Cultura

“¿Habrá fascismo en España?”, cuando Chaves Nogales llamó “ridículo” a Goebbels

"Ser ciudadano de la República Española y periodista liberal no es hoy, para los gobernantes alemanes, una invitación a la confianza", señalaba Chaves en 1933

  • Montaje Manuel Chaves Nogales y Joseph Goebbels.

Los lectores del periódico ‘Ahora’ del 21 de mayo de 1933 hojeaban las primeras páginas con la información del asesinato del presidente de la República del Perú y la llegada de un expreso de lujo a Barcelona directo de Francia cargado con "las bellezas proclamadas por trece naciones para tomar parte en el concurso de Miss Europa". En páginas interiores, un breve explicaba cómo "los israelitas" trataban de establecer una colonia en Angola, antes de una publicidad a página completa de Electrolux que convencía al lector de que "una mujer de su casa necesitaba un armario frigorífico", un nuevo aparato que prometía conservar la comida alimentado con gas, electricidad o petróleo. A mitad del diario, el lector llegaba a una llamativa entrevista realizada por "M. Ch." titulada con una pregunta que hoy sería aprobada por el departamento de posicionamiento SEO de cualquier digital actual "¿Habrá fascismo en España?".

El subdirector del medio, Manuel Chaves Nogales, de 35 años, se encontraba en Alemania realizando reportajes sobre el régimen de moda. El periodista publicó una serie que hablaba de la captación de los jóvenes, la realidad de los presos políticos que trataba de ocultar el régimen de Hitler o esta "interviú" con el que Chaves consideraba como el tipo más interesante de la nueva Alemania. El texo comenzaba con una advertencia, pues según afirmaba, "ser ciudadano de la República Española y periodista liberal no es hoy, para los gobernantes alemanes, una invitación a la confianza". La exigencia del régimen nazi para que su ministro de propaganda contestara a tres preguntas fue que las respuestas fueran publicadas textualmente "sin comentarios ni interpretaciones, cada pregunta, con su respuesta, a renglón seguido. Nada más".

Es un tipo ridículo, grotesco; con una gabardina y su pata torcida, se ha pasado diez años siendo el hazmerreír de los periodistas liberales

Chaves se comprometió y cumplió, pero antes de plasmar el cuestionario en un destacado, el sevillano se desahogó en dos párrafos que comenzaban: "Es un tipo ridículo, grotesco; con una gabardina y su pata torcida, se ha pasado diez años siendo el hazmerreír de los periodistas liberales. Toda Alemania está llena de anécdotas pintorescas sobre este tipo estrafalario".

Pero era consciente del éxito del propagandista por conseguir captar la atención del público: "Llegó a ser lo que todos los periodistas quisieran para sus artículos: un suceso, un verdadero suceso que se producía en la conciencia del lector... Tenía la misma facultad prodigiosa que en nuestro tiempo han tenido León Daudet, el reaccionario, y Trotski, el comunista".

Goebbels, Hitler, Röhm y Göring en una fotografía de 1933.

Goebbels, Hitler, Röhm y Göring en una fotografía de 1933.

El periodista preguntó a Goebbels cómo tenía pensado contrarrestar la propaganda anti alemana que pudieran llevar a cabo en el extranjero los judíos emigrados de Alemania, qué métodos propagandísticos pensaba emplear fuera de sus fronteras, y si consideraba que la doctrina nacionalsocialista podía encontrar un eco en los demás países. Fue esta última pregunta la que consiguió el titular y el enfoque de la pieza con un Goebbels que decía estar convencido de que la "transformación espiritual de Europa, expresada en el fascismo, el kemalismo y el nacionalsocialismo" sería completa en una o dos décadas.

Las diferentes cabezas de la hidra fascista se adueñaron de un continente fagocitando democracias como la española, mientras la otra gran maquinaria represiva llevaba una década asentada en el Kremlin. Chaves, un verdadero demócrata y republicano convencido, que defendió la legítima defensa de la Segunda República ante el golpe de Estado del 18 de julio, terminó espantado también por algunos de los defensores de esta: "Me fui cuando tuve la íntima convicción de que todo estaba perdido y ya no había nada que salvar, cuando el terror no me dejaba vivir y la sangre me ahogaba. ¡Cuidado! En mi deserción pesaba tanto la sangre derramada por las cuadrillas de asesinos que ejercían el terror rojo en Madrid como la que vertían los aviones de Franco, asesinando mujeres y niños inocentes. Y tanto o más miedo tenía a la barbarie de los moros, los bandidos del Tercio y los asesinos de la Falange, que a la de los analfabetos anarquistas o comunistas."

En mi deserción pesaba tanto la sangre derramada por las cuadrillas de asesinos que ejercían el terror rojo en Madrid como la que vertían los aviones de Franco, asesinando mujeres y niños inocentes

El régimen que Goebbels trompeteaba terminaría provocando la mayor ruina y destrucción de la historia europea. Desde el confort del futuro es extremadamente sencillo observar cómo los europeos estaban caminando pisando la cola del tigre, pero los reportajes de Chaves dibujan a la perfección figuras como la del ministro de la propaganda, solo cuatro meses después de la llegada de Hitler al poder. “Hay en él la misma capacidad de sugestión y de dominio que en todos los grandes iluminados, en todos esos tipos nazarenoides de una sola idea encarnizada: Robespierre o Lenin. Lucirá mucho menos que Hitler en las paradas, pero es más certero. Creo que no se pone nunca la "camisa parda", pero debajo de su gabardinita insignificante lleva la guerrera más ajustada de Alemania. Es de esa estirpe dura de los sectarios, de los hombres votados a un ideal con el cual fusilan a su padre si se les pone por delante. En España no ha habido así más que algunos curas carlistas, hace ya muchos años”. El único desatino de Chaves fue considerar, en la última línea de su texto, que su patria estaba libre aquellos perfiles que él mismo sufriría en sus carnes teniendo que marchar al exilio. 

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli