Cultura

Eva Santana en 'La falacia de Montecarlo', una mirada crítica a la alta burguesía catalana: "A mi hija nunca le recomendaría que no trabajara"

La autora quiso tratar este tema desevelando las capas ocultas de una sociedad que esconde un juego constante de poder, rivalidad y decadencia

  • Eva Santana, "La falacia de Montecarlo" -

Eva Santana, doctora en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad Autónoma de Barcelona y profesora en la universidad, nos sumerge en un mundo de intrigas, secretos y manipulaciones con su novela 'La falacia de Montecarlo'. Sin embargo, lo hace a través de una trama que no suele ser habitual y sobre un tema que hasta ahora había permanecido en silencio. La obra, ambientada en la alta burguesía catalana, desvela las capas ocultas de una sociedad que, tras su apariencia impecable, esconde un juego constante de poder, rivalidad y decadencia. En una entrevista para Vozpópuli, Santana comparte los detalles detrás de la creación de esta novela, revelando cómo una misteriosa casa en la frontera franco-española sirvió como la chispa inicial para esta historia.

Todo comenzó durante unas vacaciones en el sur de Francia, cerca de la frontera con España, donde Santana y su familia alquilaron un apartamento. “Había una casa imponente, de estilo novecentista, abandonada y cerrada a cal y canto, que veía cada semana”, comenta la autora. Este edificio, a pocos metros de la antigua aduana, se convirtió en el escenario perfecto para una historia de contrabando, con ricos veraneantes de Barcelona, una familia venida a menos y el personal de servicio de la comarca. De esta forma, una simple observación cotidiana se transformó en el germen de esta trama.

Criticando la superficialidad de la alta burguesía catalana

Uno de los aspectos más destacados de 'La falacia de Montecarlo' es su crítica a la idílica vida de la alta burguesía catalana. Santana no escatima en resaltar los vicios y defectos de esta clase social, enfocándose en el postureo, los privilegios heredados, la hipocresía y la vanidad. “Cuando te rodeas de personas así, siempre sientes que estás en una competición constante y que todo es muy superficial. Ese mundo quería ponerlo en evidencia”, afirma la autora.

Eva Santana en 'La falacia de Montecarlo', una mirada crítica a la alta burguesía catalana: "A mi hija nunca le recomendaría que no trabajara"
Eva Santana en 'La falacia de Montecarlo', una mirada crítica a la alta burguesía catalana

La novela cuestiona la importancia desmesurada que se otorga al dinero y a las apariencias, en detrimento de los valores más humanos. Los personajes de la obra se mueven en un mundo donde el poder y los contactos son lo que realmente importa, y donde la manipulación y las rivalidades son el pan de cada día. Santana logra poner en evidencia la fragilidad de este entorno, demostrando que, a pesar de las riquezas y el lujo, los miembros de esta élite no están exentos de problemas y debilidades.

La ambientación: Barcelona, Costa Brava y Cerdanya como escenarios clave

La elección de las localizaciones para la trama no es casual. Santana nos lleva a través de tres lugares emblemáticos de Cataluña: Barcelona, la Costa Brava y la Cerdanya. "Barcelona con sus edificios señoriales y modernistas del Ensanche, el casco antiguo bohemio y bullicioso… La Costa Brava es la Toscana catalana. Hay cientos de pueblos marineros y de interior preciosos, igual que en la Cerdanya, pero en versión montaña, ambos con un paisaje y una gastronomía propia de guisos 'mar y montaña'", describe Santana. Estos lugares, conocidos por ser destinos de veraneo de las familias pudientes catalanas, juegan un papel fundamental en la historia.

La falacia de Montecarlo: una teoría matemática como metáfora de la vida

Uno de los elementos más intrigantes de la novela es la incorporación de la teoría matemática conocida como la falacia de Montecarlo. Esta teoría, "que se basa en un hecho real ocurrido en 1913 en el casino de Montecarlo, donde la bola de la ruleta cayó en el casillero negro veintiséis veces seguidas", sirve como una poderosa metáfora en la trama.

“Cuando te rodeas de personas así, siempre sientes que estás en una competición constante y que todo es muy superficial. Ese mundo quería ponerlo en evidencia”

Santana explica que su intención era "darle un sentido global a la novela, donde todos los personajes se dividen en ganadores y perdedores en la lotería de la vida". Sin embargo, el azar, representado por la falacia de Montecarlo, juega un papel crucial, demostrando que el destino no siempre sigue un camino predecible. "El azar en cada tirada tiene las mismas probabilidades. Así que a alguien que le ha ido siempre bien, en cualquier momento, la suerte se la puede jugar", reflexiona Santana.

Personajes complejos y entrelazados: secretos oscuros y vidas aparentes

La construcción de los personajes en 'La falacia de Montecarlo' es otro de los puntos fuertes de la novela. Santana se ha esmerado en crear figuras complejas y con oscuros secretos. "Ningún personaje es completamente bueno o malo, lo que añade una capa de realismo y autenticidad a la historia", explica Santana.

Por ejemplo, Blanca, una rica ociosa, es a la vez víctima de sus circunstancias, mientras que su marido, Sergio, a pesar de su encanto y éxito, es un manipulador nato. Don Anselmo, el suegro, es un hombre que ha dedicado su vida al trabajo, solo para descubrir una existencia vacía en su jubilación. Su esposa, Adela, vive de puertas para afuera, pero esconde un oscuro drama en su pasado. “Al lector los personajes le van a recordar a alguien a quien conoce”, comenta Santana, quien admite haberse inspirado en personas reales, aunque prefiera no revelar sus identidades para evitar conflictos.

El empoderamiento femenino y el desafío de equilibrar la vida

En su novela, Santana también aborda el tema del empoderamiento femenino, presentando a mujeres fuertes e independientes, aunque con diferentes características y desafíos. Rebeca, Rocío y Dolors son mujeres empoderadas, trabajadoras e inteligentes, pero a la vez luchan con la soledad y el estrés que acompañan sus vidas. Por otro lado, personajes como Blanca y Adela, que no trabajan y dedican su vida a la familia, representan el otro lado de la moneda, donde el riesgo de depender de otros es alto.

Eva Santana en 'La falacia de Montecarlo', una mirada crítica a la alta burguesía catalana: "A mi hija nunca le recomendaría que no trabajara"
Eva Santana en 'La falacia de Montecarlo', una mirada crítica a la alta burguesía catalana

Santana busca transmitir el mensaje de que es crucial encontrar un equilibrio entre la vida profesional y personal, y que apostar solo por una de estas esferas puede llevar a un claro desequilibrio. “A mi hija nunca le recomendaría que no trabajara, aunque pudiera no hacerlo”, afirma la autora, quien ve en el trabajo una forma de asegurar la independencia y evitar que la vida de una mujer se defina únicamente por su rol dentro del hogar.

Relaciones familiares y personales: lo que se oculta tras las apariencias

Las relaciones familiares y personales son un tema central en 'La falacia de Montecarlo'. Santana se adentra en ellas, mostrando cómo, detrás de las vidas aparentemente perfectas de sus personajes, se esconden problemas y tensiones que muchas veces no son visibles para el mundo exterior. La autora explora la idea de que "no todo es oro lo que reluce", y que "incluso en las familias más privilegiadas, existen relaciones de dependencia, amores caducados y secretos inconfesables".

A través de estos personajes, Santana refleja la dualidad de las relaciones humanas, donde el amor y la traición coexisten, y donde las nuevas oportunidades pueden surgir en los momentos más inesperados.

En este sentido, lo que Santana espera que los lectores saquen de "La falacia de Montecarlo" es una mezcla de entretenimiento y reflexión. La autora quiere que los lectores disfruten de la trama, se enamoren de los personajes y se sumerjan en las intrigas que se desarrollan a lo largo de la novela. Pero también espera que, al terminar el libro, quede en ellos una sensación de que el azar, de alguna manera, "actúa como una especie de justicia divina, colocando a cada uno en el lugar que se merece".

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