Álex De la Iglesia es uno de los directores más emblemáticos del cine español y también uno de los pioneros en demostrar hace ya un cuarto de siglo que la producción cinematográfica nacional y los efectos especiales no estaban reñidos y que el público estaba listo para algo inaudito: acudir en masa a las salas de cine, que recibieron a un millón y medio de espectadores para ver la comedia satánica El día de la bestia.
Aquella película se convirtió en una cinta generacional que dio a conocer grupos musicales como Def con Dos y que incluía en su banda sonora a otros nombres imprescindibles de la escena underground como Sociedad Alkoholika o Extremoduro. El protagonista, un heavy de Carabanchel a quien interpretaba un joven Santiago Segura, con chaleco vaquero lleno de pintadas de grupos heavys, se convirtió en un personaje icónico, y el desaparecido Álex Angulo (fallecido en accidente de tráfico en 2014), un cura en busca de Satán, rompió estereotipos y barreras en la representación de un clérigo.
Si se rescatan entrevistas del pasado, especialmente aquellas posteriores al gran éxito en taquilla que tuvo esta locura diabólica tan entretenida, cualquiera puede sorprenderse al descubrir que El día de la bestia no lo tuvo fácil para encontrar financiación y que De la Iglesia tardó varios años en convencer de que aquella propuesta era garantía de éxito. Andrés Vicente Gómez fue finalmente el productor que apostó por la película en la que otros no creyeron.
Quién le iba a decir a De la Iglesia que aquella cinta tan transgresora le iba a deparar tantas alegrías y que con ella iba a ganar en 1996 el único premio Goya de su carrera cinematográfica: el de mejor director, un galardón que arrebató a Manuel Gómez Pereira (nominado con Boca a boca) y Pedro Almodóvar (por La flor de mi secreto), cineasta que precisamente produjo su primera película, Acción mutante (1993). A su productor le dedicó este primer y último galardón en los premios más importante del cine español.
El día de la bestia: a por las nuevas generaciones
Es probable que no exista ningún millenial que no haya visto El día de la bestia. Sin embargo, ¿qué ocurre on la generación z? ¿Conocen siquiera su existencia? ¿Ha sido el regreso de este reestreno una estrategia para llevar de nuevo a las salas a los enamorados por esta película de culto, o debería servir también para acercar esta icónica historia a los más jóvenes? Probablemente, todas estas preguntas tienen una respuesta afirmativa y no entran en conflicto.
Si bien es cierto que los jóvenes van menos al cine de lo que acudían los que hoy son adultos, también es verdad que los recientes reestrenos de películas que sobrepasan con holgura la mayoría de edad han interesado especialmente a los menos habituados a ver películas en las salas . Ocurrió hace casi un año con el regreso a los cines de In the mood for love, de Wong Kar-wai (Deseando amar, título en español), tal y como relató a Vozpópuli el entonces socio de la distribuidora Avalon (ahora en Elastica Films), Enrique Costa, quien destacó la importancia de "dar en la diana" con este segmento del público. Asimismo, es un reclamo para quienes en su día probablemente la vieron en VHS y que encuentran hoy un aliciente en esta restauración en 4K.
El día de la bestia, una de las primeras películas con efectos digitales del cine español, mostró un Madrid "alucinógeno" y "lisérgico", en palabras del director, y ya nadie contempla de la misma manera la plaza de Callao, que adoptó una especial fotogenia después de este rodaje. Aquel luminoso de Schweppes fue reproducido en igual tamaño en estudio y a pesar de todo no se pudo evitar que uno de los actores principales, el italiano Armando de Razza, tuviera un ataque de vértigo, según cuentan Santiago Segura y Álex de la Iglesia en un coloquio hace ya diez años en el programa Versión Española.
Esta es solo una de las anécdotas de un rodaje tan loco como la propia película, tan imprescindible como lejana en la trayectoria prolífica de De la Iglesia, incapaz de descansar: acaba de presentar en el Festival de Sitges su película Veneciafrenia, prepara la segunda temporada de su serie para HBO 30 Monedas y ultima los detalles de El cuarto pasajero, película que filmó con todas las complicaciones de las restricciones por covid y cuyo rodaje se vio interrumpido en al menos una ocasión por casos positivos en el equipo. Su carrera, en la taquilla y detrás de las cámaras, es imparable.