Ocho semanas de rodaje, un año de posproducción y un presupuesto de 4,3 millones de euros, sin contar la partida destinada a la promoción. El cineasta Paul Urkijo ha roto barreras en el cine español con su película de fantasía y batallas Irati, al atreverse con un género poco recurrente en las producciones que se estrenan en el país, tan divididas entre el cine de autor, la comedia taquillera y las películas de terror.
Tras su puesta de largo en la pasada edición del Festival de Sitges, donde ganó el Premio del Público y el galardón a los mejores efectos visuales, Irati llega este viernes a los cines españoles con una propuesta inusual en el cine que se rueda en España: ritos ancestrales, mitología, batallas sangrientas, fantasía, épica medieval, belleza en la naturaleza y paisajes infinitos. Esta producción ambiciosa, nominada a cinco premios en los Goya, está ambientada en el siglo VIII a.C. y además de adaptar el cómic El ciclo de Irati, de Juan Luis Landa y Jon Muñoz, bebe de la historia y las leyendas del País Vasco y Navarra, según ha relatado a Vozpópuli su director.
P: ¿Cuánto tiempo y empeño te ha costado levantar este proyecto?
R: Han sido casi seis años. Ha sido complicado porque es un tipo de género que no se suele hacer en este país, he tenido que convencer a los productores y al equipo para levantar esta película. Llevo más 20 años rodando cortometrajes, siempre en el género fantástico. Me he enfrentado a las limitaciones de levantar proyectos con puestas en escena ambiciosas a nivel de efectos, de puesta en escena histórica. Por un lado la pasión por el género, pero por otro lado los obstáculos. Una vez escribo el guión, como también soy ilustrador, suelo hacer un libro con las artes conceptuales de cómo va a ser la estrategia visual para vender la historia. En un momento de la película ha sido como dar un salto al vacío, ha sido una apuesta muy grande de una producción que pretende ser lo más épica posible.
P: Además de la dirección, firma el guión y estás en la producción. ¿Es una película más artesanal que las grandes producciones que estamos acostumbrados a ver?
R: Eres consciente de dónde está cada elemento, dónde puedes poner más energía o dónde menos. Si tengo que recortar de guión sé qué es lo que supone para el presupuesto, cómo lo voy a realizar y el coste que supone realizarlo de una manera o de otra. Estos sectores siempre están vinculados y así me ayuda a que la película sea realizable.
P: Se habla de usted como un pionero porque es una película fantástica con épica medieval, en la que se narran mitos y batallas. ¿Lo sientes así?
R: Es inevitable pensarlo porque no hay referentes. Tenemos alguna película como El corazón del guerrero (2000), que habla de esos juegos de rol, con fantasía épica, o El caballero del dragón (1985), con Miguel Bosé, que no era literalmente fantástica. Siempre he sido amante del género fantástico, he mamado desde niño la espada y brujería de películas como Excálibur y Conan el bárbaro, y he recibido ese compendio de cuentos mitológicos que son algo muy importante.
P: Se ha comparado la película con El señor de los anillos o con El laberinto del fauno.
R: Me siento muy honrado, son obras hechas por grandes maestros que me encantan, me siento muy halagado, aunque mis referentes son anteriores. Nací en los 80 y es de eso de lo que he bebido. Así como El señor de los anillos es una película épica, gigante, con razas y mundos fantásticos, la mía es más una aventura de unos personajes que se adentran en un mundo mitológico, que navega entre lo legendario y lo histórico, apoyándome en la realidad -también habla de acontecimientos históricos- aunque en una época en la que no hay demasiada información e imágenes, incluso la propia iconografía religiosa muestra un sincretismo en el que no estaba establecida la simbología religiosa y se mezclaba con las maneras de pensar paganas de antaño. Es una época muy interesante para jugar en la línea entre lo legendario y lo histórico.
Aquí tenemos una cultura, un compendio de relatos e historias épicas e históricas que son exportables y podríamos competir con cualquier otra industria. Pero el problema es el de siempre: el dineroPaul Urkijo, director de 'Irati'
P: Más allá del presupuesto, ¿por qué no hay películas así en el cine español? ¿Hay algún prejuicio respecto a las posibilidades internas?
R: Parte del presupuesto principalmente, es una cuestión industrial. Cualquier película siempre es difícil, es un acto de fe, pero en el género fantástico supone mucho más. Estamos acostumbrados a consumir el género fantástico de fuera. Paradójicamente, el género más taquillero del cine que consumimos, de nuestras salas de cine, es el género fantástico y el de terror. Aquí tenemos una cultura, un compendio de relatos e historias épicas e históricas que son exportables y podríamos competir con cualquier otra industria. Pero el problema es el de siempre: el dinero. Tenemos que poner el listón muy alto para llegar a hacer cosas que no se han realizado, que los técnicos desarrollen cosas que no se han hecho aquí. En este país se hace el cine por amor.
P: Eneko Sagardoy, uno de los protagonistas, ha dicho en una entrevista que algunos productores extranjeros le preguntaron acerca de cómo se hizo posible esta película.
R: Eso habla bien porque nos sitúa a la misma altura de producciones internacionales multimillonarias. En Sitges nos llevamos el premio del Público y el de mejores efectos especiales. En cuanto al segundo galardón, eso responde a que visualmente tenemos una película que compite con otras con presupuestos muy elevados y efectos gigantescos. Si la gente se pregunta eso es porque lo hemos hecho bien.
P: ¿Cree que hace falta algo de confianza y para salir del cine de autor y de la comedia más taquillera?
R: A mí me gusta ver toda clase de cine, creo que tiene que haber de todo, pero creo que hay un sitio para el género fantástico de entretenimiento que va unido a un género de autor, con inquietudes culturales, que habla de los problemas de hoy en día también. Creo que puede ir de la mano y que la gente disfruta con ese tipo de películas. Hay mucho realizador que tiene ganas de hacer este tipo de cine, esperamos que Irati sea la primera de muchas.
P: El idioma -vasco antiguo- es quizás la apuesta más arriesgada, porque la película puede viajar menos. ¿Por qué tomaron esta decisión?
R: Hemos intentado ser lo más fieles al texto original, a esas leyendas que han sido transmitidas a través del propio idioma. Los propios nombres de las deidades o los lugares, que están muy vinculados a ese idioma. Con Arrementari vimos que la gente agradecía internacionalmente que la película fuera en euskera, porque encontraban un exotismo y un carácter que de otra manera no tendría. Esta película la he hecho más desde el corazón y las tripas, pensando más en el amor que tengo por estos cuentos que por la rentabilidad, aunque es indispensable que sea rentable para seguir trabajando.
He concebido esta película para verse en el cine. La hemos rodado lo más grande posible, con lentes anamórficas, visión panorámica, con planos generales de esos lugares naturales, lo más preciosista y épica posible"Paul Urkijo
P: Además de la novela gráfica en la que está basada hay otros elementos diferentes que incluye en la película, relacionados con los mitos y la historia.
R: Siempre ha sido una obsesión hacer una película de mitología y espada y brujería de aquí. En los 90 tenía un cómic, El ciclo de Irati, de Juan Luis Landa y Jon Muñoz, que hablaba de ese mundo del siglo VIII en el que había dos personajes: Eneko, un joven nombre cristiano de la época, supuesto primer rey del reino de Pamplona, e Irati, una joven pagana y misteriosa del lugar. Era un cómic juvenil, con un dibujo más parecido a Asterix que otra cosa, pero bebía de esa fuente original de la mitología y la transmisión oral de las leyendas. Conseguí los derechos y usando estos dos personajes pude hablar de esos dos mundos: lo cristiano y lo pagano, lo tangible y lo intangible, lo real y lo mágico. Lo llevé a mi terreno, a un punto más dramático, añadí elementos históricos reales, como la batalla de Roncesvalles o las relaciones familiares entre los cristianos navarros, las familias musulmanas de la zona de Tudela, y mi propia reflexión sobre la mitología vasca.
P: Ahora que parece que todo termina en algún momento en las plataformas. ¿Diría que sí?
R. Cómo decir que no, luchar contra eso es absurdo. He concebido esta película para verse en el cine. La hemos rodado lo más grande posible, con lentes anamórficas, visión panorámica, con planos generales de esos lugares naturales, lo más preciosista y épica posible, con una mezcla de sonido en Atmos impresionante. Al final, la realidad es que espero que vayan al cine pero la película se tiene que disfrutar en otros formatos. Creo que es una forma de que la película llegue a muchos puntos del mundo, su destino final es el público y si tiene que ir a plataformas, bienvenido sea. Pido por favor que en casa no se vea ni en el móvil ni en una tablet, aunque bueno, se ve donde se puede. El mejor sitio para disfrutar siempre es y será el cine.
eddo
en cambio si se hace una sobre Pelayo o Diaz de Vivar es puro ultra nacionalismo castellano. Por eso Lamban no se atreve a subvencionar una sobre Alfonso el Batallador, molestaría a sus socios políticos en Aragón, Echenique y a los de la frontera de els paissos.