El cineasta francés Xavier Legrand debutó en el largometraje en 2017 con Custodia compartida, un thriller destinado a poner los pelos de punta al espectador con un drama familiar que bebía tanto del cine más aterrador como de algunos títulos de cine social. El objetivo no era otro que mostrar la violencia de género de manera sencilla y directa, sin artificios y con toda su crudeza, algo que consiguió gracias tanto a sus decisiones estilísticas como al brillante reparto: Denis Ménochet, Léa Druckner y el pequeño Thomas Gioria.
Aquella ópera prima consiguió cuatro premios César (el equivalente en Francia a los premios Goya), entre ellos el de mejor película, y recibió el premio del público al mejor filme europeo en el Festival de San Sebastián, donde de nuevo acudió en su pasada edición para presentar su nueva película, El sucesor, un thriller que vuelve a abordar un asunto con la misma raíz, aunque desde un prisma distinto, tal y como ha contado a Vozpópuli durante su visita a Madrid para presentar este filme.
"No quería hablar sobre la violencia hacia la mujer, sino de la violencia de los hombres, cómo ellos mismos se ven aplastados por la cultura del patriarcado", ha contado Legrand sobre esta película, que protagonizan Marc-André Grondin (C.R.A.Z.Y) e Yves Jacques (Las Invasiones Bárbaras). El protagonista aquí es Ellias Barnès, un diseñador de moda de éxito de 30 años que comienza a experimentar dolores en el pecho y que, de manera repentina, tiene que regresar a su Monreal natal desde París para organizar el funeral de su padre. Allí se dará cuenta de que no solo ha heredado un corazón débil.
La segunda cinta de Legrand está basada en la novela de Alexandre Postel La Ascendencia. "He sido fiel a la columna vertebral: el hijo que conoce la muerte de su padre, que debe viajar para organizar el entierro, vaciar la casa y allí descubre un secreto impronunciable y aterrador que va a aplastarle, literalmente, y que va a cambiar su vida y a condenarle", cuenta el director sobre esta cinta, en la que se ha tomado libertades respecto al libro, como el estatus social del protagonista, su profesión o su lugar de residencia, con el fin de "aumentar el aspecto trágico e irreversible".
"No oigo la palabra hombre y, por tanto, no les concierne. Los hombres deben tomar la palabra y sentirse concernidos"Xavier Legrand, director de cine
Legrand dirige esta película y la convierte en una suerte de desafío para una sociedad, la francesa, en la que, a su juicio, se habla de la "violencia hacia las mujeres" y, sin embargo, no se habla de quién la ejerce. "No oigo la palabra hombre y, por tanto, no les concierne. Los hombres deben tomar la palabra y sentirse concernidos. Si las cosas no se mueven es porque los hombres no sienten apelados. No es la violencia hacia a las mujeres, es la violencia de los hombres, hay que hacer un esfuerzo colectivo para que todo cambie", ha destacado.
El director de El sucesor reconoce que hay quienes no querrán ver su propuesta, y que tanto esta cinta como Custodia compartida, su ópera prima, "obligan a meter la nariz" donde quizás uno no desea. "Muestro lo que no se quiere ver", ha señalado este director francés, que se considera a sí mismo un "tránsfuga" de su familia, una decisión que tomó "para cambiar las cosas". "La familia tanto de mi padre como de mi madre tienen valores muy patriarcales. Desde pequeño fui un insurrecto, me rebelé, y veo cómo a los hombres de mi familia les conviene el régimen patriarcal", asegura.
La "venganza" de Anatomía de una caída
En cuanto a la presencia de Francia en la pasada edición de los Oscar, Xavier Legrand ha aplaudido el éxito de Anatomía de una caída, película que se hizo con la estatuilla al mejor guion original, una de las cuatro categorías en las que competía, entre ellas también las de mejor película y mejor dirección. Eso sí, no compitió por el Oscar a la mejor película internacional, una nominación para la que Francia había concurrido sin éxito con el filme A fuego lento, de Tran Anh Hung.
"Es un desconocimiento del mercado americano por parte de Francia, todavía se piensa. Se eligió un cliché, así que me pareció una magnífica venganza que esta película, dirigida y protagonizada por una mujer, y que también replantea el lugar de la mujer en la pareja, ganara el Oscar. Hay gente que resiste, que quiere mantener ese tipo de cine. Se trata de un error de juicio garrafal", sostiene Xavier Legrand.