En el acto inaugural de Liber, en el que han participado el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, y el conseller de Cultura catalán, Ferran Mascarell, el presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, Javier Cortés, ha reclamado "nuevos marcos reguladores en el ámbito de la propiedad intelectual y una adecuación del IVA del libro digital". Esta nueva regulación debería permitir al sector editorial, ha dicho Cortés, "recuperar los valores y la solidez de una cadena de valor bien establecida para el libro impreso, porque no responde de manera eficaz al desarrollo de esta industria cultural en los nuevos hábitos de consumo cultural".
El máximo responsable de los editores considera que para mantener la pujanza del sector editorial español es necesaria una nueva regulación que revalorice, entre otros aspectos, "la protección de la propiedad intelectual, la exención cultural como apuesta por el desarrollo de los agentes culturales a través de medidas de fiscalidad incentivada, la valoración del libro y de las bibliotecas". Esta nueva legislación debería mostrarse mucho más comprometida con las licencias por copia privada, como sucede en otros países de Europa, y debería apostar de forma más decidida y comprometida con el funcionamiento de la Comisión de Propiedad Intelectual en el control de la piratería.
Los editores han solicitado asimismo que se aplique el IVA del libro impreso a los nuevos productos digitales que se están ofreciendo: "Se nos suele acusar de que el precio en digital no es suficientemente barato con respecto al impreso, pero el lector debe saber que en el nuevo formato un 21 % es impuesto" Para Cortés, el sector editorial se enfrenta a un nuevo reto: "Reconocer el valor del acto creador tanto desde el punto de vista cultural como económico y luchar entre todos contra la falacia de la cultura gratis".
Los editores han solicitado que se aplique el IVA del libro impreso a los nuevos productos digitales.
"Desgraciadamente, hemos contemplado con estupor el comportamiento de determinados poderes públicos que se han apuntado sin rubor y con absoluta irresponsabilidad al carro populista. No tengamos duda de que si pierden los autores pierde la cultura", ha añadido. Para el presidente de los editores, lo que está en juego es la lectura: "El gran reto consiste en que este nuevo mundo de posibilidades que se abre disponga de productos de calidad".
Ha recordado el papel del editor como agente cultural "comprometido radicalmente con la cultura" y su voluntad es que "el mayor número posible de ciudadanos tenga acceso a aquellos elementos culturales que considera relevantes" y, si esta mediación desaparece en el nuevo mundo que se está configurando, "el desarrollo cultural de nuestros pueblos se verá seriamente comprometido", advierte. Cortés opina que son necesarias "industrias culturales fuertes y las nuestras lo han sido hasta ahora", y ha añadido que sólo desde "una ingenuidad interesada se puede mirar con recelo que seamos la cuarta industria editorial del mundo y que nuestro liderazgo en la región iberoamericana se afiance cada día", y ha recordado que "si no son los editores españoles los que ocupan este espacio, "otros vendrán a hacerlo desde la distancia cultural".
El secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, ha reconocido que aunque no son buenos momentos para la edición como no lo son para la economía en general, "hay datos para la esperanza, pues el sector editorial vivió en 2011 la apertura de 317 nuevas empresas hasta superar las 3.400, que editaron 116.000 libros, un 2,1% más que año anterior". Estas cifras esperanzadoras también se registraron en el libro electrónico y además "Iberoamérica se mantiene como principal destino de las exportaciones de libros", ha añadido Lassalle.