Cultura

La segunda vida literaria del ‘Mein Kampf’

Antes de pasar a la historia como uno de los mayores criminales que haya visto la humanidad, Adolf Hitler también fue un autor de best-sellers. En concreto de un superventas, su autobiografía ‘Mein Kampf’ (‘Mi Lucha’). Del que fue su libro más célebre se vendieron millones de copias. Tanto es así que cuando la Segunda Guerra Mundial daba sus últimos coletazos, se contaban hasta 10 millones de ejemplares de ‘Mein Kampf’ en los hogares alemanes, un éxito editorial que convirtió a Hitler en un hombre rico. En realidad, ya lo era incluso antes de ser nombrado canciller en enero de 1933 gracias a las ventas de su libro, que comenzó a escribir mientras cumplía en 1924 una pena de cárcel tras un golpe de Estado frustrado.

  • Adolf Hitler (Gtresonline).

Tras el suicidio del dictador nazi en su bunker berlinés y el final de la guerra, sus derechos de autor quedaron en manos del Estado de Baviera, que sólo recientemente ha confirmado su deseo irrevocable de volver a editar la obra. Tal vez se hayan decidido las autoridades bávaras a reeditar el libro, publicado originalmente por la editorial Franz Eher Verlag en dos volúmenes, al ver que Mein Kampf ya es, de hecho, un éxito en Internet.

Este ámbito tecnológico no entiende de límites legales como los que han impedido la aparición generalizada del relato hagiográfico que se hizo Hitler. Circulan ahí infinidad de ediciones de la biografía del denominado “líder ario”, aunque incluso en la red de redes hay restricciones. De esta forma, Amazon, la multinacional estadounidense de venta por Internet, no vende ediciones en alemán del libro.

Alemania ha tenido que esperar a que Baviera se decida para que se pueda adquirir de nuevo el Mein Kampf en la sección de novedades de las librerías alemanas. Eso sí, sólo en 2016 está previsto que reaparezca a la venta al público. De un tiempo a esta parte no han hecho más que acumularse los casos de reediciones frustradas por la justicia alemana, que no ha dejado ni siquiera publicar extractos del libro, tal y como quería hacer hace un par de años Peter McGee, un empresario británico del mundo editorial. Deseaba McGee con esa empresa contribuir a “desmitificar” la figura del dictador, pero las autoridades bávaras entienden que sólo ellas pueden llevar a buen puerto ese cometido. Así lo ha dicho Markus Söder, ministro de Finanzas del Estado de Baviera: “Tenemos que desmitificar ese libro”.

Esa misión, aparentemente, no puede hacerla cualquier emprendedor ni tampoco cualquier universitario. Ahí está el caso de Christian Gizewski, investigador de la Universidad Técnica de Berlín. Tuvo que retirar sus trabajos comentando el libro de Hitler puestos en acceso libre para usos académicos en una web de su institución. “Yo sólo ofrecía partes del libro con análisis del mismo, nada más”, dice a Marabilias este historiador, una de las últimas personas que se han visto envueltas en una polémica con el libro maldito de Hitler.

Precisamente un libro comentado por prestigiosos especialistas es lo que prometen las autoridades bávaras, que han encomendado este trabajo al Instituto de Historia Contemporánea de Múnich. Es más, allí los hay dedicados a la nueva edición del Mein Kampf desde 2009. Sin embargo, todavía el mes pasado se escuchaba a destacados miembros del Ejecutivo regional bávaro, como Christine Haderthauer, actual ministra de Trabajo en Baviera, decir que su Gobierno quería “detener el proyecto del Instituto” para así no “difundir propaganda nazi”.

“Ese comentario llegó en un momento delicado, porque en el Gobierno del Land se estaba debatiendo qué hacer cuando terminen los derechos del Estado de Baviera sobre el Mein Kampf, el 31 de diciembre de 2015; se quedaba abierta la puerta a que quien quisiera pudiera publicar el libro”, explica a este magazine Simone Paulmichl, portavoz del Instituto de Historia Contemporánea de Múnich. Según sus términos, pese a las “dudas” que han tenido los gobernantes sobre la conveniencia del proyecto, afortunadamente para ella y el resto de investigadores de su institución, el Gobierno les ha dado un sí “definitivo” este año a sus intenciones editoriales por ser “estrictamente científicas”.

Esto que implica “dar a conocer las mentiras de Hitler” contenidas en el libro, de acuerdo con Paulmichl. Porque Mein Kampf es, ante todo, “un ensayo propagandístico firmado por un militante violento” que exige “acompañar el texto con información que constituya una crítica extensa al original”. Así lo entendieron, desde 1939, los responsables de una de las primeras ediciones aparecidas en inglés. Se trata del Mein Kampf publicado ese año por la estadounidense New School of Social Reasearch de Nueva York. Un trabajo similar, aunque apoyado ahora con décadas de investigación histórica sobre la vida y funesta obra del tirano nazi es lo que se espera aparezca en Alemania el primero de enero de 2016. Entonces, se habrán cumplido 70 años de la muerte de Hitler y Baviera ya no tendrá sus derechos de autor. Se trata de una fecha tan simbólica como decisiva para contribuir a desmontar y eliminar esa imagen mítica del dictador que ofrece su autobiografía. 

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