Richard Linklater siempre es bien recibido en los cines. Para los despistados, este director es el artífice de la que probablemente sea la trilogía más romántica del cine (Antes del amanecer, Antes del atardecer, Antes de anochecer). También cuenta con varias películas de animación, como la lisérgica Waking life, 2001, un experimento a través de los años que fue Boyhood (2013) y también thriller (maravillosa Tape, 2001). Además, también es uno de los realizadores contemporáneos con más pulso humorístico. Lo demostró en Escuela de rock (2003) o Todos queremos algo (2016), y ahora vuelve a la carga con la comedia negra Hit Man: asesino por casualidad.
Linklater, ese cineasta capaz de unir al público más selecto y también al mainstream, en esta ocasión presenta una película que aglutinará los deseos de los cinéfilos más exigentes, de los amantes del cine de intriga y también de quienes sencillamente quieren pasar un buen rato con la historia de un hombre aburrido que, sin buscarlo, tiene la oportunidad de vivir una aventura romántica en la piel de alguien más atractivo, más seductor y más misterioso. La película se presentó en la pasada edición del BCN Film Fest.
Glen Powell es el actor protagonista y también firma el guion de esta película. En ella, interpreta a Gary Johnson, un pringado de de Nueva Orleans de quien se ríen hasta los alumnos de la universidad en la imparte clase de filosofía y psicología. Vive en una casa con dos gatos, almacena raciones para una persona en la nevera y conduce un coche tan gris y anodino como lo es su vida. Su rutina tan solo gana algo de emoción cuando acepta las colaboraciones que le ofrece el FBI, donde su vida cambia por completo una vez le ofrecen ascender para hacerse pasar por sicario para atrapar a quienes contratan asesinos a sueldo.
Durante uno de los encargos, rompe el protocolo y, en su papel de chico duro y reservado, logra reconducir la vida de una mujer, Madison (Adria Arjona), para evitar que pase sus días en prisión. Sin poder evitarlo, se enamora de ella y, gracias al alter ego que ha elegido para hacerse pasar por sicario en esa ocasión, gana una confianza y seguridad que nunca antes habría imaginado. El sexo, el misterio y el atractivo le sientan muy bien, pero no por demasiado tiempo.
Hit Man y la identidad
Linklater recurre para Hit Man a una historia real que leyó hace 20 años en el Texas Monthly, un medio local, y que le llevó a preguntarse cuestiones como la posibilidad de convertirse en otra persona y otros asuntos de calado filosófico relacionados con la existencia y el yo. "Toda la película es realmente un estudio de eso. A pesar de sus elementos de asesinato y caos, para mí se trataba de la identidad", cuenta el director en las notas de producción de esta película.
"Revisamos décadas de informes policiales donde se sentaba con clientes reales como estos diferentes falsos asesinos a sueldo"Glen Powell, protagonista y coguionista
Por su parte, Glen Powell señala que él y Linklater revisaron "décadas de informes policiales donde se sentaba con clientes reales como estos diferentes falsos asesinos a sueldo". "Era un actor convincente. Y las personas, cuando lo veían en la vida real, lo ignoraban. Ni siquiera sabían que estaba en la habitación. Tenía esta energía que casi era inexistente. Y luego, en la piel de los personajes, quienes le escuchaban no podían creer quién estaba al otro lado. Pudimos escuchar algunas de esas grabaciones y no son Gary Johnson", apunta el actor y coguionista del filme.
Powell es uno de los grandes secretos de Hit Man, responsable de que el sentido más ecléctico de la película, en un cóctel de géneros y propuestas en el que hay comedia, cine negro, thriller y estudio psicológico, tenga éxito. Este tipo tan perfecto al que da vida sucumbe a la tentación de las apariencias, a lo que otras personalidades le otorgan y no puede encontrar fuera de su fantasía.
Y en este juego de apariencias, disfraces, dentaduras postizas, peluquines, lentillas y personalidades falsas, Linklater y Powell lanzan una reflexión filosófica sobre los límites morales. Lo bueno para esta redactora de Vozpópuli es que la diversión no desaparece y en ningún momento Hit Man quiere que el espectador se la tome demasiado en serio. El único mensaje que lanza este profesor aburrido y que realmente suscribe el director de esta película tan irresistible es rápido y corto: vive la vida con pasión.