A partir del 21 de septiembre, el Museo Guggenheim Bilbao presenta De Van Gogh a Picasso. El legado Thannhauser, una exposición que permitirá ver por primera vez fuera de Nueva York la mayoría de las obras de la Colección Thannhauser, donada hace más de 50 años a la Solomon R. Guggenheim Foundation por Justin K. y Hilde Thannhauser. La muestra incluye casi cincuenta obras de algunas de las grandes figuras del Impresionismo, Posimpresionismo y de maestros modernos, como Paul Cézanne, Edgar Degas, Édouard Manet, Pablo Picasso y Vincent van Gogh..
Las obras de la Colección Thannhauser se centran en autores de la vanguardia que buscaron liberar el arte de los géneros y medios académicos de finales del siglo XIX. Estos autores exploraron los efectos cambiantes de los fenómenos naturales y cómo representar el espectáculo de la ciudad en transformación a comienzos del siglo XX, empleando recursos estilísticos, como la pincelada suelta, y prácticas innovadoras, como la fragmentación del plano pictórico. Además de pinturas, esculturas y obras sobre papel, la muestra incluye material de archivo, como libros de inventario de la galería de Thannhauser o fotografías históricas, con el fin de documentar en profundidad el compromiso de esta familia con algunos de los artistas, coleccionistas y marchantes de su tiempo.
Justin K. Thannhauser era el hijo del marchante de arte judío alemán Heinrich Thannhauser, quien fundó la Moderne Galerie en Múnich en 1909. Desde muy temprana edad, Justin trabajó con su padre en la floreciente galería, ayudándolo a elaborar un versátil programa de exposiciones dedicadas a artistas impresionistas y posimpresionistas franceses y dedicando muestras a autores contemporáneos alemanes con regularidad. Por ejemplo, la Moderne Galerie presentó las exposiciones más importantes de la Nueva Asociación de Artistas de Múnich (Neue Künstlervereinigung München, NKVM) y del Jinete Azul (Der Blaue Reiter) —ambas incluían a Vasily Kandinsky- en 1909 y 1911, respectivamente. Los Thannhauser también organizaron en 1913 una de las retrospectivas más importantes de Pablo Picasso, dando inicio así a una estrecha relación entre Justin K. Thannhauser y Pablo Picasso que duraría hasta la muerte del artista en 1973.
La Colección Thannhauser jugó un papel decisivo ampliando el ámbito de los fondos artísticos de la Solomon R. Guggenheim Foundation al incluir obras de los precursores de la era moderna. Como prominentes marchantes en Alemania en las primeras décadas del siglo XX, los Thannhauser no solo contrajeron un compromiso con los artistas contemporáneos locales, sino que también dedicaron importantes exposiciones colectivas y en solitario a los artistas franceses de la vanguardia de finales del siglo XIX, como Paul Cézanne, Edgar Degas y Édouard Manet. Estos artistas rebeldes, radicados en París y asociados en gran medida con el grupo de los impresionistas, trataron de librarse de los géneros y medios académicos, explorando los efectos cambiantes de los fenómenos naturales y los temas urbanos, y empleando recursos estilísticos como la pincelada suelta o las composiciones inusuales para lograr la ilusión de espontaneidad. Desarrollaron innovaciones formales que sembraron el terrero para la rápida proliferación de enfoques radicalmente nuevos en el arte del siguiente siglo.
La muestra que llegará al Guggenheim demuestra la naturaleza de la colección como expresión de una determinada época y sensibilidad. La tarea de coleccionar por parte de los Thannhauser el arte europeo de finales del siglo XIX y comienzos del XX —un momento complejo, definido por la agitación económica, política, social y psicológica, a menudo en nombre del progreso— plasma la diversidad de estilos artísticos surgidos como reacción a las dos corrientes dominantes en el arte de aquel momento: el naturalismo académico y la devoción de los impresionistas por el mundo natural. Artistas como Paul Gauguin y Vincent van Gogh, protagonistas de exposiciones fundamentales organizadas in los primeros tiempos de la galería Thannhauser de Múnich, volvieron su mirada artística hacia el interior. En especial, Van Gogh interpretó la realidad a través de la lente de su experiencia personal y sus emociones. Como “posimpresionistas”, como se les dio en llamar, estos artistas reaccionaron contra la idea del arte como una “ventana al mundo” y emplearon líneas sinuosas y colores no naturalistas para infundir en sus obras un tono emotivo