La saga de 'Juego de Tronos' se ha convertido en los últimos años en uno de los fenómenos literarios más importantes del mundo, pero no siempre fue así para su autor, George R.R.Martin. Como él mismo reconoce humildemente, el éxito no le alcanzó hasta pasados los 40 años.
"Entonces ocurrió de la noche a la mañana", admite este antiguo periodista reconvertido en autor de literatura fantástica. "Si la editorial Gigamesh consiguió los derechos de 'Juego de Tronos' en España fue porque quienes los tenían decidieron rechazarlos. Y es que, de mis primeros libros apenas vendí una docena de ejemplares en España".
Un dato curioso, teniendo en cuenta que de su saga literaria se han vendido más de 16 millones de ejemplares en todo el mundo y se ha creado una de las series más reconocidas de los últimos años.
Con un estilo narrativo muy personal, configurado por los distintos puntos de vista de sus personajes, y una historia con reminiscencias de la Edad Media en Europa, Martin ha conseguido elevar el género fantástico a las más altas cotas de calidad. Su editor en España, Alejo Cuervo, tuvo claro desde el principio que se trataba de un material "con un gran potencial para un público muy amplio, ya que los elementos fantásticos son sutiles y están medidamente dosificados".
"La magia es un elemento imprescindible en el género fantástico, pero si no sabes manejarla puede destruir cualquier historia", reconoce el autor, que se siente muy honrado de ser comparado con el padre de este género literario, J.R.R. Tolkien, autor de 'El señor de los Anillos'.
"Al escribir, sólo conozco el origen y el destino; me dejo sorprender por el camino"
Proceso creativo
Concebida en un principio como una trilogía, su novela-río va camino de convertirse en una septología. En cuanto a su método de escritura, Martin lo compara con un viaje: se conoce el origen y el destino pero no los detalles de cada etapa. "A veces, el devenir de los acontecimientos me sorprende incluso a mí. Quizá no sea la manera más eficaz de escribir, pero a mí me funciona".
Respecto a los personajes, sin duda el punto fuerte de su universo narrativo, George R.R. Martin asegura que se inspira en sí mismo para hacerlos más humanos. "Es muy difícil dar vida a personajes, por eso siempre miro en mi interior. Sólo llegas a conocer a fondo a una persona: a ti mismo".
Al ser preguntado por su personaje favorito, el autor insiste en que los quiere a todos por igual, ya que son como hijos. "Unos se portan mejor y otros se portan peor". Lo que sí admite es que el personaje de Tyrion Lannister es el que más fácil le resulta escribir, ya que es mordaz y satírico. Sin embargo, Bran Stark se antoja uno de los más complicados, por tratarse del personaje más joven de la saga. "Es complicado encontrar el punto de vista de un niño de siete años", afirma.
A pesar de que empezó a escribirlos hace ya 21 años, todavía quedan dos volúmenes por salir al mercado. Cerca de 3.000 páginas pendientes en las que se dará respuesta a la dualidad que fascina a Martin del poema de Robert Frost: "No se sabe qué acabara antes con el mundo, el hielo o el fuego".
