Quedan menos de 15 días para que el madrileño parque de El Retiro se inunde de literatura con la celebración de la Feria del Libro. Con la vuelta a la presencialidad como aliciente y con el eslogan "La feria del reencuentro", la octogésima edición de la cita literaria se llevará a cabo entre el 10 y el 26 de septiembre y con Colombia como invitado de honor.
Pese al cambio de fecha motivado por la situación sanitaria —normalmente se celebra en el mes de junio—, los organizadores confían en congregar a un gran número de lectores ávidos de conocer y adquirir las últimas novedades literarias. "Los cálculos económicos que hacemos es que las cifras finales posiblemente se puedan acercar a las de 2019", asegura en conversación con Vozpópuli Manuel Gil, director de la Feria del Libro de Madrid.
Gil, quien dirige la Feria desde 2016, sí cree que el tipo de comprador puede cambiar en esta edición: "Vamos a perder ciertos niveles de compra por impulso pero también el tipo de gente que va a venir, que va a soportar el control de aforo, etc., van a ser compradores muy habituales del libro, lo que se llaman los 'pata negra' de la compra".
Con él coincide Enrique Pascual, presidente de la Feria y del Gremio de Librerías de Madrid. Cree que pese a que todo estará más controlado y acotado debido a las medidas de prevención, la gente que entrará al recinto irá por total interés, mientras que en otras ediciones el encuentro entre compradores, editores y escritores podía ser casual, sin conocimiento de que se estaba celebrando tal evento en este emblemático lugar. "Entendemos que la gente que entrará en el recinto es porque le apetece ver libros. Es un cambio de lo que es el visitante que también puede ser beneficioso", señala.
Menos casetas y escritores
Manuel Gil atiende a este medio mientras diferentes operarios trabajan en las labores de montaje de las 320 casetas que habrá en El Retiro, una cifra ligeramente menor que la de hace dos años, cuando hubo 361. Tampoco parece que debido a la pandemia y a la reducción del espacio habilitado se vaya a resentir mucho el número de escritores: en esta ocasión serán alrededor de mil frente a los 1.800 de 2019.
Tal y como asegura Pascual, esta edición de la feria será "bastante más cara" en términos de organización, con un sobrecoste cercano al 25% debido a que se necesita aumentar el personal y los recursos para que se pueda llevar a cabo con total seguridad.
Los libreros se reinventan
Precisamente, para hacer más amena la visita de los compradores a la Feria y ante el descenso en el número de firmas, con escritores que no pueden viajar debido a las restricciones, Esther Madroñero, propietaria de la librería Kiriku y la bruja, ha ideado un sistema para que los clientes no se queden sin los autógrafos. Se trata de "libros rellenos", mediante el cual todos los ejemplares que se vendan contendrán notas manuscritas del autor. También organizará juegos para hacer más llevadera la espera en las colas.
Pese a la ilusión con la que afronta la vuelta de la Feria del Libro a El Retiro, Esther no esconde su rechazo al cambio de fecha —que para muchos coincide con la campaña de vuelta al 'cole'—, y su poco optimismo con el desarrollo de la misma: "Si cubriéramos los gastos sería un éxito", asegura a este diario.
Colombia, país invitado de honor
En esta edición de la Feria del Libro, Colombia será el país invitado de honor y exhibirá su riqueza cultural a través de 35 autores de alto nivel y más de 40 actividades, entre ellas una muestra del carnaval de Barranquilla.
Además, entre las novedades previstas para conmemorar el 80 aniversario de esta feria, organizada por la Asociación de Empresarios y Empresarias del Comercio del Libro de Madrid, destaca la exhibición de una historia gráfica de la misma desde el año 1933, fecha de la primera edición celebrada en el madrileño Paseo de Recoletos, hasta la actualidad.