Si preguntamos por qué es conocida Teruel seguramente la respuesta sea que por sus amantes. Los más viajeros señalarán la belleza de sus pueblos. Los eruditos, la importancia del arte mudéjar, el modernismo de la capital o la fuente del Torico. Los politizados, Teruel Existe. Apasionados de la historia comentarán una de las batallas más violentas de la Guerra Civil o la resistencia de la ciudad a la Inquisición. Los culinarios platicarán de jamón, cardos, borrajas, tuber melanosporum –vulgarmente conocida como trufa negra–, aceite de oliva e incluso de melocotones. Los más ociosos de Territorio Dinópolis –parque temático dedicado a los dinosaurios tan presentes hace siglos–, o del templo musical dedicado a los irlandeses U2.
Los festivaleros no solo mencionarán encuentros mainstream, también los que apuestan por la tradición como Poborina Folk o Festifalk. Culturetas arengarán de Puerta al Mediterráneo , la muestra de artes escénicas más antigua de Aragón que celebra su trigésimo quinta edición en las localidades de Rubielos de Mora y Mora de Rubielos; en el castillo de esta última se ha celebrado el MIL Festival, al que habría que añadir unos cuantos eventos más realizados en toda la provincia.
Su Diputación cuenta con una partida de 85.000 euros para apoyar propuestas de las entidades culturales, 20% más respecto al año pasado que ya había incrementado un 15% el presupuesto de 2019. Diego Piñeiro, diputado de Cultura, argumenta: “estamos demostrando con hechos nuestra apuesta por este tipo de eventos, porque en la Diputación de Teruel estamos convencidos de que no solo son plataformas divulgativas que llaman la atención sobre el mundo rural y contra la despoblación, sino que además contribuyen al desarrollo sociocultural de la zona”.
Para apoyar las actividades culturales de los ayuntamientos “cuenta con 400.000 euros iniciales y contempla otros 300.000 adicionales para dinamizar la cultura”, resalta el responsable provincial que integra 236 municipios agrupados en 10 comarcas. La capital con 36.240 habitantes –la menos poblada de España seguida por Soria con 39.821 vecinos–, la provincia cuenta con 134.176 ; 15 de los 21 distritos de Madrid tienen más población, en Barcelona solo los de Gracia, Les Corts y Ciutat Vella tienen menos, datos para comprender el escenario turolense.
El rally de los cortos locos
En ese marco de colaboración se desarrolla una de las propuestas más singulares: Desafío Buñuel, promovido por la Fundación Amantes de Teruel con el patrocinio del Gobierno de Aragón y el apoyo de Ibercaja, Fundación Térvalis, el Ayuntamiento de la capital, Comarca de Teruel, la Diputación y varios benefactores locales. Un singular rally cinematográfico. Festival audiovisual que tiene en el rodaje de cuatro cortometrajes seleccionados mediante convocatoria, y un quinto a cargo de un país invitado, una de sus singularidades, con unas bases dignas de mencionar: duración superior a 1 minuto e inferior a 10. Ha de suceder en Teruel, con al menos dos secuencias registradas en el centro de la ciudad, una de ellas en un espacio perfectamente reconocible con diálogo incluido.
El festival Desafío Bueñuel nació como una actividad durante el 800 Aniversario de Los Amantes de Teruel, pero con el objetivo de perdurar
La organización facilita figurantes elegidos entre los vecinos en convocatoria pública, proveyendo a cada equipo de un SEAT 600 rotulado con el logo del rally y un jamón, que tendrán que ser perfectamente visibles, asignando un auxiliar de producción local y un actor/actriz profesional a cada equipo. Seleccionados los cortometrajes, a las 12 horas del día 25 de agosto se da la salida, finalizando a las 12 horas del día 28. Cada equipo con camisetas de color diferente inician una travesía donde es imprescindible la complicidad ciudadana.
Pimpi López Juderías cortometrajista, reportero de TVE y director del rally nos comenta: “Desafío nace como una actividad durante el 800 Aniversario de Los Amantes de Teruel, pero con el objetivo de perdurar, organizado con la Fundación Amantes de Teruel. La idea la tenía desde hace mucho tiempo, ese año conseguimos patrocinio del Gobierno de Aragón que apostó muy fuerte en esa primera edición”. Ante nuestra curiosidad sobre el tipo de propuestas recogidas señala: “hay de todo, hasta ahora se presentaban equipos jóvenes con experiencia profesional, pero este año, por ejemplo, hay un equipo dirigido por Javier Balaguer, director con varios largometrajes a sus espaldas, nominado a cuatro goyas por Solo Mía”.
Luego añade esto: “la ciudad se involucra, la gente presta casas, comercios, se presentan doscientas personas al cásting para figuración. Cada turolense es un auxiliar de producción más. La gente ayuda a todo, se rueda en bares y restaurantes, una maravilla la verdad”, mientras confirma los actores profesionales elegidos este año: “Críspulo Cabezas, protagonista de Barrio, con mucha televisión y cine a sus espaldas, Andrea Fandos la joven actriz protagonista de Las niñas, el veterano actor Carlos Olalla y el gran dramaturgo aragonés Mariano Anós”.
Beatriz Rico es una de las profesionales que ha participado en ediciones anteriores, como parte del equipo encabezado por la directora turca Zeynep Arisoy, premiada con la mejor dirección por The possible impossibilities (2019). Aprovechando una pausa en las presentaciones de su espectáculo, Antes muerta que convicta, la actriz asturiana recuerda la experiencia: “¡Inmejorable! tanto a nivel cinematográfico como personal. El grado de compañerismo, profesionalidad y buen rollo era increíble. La experiencia de rodar contrarreloj, tener que editar, montar, etc. para entregar el trabajo en 48 horas, todo un reto”. ¿Cómo valoras este tipo de festivales tan singulares?: ”Muy necesarios, tanto por el empujón que les puede dar a nuestros jóvenes cineastas con ganas y talento, como por la visibilidad que se le da a nuestro país a través de algo tan importante como son las historias contadas en cine, un poco egoístamente, a nivel personal fue algo tan genial que quiero repetir. Ya se lo dije al director, a nuestro querido Pimpi. El año pasado el virus no nos dejó, pero espero volver a encontrarme con el equipo de Desafío Buñuel pronto”.
Más que cortos
Los rodajes son una parte de la programación. Se cumplen 60 años del estreno de Viridiana, uno de los títulos más reconocidos de Luis Buñuel, premiado con la Palma de Oro, máximo galardón del Festival de Cannes. Para su conmemoración se realizará un encuentro con Pedro del Rey, montador de la película del director calandino. Se recordará a José Miguel Iranzo, fallecido el año pasado, proyectándose Mayumea cinta transgresora, historia del cine aragonés que rodó junto a Javier Navarrete con música del multiinstrumentista suizo Markus Breuss, renovador de nuestra música contemporánea en grupos como Clónicos. Otros turolenses a los que se rememorará son Jorge León Cano Canito, tamborilero de La Cuadrillica de la Muerte, fallecido en 2019, y al destacado compositor Antonio García Abril fenecido en marzo de este año.
Con motivo del 150 aniversario de su nacimiento se rendirá homenaje al también turolense Segundo de Chomón (1871-1929), responsables notorio de la evolución del séptimo arte. Realizó cientos de películas, quizás la más renombrada sea El hotel eléctrico, con propuestas innovadoras no solo artísticas, también técnicas, introduciendo maquetas simulando accidentes o configurando cámaras sofisticadas para dar más realismo a las imágenes. Su mejor colaboradora fue su compañera Julienne Alexandra Mathieu, que además de protagonizar muchos de sus títulos formó también parte de la compañía de la Bella Otero cuando esta se presentó en París, aprendiendo a colorear películas con Georges Méliès.
La obra artística inconsciente, irracional
Jordi Sabatés pondrá música a catorce títulos de Chomón, acompañando con piano las imágenes. Uno de nuestros grandes compositores con proyectos “rupturistas” como el pop-folk de Pic-Nic con una jovencísima Jeanette, el rock cuando lo “moderno” eran los cantautores, confluyendo música clásica, renacentista, tradicional, country, bossa, medieval, progresiva, jazz, blues…. “Fui un fagocitador insaciable. Con Toti Soler escuchábamos Oscar Peterson, João Gilberto, Simon & Garfunkel, Bob Dylan, Debussy, Bach, las Afro Sambas… etcétera. Toda esta simbiosis puede hacer que un día generes una música personal: esto puede suceder o no; no se aprende en el conservatorio. En este sentido, más que rupturista, me considero un seguidor y enriquecedor de la tradición”.
Pregunta: ¿Cómo se lleva formar parte del mejor disco de la historia del rock catalán Dioptria de Pau Riba y del mejor del jazz nacional Vampyria junto a Tete Montoliu?
Respuesta: Con orgullo, gratitud, se grabaron con un espíritu de juego lúdico, entendimiento entre amigos. Muchas obras importantes se han realizado con esta mentalidad. Años después fui consciente de que adquirirían la categoría de referentes. No dejo de pensar tanto en Stravinsky como en Ernesto Sábato, cuando informan de que la creación artística es obra del inconsciente, de lo irracional. Es con el tiempo que la inteligencia vigilante puede descubrir conexiones, causalidades, y precursores.
Pioneros que pasado el tiempo no se reconocen. Pienso en Toti Soler, precursor del nuevo flamenco, escasamente valorado.
La falta de reconocimiento es una de las tradiciones más arraigadas de nuestro país. En mi caso no me puedo quejar, la aportación de Toti Soler al mundo flamenco fue genial e indeleble.
Te acercaste al género con El Turronero.
Trabajaba de director musical para la discográfica BASF. Siempre me había interesado el flamenco; colaborar con El Turronero fue un lujo, creo que fue una de las primeras bulerías con orquesta; tuve al genial Paco Cepero como guitarrista; estuve a punto de hacer un disco con El Lebrijano que no cristalizó por falta de entendimiento con la discográfica. Fui responsable del proyecto New Sevillanas Sound de Los Bayuncos, estos trabajos, y en especial la producción de No és possible el què visc de Quico Pi de la Serra, para el que hice los arreglos, me facilitó grabar a dos pianos Vampyria con Montoliu.
Con el que tocaste a cuatro manos, Chick Corea, Hancock, Chano…
Estaba en el mundo del jazz tocando especialmente new orleans, boogie-woogie, ragtime, lo que aprendí de Tete, entre otras cosas, fue el fraseo bebop. A Hancock le conocí en Berlín. Con Chick Corea toqué en un Musical Express (TVE), monográfico que me dedicaron. La colaboración con Chano vino años después con el concierto Play Piano Play, por cierto, me contó que decidió hacerse pianista profesional tras un concierto que di con Tete en el Lope de Vega sevillano.
Eran tiempos en los que los rockeros poníais música a los cantautores…
No me importa que no sepan leer una partitura; lo que sucedía en muchos casos es que no sabían cuadrar correctamente las canciones; un genio como Paco de Lucía no sabía leer música –decía que para él las notas en una partitura eran como golondrinas en los cables eléctricos–, su guitarra era insuperable, observación extensiva a cantantes de blues, jazzmens…
También hiciste música para poesía, bandas sonoras, películas como Nosferatu, las de Keaton, Méliès…
En la adolescencia fui fan de Buster Keaton, su película Sherlock Jr. me marcó de por vida. En el proceso de composición musical para la obra de teatro Minim.mal Show de Sergi Belbel me vi componiendo una música con unos intervalos violentos y agresivos que me hicieron pensar en Nosferatu de Murnau; de manera natural compuse una banda original para la película Viaje a la Luna de Méliès, otro de mis referentes, actuando como catalizador la celebración del centenario del cine, creando el espectáculo El Mundo Mágico de Georges Méliès, resultando que una de las películas seleccionadas era de Segundo de Chomón pero, es otra historia. En mi espectáculo sobre Méliès la película La luna a un metro resultó ser El viaje a Júpiter de Chomón, le descubrí empezando a interesarme por su obra. Con sus películas hice Música para una ilusión: Universo Chomón y Jordi Sabatés recrea a Segundo de Chomón que presentaré el 26 de agosto en Desafío Buñuel.
Iniciativa, escenario, muestra que en la España vacía en la que se dice que nunca pasa nada, suceden algunas muy reseñables, con poco presupuesto, escasamente valoradas y reconocidas. La visión extendida, casi exclusiva, de que solo es reseñable lo que acontece en las grandes ciudades, junto a miradas urbanitas contribuyen a su invisibilización. La gran agraciada de Desafío Buñuel es Teruel: “protagonista en todos los cortos que luego viajan por todo el mundo. Cada making of es un espot publicitario de la ciudad. Los actores y actrices se enamoran de Teruel, llenan sus redes sociales de fotos de la ciudad. Sinceramente creo que Teruel es la mayor beneficiada de este evento”, remarca Pimpi recomendado dar algunos pasos: “Hemos crecido muchísimo en cuatro ediciones y necesitamos más presupuesto. Hasta ahora hemos ido muy justos y cada vez tenemos más patrocinadores, pero es imposible seguir con este presupuesto. Necesitamos aumentar o no se va a poder sostener. Hasta ahora se ha hecho con entusiasmo y mucha dedicación, pidiendo favores, pero ha llegado el momento de profesionalizarlo un poco más o no podremos continuar”.