La obra Jondo, del primer llanto, del primer beso, llega al Teatro EDP Gran Vía de Madrid después de dos años de gira, con 130 funciones y más de 150.000 espectadores, desde el 21 de agosto hasta el 1 de septiembre. Idea original de Triana Lorite, dirigida por Sharon Fridman y coreografiada por el prestigioso bailarín Eduardo Guerrero, con Carmen Linares como invitada especial. Cuenta cinco historias diferentes, cada una de ellas protagonizada por personajes de la obra literaria de Federico García Lorca, que mueren sin ser amados. Un recorrido desgarrador, poético y pasional sobre el desamor que comparten con el Cante Jondo la pena de cinco amantes que experimentan el dolor de no ser correspondidos.
Federico García Loca, interprete del desamor
Jondo, del primer llanto, del primer beso, hurga en el dolor que se siente al no ser amado, en un corazón roto o destrozado. Dividida en cinco cuadros protagonizados por personajes de las grandes obras del poeta, dramaturgo y prosista español, Federico García Lorca, introduce al espectador en un viaje hasta lo más profundo de la herida del desamor. Rosita, de Doña Rosita la soltera, Belisa, de El amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín, Mariana, de Mariana Pineda, Adela, de La Casa de Bernarda Alba y el Director de El Público, son los personajes extraídos de la obra lorquiana para realizar este periplo a través de la danza flamenca y el Cante Jondo.
La elección de la danza flamenca para contar estas historias es todo un acierto por parte de la dirección de la obra. El carácter de entrega y pasión que lo caracteriza, expone el intenso dolor emocional y sufrimiento del desamor de una manera muy real, casi palpable, aportando un dramatismo extra a todo el relato. A su vez, el Cante Jondo cobra un sentido muy importante dentro de la obra. Considerado el estilo más puro y primitivo del flamenco, se caracteriza por su profunda emotividad y su capacidad de transmitir sentimientos intensos, se utiliza como elemento conductor dentro de cada una de las historias que componen la obra.
El montaje, que dura 110 minutos, se caracteriza por ser una composición minimalista, en la que la escenografía pasa a ser parte de la obra, las bambalinas se trasladan al escenario y la paleta de colores es neutra. Una combinación de elementos que se suceden simultáneamente con una elegancia exquisita haciendo que cada detalle en la obra forme parte de un todo.
Los cambios de vestuario en su mayoría se producen encima del escenario, de una manera lenta y muy sutil, la iluminación es trasladada de un lado al otro del escenario por los propios bailarines, incluyéndola como un elemento más dentro de la coreografía, los músicos no se quedan en el fondo del escenario, si no que pasan a ser parte de la escena, generando una conexión única entre los bailarines y ellos. La paleta de colores está compuesta por el blanco, negro, crudo y rojo pasión. Estos colores a su vez serán los que representen a cada uno de los personajes protagonistas de cada historia. El contraste perfecto entre una refinada puesta en escena con una actuación desgarradora.
Jondo, del primer llanto, del primer beso: todo un éxito en Gran Vía
En pleno apogeo veraniego en Madrid, con 33º de media y varios días de representación en la Gran Vía de Madrid, Jondo, del primer llanto, del primer beso, se confirma como todo un éxito.
Es un fenómeno poco común llenar un teatro en agosto en la capital, pero mucho menos es levantar a todo el público y mantenerlo aplaudiendo durante varios minutos. Esto es lo que sucedió el pasado 21 de agosto en el Teatro EDP Gran Vía de Madrid cuando el elenco de Jondo salió a hacer el saludo final. Una oda de aplausos que se extendió durante unos tres, cinco minutos.
Sin duda, si eres de esos que no se ha podido escapar de Madrid durante el mes de agosto este es uno de los mejores planes que la ciudad puede ofrecer para cerrar el verano.