Un accidente mortal, sangre en la nieve y una gran incógnita. La directora francesa Justine Triet ganó la Palma de Oro en la pasada edición del Festival de Cannes con Anatomía de una caída, un thriller psicológico y un drama judicial que reta al espectador a situarse frente a una verdad que muta y cambia de lugar, al tiempo que disecciona las relaciones sentimentales y el matrimonio en dos horas y media de metraje que pasan en un suspiro.
Esta película, que ha cosechado buenas cifras en la taquilla española desde su estreno el pasado miércoles, ha sido la rotunda ganadora en los Premios del Cine Europeo que se entregaron el sábado en Berlín, con un total de cinco galardones, entre ellos los de mejor película y mejor dirección.
Además, ya forma parte de algunas de las clasificaciones con lo mejor de 2023 que empiezan a publicarse en los medios especializados, como es el caso de la prestigiosa revista francesa Cahiers du Cinema, que la coloca en la tercera posición, solo superada por la española Cerrar los ojos, de Víctor Erice, y Trenque Lauquen, de la argentina Laura Citarella, la favorita del año para esta publicación.
En Anatomía de una caída, Sandra (una brillante Sandra Hüller) es una escritora alemana que vive en los Alpes franceses junto a su marido, Samuel, y su hijo ciego, Daniel. Cuando su pareja muere en extrañas circunstancias, tras una caída desde lo alto de la casa, los agentes encargados de la investigación no pueden determinar si se trata de un homicidio o de un suicidio, y Sandra es la principal sospechosa. En el juicio, los aspectos íntimos de la relación se convierten en indicios y su personalidad es una prueba más.
A diferencia de otras películas de juicios, en esta ocasión no parece importar si la protagonista es culpable o inocente y la película se convierte en un "pretexto para hablar de la pareja", tal y como ha señalado. "Todos nosotros, aunque no hayamos vivido la misma vida, podemos volver a encontrarnos, vernos en un conflicto semejante Lo que más importa en la película es el lugar de la negociación en lo íntimo", cuenta la directora a varios periodistas, entre ellos esta redactora de Vozpópuli, en el marco de la pasada edición del Festival de San Sebastián.
Para Justine Triet, lo "realmente interesante" en Anatomía de una caída era "mostrar a un personaje que parece sospechoso porque domina el idioma, las palabras, el relato, su sexualidad, y cómo todo esto se vuelve contra ella durante el juicio frente a un pensamiento un poco anticuado que va a juzgar la forma en la que vive. Es una amenaza porque es una mujer sólida y fuerte", explica la directora, que con su película trata de mostrar la distancia entre "la idea de buena y mala víctima".
Sandra es, en palabras de la cineasta, "una mujer que no pide permiso para escribir, para ocupar el sitio que ocupa", lo que para el "tipo de fiscal" que aparece en la película, un personaje que existe pero que está "exagerado", eso es "una provocación".
Justine Triet busca un entorno en el que poder "explorar la familia y la pareja, ese extraño lugar que todo el mundo comparte"
Preguntada acerca de la saturación que se vive hoy en día con películas y series sobre crímenes, y el lugar que viene a ocupar con Anatomía de una caída, Justine Triet ha reconocido que ella misma es "espectadora de telebasura pero también de grandes películas", y de todo lo que ve, lo que más le apasiona son "las historias más banales, que no parecen muy extrañas ni originales", ni tampoco con "mucha dramaturgia", pero sí un lugar en el que poder "explorar la familia y la pareja, ese extraño lugar que todo el mundo comparte".
"Es muy banal, pero está lleno de detalles monstruosos, mediocres, celos, eso es lo que me apasiona. Cuando empecé la película estaba obsesionada por querer diseccionar el cerebro de una mujer que intentó crear una familia con este hombre y que no consiguió hacerlo. El accidente ha sido una carga terrible, y son personas que, como todo el mundo, viven una vida banal pero que en un momento dado viven un conflicto que tiene que ver con la reciprocidad en la pareja", cuenta.
Justine Triet: éxito y pólvora en Cannes
Justine Triet recogió la Palma de Oro en la pasada edición de Cannes y, acto seguido, pronunció uno de los discursos más duros y políticos que se recuerdan, en el que cargó contra el presidente francés, Emmanuel Macron, por haber reprimido las protestas en Francia por la reforma de las pensiones, al tiempo que denunció una "mercantilización de la cultura". Aquellas palabras no fueron bien recibidas en el gobierno galo, tal y como manifestaron algunos ministros, entre ellos, la responsable del departamento de Cultura, Rima Abdul Malak, que recordó que esta película "no habría sido posible" sin el modelo francés de "financiación del cine".
Coincidencia o no, meses más tarde se anunció la película elegida para representar a Francia en los Oscar y, sorpresa, no era Anatomía de una caída, sino A fuego lento, un drama romántico de época dirigido por Tran Anh Hung y protagonizado por Juliette Binoche que nadie esperaba, aunque no recibió malas críticas en la 78º edición de Cannes, donde también se presentó.
"Estamos decepcionados, no lo vamos a esconder. Los últimos días no han sido los mejores de mi vida", dijo Justine Triet tras conocer que no representará a Francia en los Oscar
"No tengo nada contra la película que ha sido escogida y me alegro por él, mis productores también. Es una decepción, cómo no, sobre todo sabiendo que se ofrece una Palma de Oro que a mucha gente en Estados Unidos les ha encantado. Estamos decepcionados, no lo vamos a esconder, los últimos días no han sido los mejores de mi vida", reconoció en aquella entrevista, concedida apenas un día después de conocerse el título que representará a su país.
Han pasado ya varios meses desde aquel discurso incendiario y Anatomía de una caída ha logrado una posición incontestable entre las mejores películas del año. Quién sabe si, pese a todo, también encontrará su lugar en los Oscar, quizás gracias a la actuación de Sandra Hüller, digna de todos los premios que lleguen.