El 14 de diciembre de 1982, La Habana Vieja fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La belleza en su arquitectura, con monumentos antiguos, fortalezas, iglesias y palacios de diversas épocas, ha convertido el casco antiguo de esta ciudad en uno de los lugares más emblemáticos del mundo. Sin embargo, ese atractivo ha ido desapareciendo a lo largo del tiempo.
“Este casco antiguo cumplía los criterios culturales, presentando dos obras maestras de la arquitectura colonial: la singular Catedral de la Habana (s.XVIII) representante del arte barroco cubano y el Castillo de la Real Fuerza (s.XVII), que inmortaliza la pretérita historia colonia”, explica Jose Miguel Arce, profesor del Máster en Gestión del Patrimonio Cultural y Museología de la Universidad Internacional de Valencia (VIU). Sin embargo, ese atractivo ha ido desapareciendo a lo largo del tiempo.
Actualmente, la Habana Vieja está abandonada y cada vez más deteriorada. Varios edificios se han derrumbado, otros están a punto de hacerlo. Y, aunque la mayoría de ellos están deshabitados, ha habido algún accidente. Recientemente, en junio de este 2024, un hombre fue hospitalizado por el desplome del techo de un inmueble.
La falta de mantenimiento, el daño importunado por los huracanes, el saqueo de cementerios o las desapariciones de monumentos son algunas de las razones detrás del “patrón de abandono, de destrucción y de poco cuidado del patrimonio cubano”, según señalan varios informes de los últimos años.
“Hasta la Revolución Cubana (1953-59), y tras la marcha de los españoles la infraestructura estaba siendo custodiada y preservada por la nación española pero una vez expropiada por las autoridades fue abandonada y descuidada”, comenta Jose Miguel Arce. “Las turbulencias políticas hicieron que se plantearan primero las reformas político-sociales y económicas, y en segundo plano preservar y conservar la memoria de un colonialismo que producía sentimientos encontrados”, añade.
Desde la Revolución cubana, el país caribeño es una República Socialista de régimen unicameral con sistema de partido único, según está recogido en la Constitución. Desde el 2019 Miguel Díaz-Canel ejerce como presidente de la República de Cuba.
Incluso aquellos monumentos que han sido llevados por las autoridades para restaurarlos han sido ‘abandonados’. Algunas de las estatuas desaparecidas son la del expresidente Alfredo Zayas, la de Cristóbal Colón y Bartolomé de las Casas, Carlos III, un busto de Félix Varela y la estatua dorada de Johann Strauss, entre otras.
“La pobreza y la marginalidad han elevado el nivel delincuencial y la corruptela de manera alarmante, desarrollando un sistema de clientelismo a través de la complicidad de las instituciones, desde autoridades hasta algunas fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, sensiblemente corruptibles a golpe de talonario”, dice el experto respecto a los saqueos a monumentos. “En este contexto el patrimonio artístico es moneda de cambio y está expuesto a ser esquilmado”, agrega.
En 2017, la arquitecta Perla Rosa Rosales Aguirreurreta, hija del general Ulises Rosales del Toro, sustituyó al historiador experto en La Habana, Eusebio Leal, al frente de la corporación Habaguanex S.A.. El conglomerado fundado por Leal fue absorbido por CIMEX y TRD Caribe, pertenecientes al grupo empresarial militar GAESA.
“La contribución de Leal es mayúscula", destaca Arce. "Fue uno de los benefactores que favoreció con su buena gestión que La Habana Viaje fuera declarada Patrimonio de la Humanidad, al haber restaurado y por ende puesto en valor 30 edificios históricos, y el Palacio de los Capitanes Generales", dice.
La comunidad internacional “debe intervenir imperativamente”, insta Jose Miguel Arce. “En el momento que un enclave acaba formando parte del patrimonio artístico de la UNESCO, este organismo actúa como centinela o custodio llevando a cabo auditorías de seguimiento que exigen la responsabilidad de las autoridades gubernamentales en que se inviertan los recursos pertinentes para el mantenimiento constante de su inventariado patrimonial”, explica.
Los gobiernos de otros países colaboran entre sí para prestar sus propios recursos y sinergias para proveer medios destinados a la reconstrucción. La UNESCO actúa como mediadora en La Habana Vieja “para dictar medidas preventivas para el Turismo, al igual que provee de ayudas internacionales; a través del programa “Transcultura” que rehabilitó el Convento de Santa Clara, y llevó a cabo el Plan Maestro para restaurar el centro histórico”, comenta el profesor del Máster en Gestión del Patrimonio Cultural y Museología.