El Consejo de Ministros, a propuesta del ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, ha aprobado el nombramiento de Luis Lafuente Batanero como director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural. Luis Lafuente releva en el cargo a Miguel Angel Recio, a quien el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, según informa en una nota, le ha expresado su agradecimiento "por haber desarrollado una magnífica labor al frente de esta dirección general, y con anterioridad, la dirección general del INAEM" (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música).
Lafuente es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid, licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Nacional a Distancia (UNED) y funcionario de carrera del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. Desde 1996 hasta 2009 desempeñó el cargo de subdirector general de Protección del Patrimonio Histórico de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura.
Posteriormente, también en el Ministerio de Cultura, ocupó los cargos de consejero técnico en la Vicesecretaría General Técnica y responsable de los convenios de colaboración con las Comunidades Autónomas en materia de audiovisuales en el ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales). Lafuente se incorporó en 2010 a la Comunidad de Madrid en calidad de subdirector general de Difusión y Gestión de la Dirección General de Patrimonio Histórico, si bien en 2013 fue nombrado subdirector general de Protección y Conservación de esa misma Dirección General.
El primero en admitir que no habría mecenazgo
Antes de pasar al frente de Bellas Artes, Bienes Culturales y Archivos y Bibliotecas, cuando era director del INAEM, Miguel Ángel Recio hizo un anuncio que dejó de piedra a todo el sector. Él fue primer alto cargo de la administración en reconocer que el Gobierno no aprobaría una Ley de Mecenazgo. "Ley de Mecenazgo, parece que no va a haber", dijo. Aquellas palabras desataron polémica y confirmaron que el mayor proyecto cultural de la administración de Rajoy naufragaba sin remedio.
Entonces, la Secretaría de Estado de Cultura tuvo que aclarar que la llamada Ley de Mecenazgo consistía en realidad en algunos incentivos contenidos en la reforma fiscal, ésa que finalmente terminó por no atender las necesidades que tan detalladamente expuso el sector al entonces secretario de Estado de la Cultura, José María Lassalle.