Esta suerte de obituario-lista se escribe como se escriben este tipo de piezas: con algo de prisa, conmoción y -si se puede- apurando cigarrillos. Podría ser con como en aquella foto de Jeosm en la que muestra a Arturo Pérez-Reverte enseñándole a Marías cómo cargar un arma. Un instante, un momento que resume el fondo y las formas de quien ocupaba el sillón "R" de la Real Academia Española y rechazó el Premio Nacional de Narrativa en 2012.
No es sencillo tampoco hacer una selección de algunas de sus obras, normalmente las más reconocidas o las que han sido clave para los lectores, que casi nunca suele coincidir con las preferidas del propio autor, que contó en Vozpópuli, en 2017, que antes escribía mejor: "Yo de vez en cuando recupero personajes, entonces no me queda más remedio que ir a la novela donde apareció para ver que dije, cómo los describí, ese tipo de cosas. Debo decir que cada vez que lo hago tengo la sensación de que antes escribía mejor. Da igual cuándo sea el antes y cuándo el ahora. Siempre ocurre lo mismo. Por lo cual, si la leyera entera [Corazón tan blanco], lejos de temer que sea una porquería, temo que probablemente me parezca mucho mejor de lo que hago ahora".
Corazón tan blanco (1992)
Con un título sacado de Macbeth, de William Shakespeare, la séptima novela de Javier Marías comenzaba con un suicido ocurrido cuarenta años atrás. "No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola". En este título -de estructura peculiar, ya que se sostiene entre la narrativa y el ensayo- se conforman las bases de la narrativa de Marías, ya sea la sospecha como el matrimonio. Fueron 2.300.000 ejemplares que se vendieron de Corazón tan blanco' abultada cifra con la que Marías se ganó, más si cabe, el respeto de la crítica internacional.
Negra espalda del tiempo (1998)
Contaba Marías de esta obra que le había impregnado de una forma especial, "quizá por ser yo el narrador o, mas bien, por llamarse el narrador Javier Marías. No es que sea una obra autobiográfica en modo alguno, pero si tiene algo de eso y me he dado cuenta a posteriori de que esa novela me ha supuesto más desgaste que las anteriores, no sólo desgaste propiamente literario, sino también personal. Lo cierto es que si uno suscribe con su nombre y apellido una opinión es distinto que si la suscribe un narrador". El hecho de escribir desde sus recuerdos para volcarlos en negro sobre blanco, le propició a Javier Marías este mencionado desgaste que, en su contenido y continente, nunca fue tan bien recibido por parte de la crítica, aunque sí por parte de los lectores. "Ellos ni siquiera se plantearon que género era. Pero, en fin, el libro se falseó mucho y yo no quise hacer entrevistas en ese momento". De hecho, rememora la muerte de su madre, o la de un hermano al que no conoció. "He podido hablar de eso, no sin esfuerzo, por escrito y a solas. Pero no me veía capaz de ampliarlo en una entrevista", volvía a recalcar en una conversación posterior.
Berta Isla (2017)
Quizás, esta sea una de las novelas más sentimentales pero dolorosas de Javier Marías: "Cada corazón palpitante es un secreto para el corazón más próximo, el que dormita y late a su lado", escribe citando a Charles Dickens hacia el final de esta entrega, inevitablemente enlazada con 'Tomás Nevinson', el agente secreto que protagonizó el libro de título homónimo publicado en 2021, cuatro años después de la salida de Berta Isla, la pareja de Nevinson. "Durante un tiempo no estuvo segura [Berta Isla] de si su marido era su marido. A veces creía que sí, a veces creía que no, y a veces decidía no creer nada y seguir viviendo su vida con él, o con aquel hombre semejante a él, mayor que él. Pero también ella se había hecho mayor por su cuenta, en su ausencia, era muy joven cuando se casó". En 'Berta Isla', Javier Marías rescata además a sir Peter Wheeler, de Tu rostro mañana, y a Bertram Tupra. Esto tampoco era una novedad en él, que ya lo advertía en Zenda: "'Berta Isla' tiene que ver con 'Los enamoramientos' y con 'Todas las almas', y por supuesto con 'Tu rostro mañana', aunque sólo sea por los personajes que las dos comparten y por el mundo de espías muy particulares, muy raros, no son los que suelen encontrarse en las llamadas 'novelas de espías'".
Así empieza lo malo (2014)
Aquí, Javier Marías da vida al personaje de Juan de Vere en primera persona. Como algo habitual en Marías, el matrimonio tóxico, que se dice ahora, de Eduardo Muriel, jefe de De Vere, con Beatriz Noguera vertebra la historia de la novela. "Los dos eran duchos en sostener sus diálogos casi en susurros y templar sus enfados, de manera que no molestaran ni despertaran a nadie. Quizá también para que su historia fuera una historia tenue y nunca contada, como no suelen contarse las de la vida íntima, y así sólo quedara a la vista del soñoliento ojo entreabierto. Pero a ese ojo se le habían añadido aquella noche los míos, soñolientos pero bien abiertos, y en absoluto fríos", escribía Marías. Cuando es la hora de hablar de la culpa y la madre del castigo: "No hace demasiado tiempo que ocurrió aquella historia -menos de lo que suele durar una vida, y qué poco es una vida, una vez terminada y cuando ya se puede contar en unas cuantas frases y sólo deja en la memoria cenizas que se desprenden a la menor sacudida y vuelan a la menos ráfaga-, y sin embargo hoy sería imposible. Me refiero sobre todo a lo que les pasó a ellos, a Eduardo Muriel y su mujer, Beatriz Noguera, cuando eran jóvenes, y no tanto a lo que me pasó a mí con ellos cuando yo era el joven y su matrimonio una larga en indisoluble desdicha".
Mañana en la batalla piensa en mí (1994)
Las medias verdades y las mentiras ocultas, las ideas y los actos. La premisa, que inicia la novela, narra la historia Víctor Francés, que es invitado a cenar por Marta Téllez, una mujer casada con un niño de dos años. Mientras su marido Eduardo Deán se ha ausentado por un viaje a Londres y acaba la velada con Víctor, Marta va al dormitorio con su invitado. Sin que lo supiera, la alcoba iba a ser su tumba después del tiempo de agonía sobre el colchón: "Seguimos los dos aquí, en la misma postura y en el mismo espacio, aún la noto; nada ha cambiado y sin embargo ha cambiado todo, lo sé y no lo entiendo. No sé por qué yo estoy vivo y ella está muerta, no sé en qué consiste lo uno y lo otro. Ahora no entiendo bien estos términos". El título de Mañana en la batalla piensa en mí, de igual manera que ocurre con Corazón tan blanco, es otro préstamo de Shakespeare, en concreto de la Escena III del quinto acto de Ricardo III. Mañana en la batalla piensa en mí ganó el premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos en 1995, Premio Fastenrath (1995), Fémina Étranger (1996) y Letterario Internazionale Mondello-Città di Palermo (1998). Sirva para cerrar este humilde análisis con la reflexión que hacer Marías a través del personaje de Víctor Francés y que, con toda posibilidad, es aplicable a la obra del escritor, fallecido hoy a los 70 años por una afección pulmonar: "Vivir en el engaño es fácil y nuestra condición natural".