millones de euros, lo que representa un 26,2 por ciento de la política. Parecía encenderse una luz que por el sólo hecho de no apagarse muchos veían con esperanza. Hoy, muchos repiten ese entusiasta análisis. Y sin embargo, otros piensan: ¿y lo que faltó? ¿y el mecenazgo que haría posible no dependen de las transferencias oficiales?
Hace casi 20 años, en 1992, cuando se celebraba la Expo de Sevilla, la inversión del Estado en cultura era de 65.481.000.00 pesetas, el equivalente a 393.548,74 millones de euros. En 2008, la inversión pública subió a 1.220, 43 millones de euros. Es decir, en 20 años, la inversión se cuadruplicó. Ahí llegó a su máximo histórico y le siguió un severo desplome. Para el año 2012, el presupuesto de la Secretaría de Estado de Cultura fue de 897,52 millones de euros, 25% menos, la dotación planificada de 2013 supuso el punto más bajo, una caída total del 40%.