Dolores Redondo escribe un libro por año. Y desde que irrumpió en 2014 con su aclamada Trilogía del Baztán, lleva ya cinco novelas entre las que se incluye Todo esto esto te daré, la novela con la que ganó el Premio Planeta en 2015, una de los más vendidas en la historia del galardón literario. La vida de Dolores Redondo, como su obra, ha cambiado de escala, aunque su esencia siga siendo la misma. Así lo demuestra en El lado norte del corazón (Destino), su más reciente novela, presentada esta semana en el Valle del Baztán.
El lado norte del corazón es una pre cuela de su trilogía del Baztán y en la que aporta al lector más claves sobre quién es la inspectora de la policía foral de Navarra, Amaia Salazar, y qué la ha llevado a ser como es. La novela transcurre entre Elizondo, un pequeño pueblo del valle navarro que ya conocen los lectores, y Nueva Orleans, en Estados Unidos, adonde Amaia tendrá que viajar para completar un curso de intercambio de Europol con el FBI.
A las órdenes del agente Alouisius Dupree, Amaia Salazar tendrá que seguir la pista de un asesino en serie: el compositor, un hombre que aprovecha el caos que desata el huracán Katrina para cometer sus crímenes. Este escenario permite a Dolores Redondo desplegar la riqueza cultural y sincrética de esa ciudad del estado de Luisiana, además de explorar el mundo del vudú y la magia negra.
Maltratada de pequeña por una madre maligna, Amaia Salazar tuvo que volver al lugar del que huyó. Lo hizo en la primera entrega: El guardián invisible. Enfrentándose a los homicidios de las jóvenes que aparecían muertas en las orillas del río, la inspectora debió plantar cara ante una infancia dominada por el miedo que le metió en los huesos su madre, una figura que recorre, cual espectro, toda la saga. Porque en estas páginas el mal siempre está cerca, empujando a hombres y mujeres a cometer atrocidades.
En El guardián invisible todo giraba alrededor del ser mitológico Basajaun. Más tarde los pasos de Tartalo, una especie de voraz cíclope de la mitología navarra, era el elemento que daba sentido a los asesinatos rituales de Legado en los huesos, novela a la que siguió como cierre de la saga Ofrenda a la tormenta, un libro concebido alrededor de Inguma, un demonio que asedia a los niños pequeños y entra en las casas para robarles el aliento.
En cada entrega, Amaia Salazar tiene que investigar y aclarar un crimen y lo hace dotada de una profunda inteligencia que, junto a su condición de víctima, le permite resolver los casos a los que se enfrenta. A medida que ella investiga sobre los asesinatos, responde a las preguntas sobre sí misma. Ilumina sus miedos y sus propios demonios. En esta nueva entrega, El lado norte del corazón, ocurrirá lo mismo.
En estas páginas reaparecen personajes del universo Baztán -la tía Encarni por ejemplo-, pero también los fantasmas del pasado a los que la inspectora Amaia tendrá que enfrentarse. Dolores Redondo vuelve en esta novela sobre sus grandes temas: el matriarcado, la familia, los seres mitológicos, la magia negra y, sobre todo, la naturaleza del mal como fuerza contra la que el ser humano debe enfrentarse.
"El lector conoce a todos los personajes de esta novela, porque aparecen en las anteriores lya sea en una llamada telefónica, una mención. De hecho, cuando se hizo el avance de la novela y dijimos que ocurría en EEUU, a los lectores de la trilogía no les extrañó para nada que ocurriera en Nueva Orleans, porque ya estaba presente", cuenta la escritora donostiarra en el Molino del infierno, que debe su nombre al viejo molino situado en un río dentro del bosque del Baztán.
Vuelven el mal y las fuerzas oscuras a esta novela en la que el vudú y la magia negra servirán de elementos de fondo para un nuevo caso policial. "El asesino de este libro está inspirado en uno real. Este hombre se justifica con motivaciones superiores. Intenta justificar su terrible crimen diciendo que le hace el trabajo a Dios porque redime a sus víctimas antes de que pequen. Él los manda al cielo".
Aunque parezca una historia policial, Dolores Redondo ha vuelto a la idea de fondo de la mayoría de sus novelas, que explora cómo los afectos pueden también encubrir el dolor y la violencia dentro de una familia. "Había una deuda pendiente sobre la injusticia que suponen los abusos dentro el hogar. En mis novelas, la importancia de la pertenencia a la familia está presente, para bien y para mal. Sentí que debía explicar cómo, cuando dentro del ámbito del hogar se produce una agresión a uno de sus miembros, todos los que ocultan, tapan y callan porque creen que es mejor, se convierten en culpables y cómplices".
Publicada y traducida en 36 países, Dolores Redondo se ha caracterizado por un estilo específico, entre el género negro y la novela familiar. Es, como ella misma asegura, un género mestizo que ella usa a su favor. "Los márgenes de la novela negra me quedan pequeños para contar lo que quiero contar. Quiero hablar de la familia, que es un hilo conductor constante en mis novelas. Me importa hablar de la pertenencia a esa familia y lo que significa vivir bajo el yugo de una familia, que ocurría en Todo esto te daré. Hablo qué significa, para bien y para mal, el vínculo y lo difícil que es deshacerte".
De momento, Dolores Redondo enfrenta una agenda apretada agenda de prensa. Eso no le impide, entre entrevista y entrevista, aprovechar el tiempo para documentar su próxima novela. "No quiero cambiar ese método. Procuro no volver a casa tras una promoción a un escritorio vacío y una página en blanco".