Cultura

Las extrañas huellas en la nieve que marcaron el camino de Escrivá de Balaguer

Este miércoles se cumplen 49 años del fallecimiento del fundador del Opus Dei

  • José María Escrivá de Balaguer, en un encuentro con jóvenes.

Este 26 de junio se cumplirán 49 años del fallecimiento de una de las figuras más notables de la historia de España del siglo XX, Josemaría Escrivá de Balaguer. El que se terminará convirtiendo en el fundador del Opus Dei nació Barbastro (Huesca) el 9 de enero de 1902. Y con solo dos años fue desahuciado por el médico de su pueblo, porque padecía una meningitis aguda. 

Su madre, Dolores, y su padre, José, pidieron a Nuestra Señora del Sagrado Corazón intensamente su curación, prometiendo que si lo hacía, harían una romería penitente hasta la ermita cercana de Torreciudad. A la mañana siguiente amaneció curado, y al cabo de los días sus padres hicieron con su hijo la romería como agradecimiento. Por eso quedó en “deuda” este oscense, que años más tarde “pagó” con la construcción de un Santuario al lado de la antigua ermita de Torreciudad. En 1975 abrió sus puertas y desde entonces, cientos de miles de personas visitan cada año este lugar de peregrinación mariana.

Pero volvamos a nuestra historia. Pasaron los años y en 1915, tras haberse trasladado a Logroño, por la quiebra de la empresa familiar, Escrivá tuvo una segunda experiencia que marcó su vida. Un día, después de una ‘Filomena’, cuando iba al instituto vio unas huellas en la nieve de unos pies descalzos. Tras seguirlas llegó a un convento de carmelitas descalzos. Este hecho le provocó un impacto que le hizo plantearse ¿si este hombre es capaz de hacer eso por amor a Dios, qué puedo hacer yo?

En ese momento intuye con más claridad que Dios desea algo de él y pensó que podía descubrirlo más fácilmente si se hacía sacerdote. Comenzó su formación primero en Logroño y más tarde en el seminario de Zaragoza. En 1927, tras haberse ordenado y haber estudiado la carrera Derecho civil, se trasladó a Madrid, con permiso de su obispo, para obtener el doctorado en Derecho, en la Universidad Central.

San Josemaría llegó a Madrid en 1927 y fue capellán del Patronato de Enfermos hasta 1931, edificio que sigue en pie y sigue ayudando a enfermos y pobres de todo Madrid. 

San Josemaría se encargaba de la atención espiritual de los enfermos. Es decir de llevarles la Comunión, confesarlos, impartir la Unción de Enfermos y les daba el cariño en los últimos momentos de su vida. Esta labor la hacía por todo Madrid, incluso salía a las periferias de ese momento, como lo era Vallecas, haciendo varios kilómetros cada día. Después de esta tarea, Escrivá fue capellán y luego rector del Real Monasterio de Santa Isabel de Madrid entre los años 1931 y 1946.

Fundación del Opus Dei

San Josemaría encontró lo que buscaba desde hacía años con la fundación del Opus Dei. El 2 de octubre de 1928, Dios le hizo ver lo que esperaba de él desde hacía muchos años, después de varias “señales” y fundó el Opus Dei. El mensaje que vio San Josemaría fue claro: para ser santo e ir al Cielo con Dios, basta hacer bien las tareas cotidianas y el trabajo diario por amor a Dios.

Comenzó la labor de transmitir este modo de vida en Madrid con la idea de llegar a toda la nación y fuera de ella, pero muy pronto cambiaron sus planes, se trastocaron por la Guerra Civil. Durante la contienda sigue como puede y al finalizar, retoma con más impulsó las gestiones para impulsar este camino de santidad por todo el mundo.

Su afán por llevar a cabo esta luz divina, que se plasmó en una institución cuyo fin es dar la formación espiritual para hacer el trabajo de la mejor manera posible, con un sentido trascendente, como servicio a la sociedad y como manera de poner a Cristo en la cumbre de todas las actividades profesionales. Esta formación espiritual ha tenido como finalidad que el trabajo y la vida cotidiana sea lugar de encuentro con Dios, ya sea entre la clase trabajadora rural,  industrial, en la administración pública, en las élites académicas, intelectuales o políticas. 

Al principio solo formaban parte varones. Dos años después, Escrivá comprendió que también habría mujeres en el Opus Dei.  En 1941 recibió una primera aprobación diocesana por parte del obispo de Madrid, Mons. Eijo y Garay. Y dos años más tarde, el 14 de febrero de 1943 entendió la herramienta jurídica necesaria para tener presbíteros incardinados: una asociación, íntimamente relacionada con el Opus Dei, llamada la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz.

El 25 de junio de 1944 el obispo de Madrid, Eijo y Garay, ordena a los tres primeros sacerdotes: Álvaro del Portillo, José Luis Muzquiz y José María Hernández Garnica. En 1946 Escrivá empieza a vivir en Roma, con sus principales colaboradores, con la idea de estar cerca del Papa para explicarle qué es el Opus Dei de primera mano y recibir así su aprobación, y finalmente obtuvo su primera aprobación pontificia en 1947. 

Expansión del Opus Dei y canonización

En las siguientes décadas,  el Opus Dei se extendió por un buen número de países, de tal manera que son muchas personas, de variadas nacionalidades, las que entendieron que viviendo su vida corriente cara a Dios pueden ir al Cielo.  

Escrivá falleció el 26 de junio de 1975 en Roma de manera repentina al entrar en su despacho. 17 años más tarde fue beatificado en Roma, tras la aprobación de un milagro por la curación de un tumor de una monja. Y el 6 de octubre de 2002, en la plaza de San Pedro, fue canonizado, por la aprobación de un segundo milagro por la curación de un médico que tenía radiodermitis.

Mucho antes de morir, ‘vaticinó’ cuál sería su parte de su legado espiritual: «en lo humano, quiero dejaros como herencia el amor a la libertad y el buen humor». Actualmente forman parte del Opus Dei alrededor de 93.400 personas, de las cuales unos 2.300 son sacerdotes. Del total de fieles, aproximadamente el 57% son mujeres y el 43% hombres. La distribución por continentes es la siguiente: África 4%, América 34%, Asia 4%, Europa 57%, Oceanía 1%. En 2028 será el centenario de esta institución.

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