10 páginas y millones de poemas. Así es el libro escrito por Raymond Queneau con el que consiguió un hito: el único texto de la historia que no se puede terminar de leer. Has leído bien, este libro escrito en el año 1961 tiene la peculiaridad de que por muchas horas que le dediques, nunca podrás llegar a su última página. Ese era el objetivo de autor francés, confeccionar un rompecabezas perfecto que ningún humano pudiera descifrar y que se necesitase miles de años para leer el libro al completo.
Con este libro no te aburrirás. Es más, en tan solo 10 páginas tienes contenido para un total de 200 millones de años. Un texto mítico, a la par que extraño que muchos se han propuesto el reto de callar la boca a Queneau. Ninguno lo ha conseguido. Pero: ¿Por qué se confeccionó un libro que no se puede terminar? ¿Qué sentido tiene? Pues ninguno. Simplemente es un esparcimiento del autor que, a modo de entretenimiento, creó esta obra magna jamás vista. Una obra digna de estudio y que, cuanto menos, llama la atención.
'Cien mil millones de poemas', el libro que es imposible terminar
El título lo dice todo. 'Cien mil millones de poemas' es la única obra literaria que nadie ha sido capaz de terminar. El libro fue publicado en el año 1961 y fue la presentación ante el público del grupo OuLiPo, un grupo de experimentación francés fundado en 1960 por escritores y matemáticas. El fin era mezclar las dos disciplinas y confeccionar creaciones literarias con pocas frases. Una innovación jamás probada hasta ese momento y que generó mucha curiosidad entre los lectores.
10 sonetos y 14 versos. Es todo lo que encontrarás escrito en las 10 páginas de 'Cien mil millones de poemas'. Lo simple llevado a la potencia. Una propuesta del escritor francés que tiene una peculiaridad: puedes combinar los versos. Aquí es donde está el kit de la cuestión. Gracias a la posibilidad de unir y enlazar diversos versos, el resultado permite leer hasta 100.000 millones de poemas. Solo con eso el autor logró su objetivo y un libro eviterno.
Hasta el propio autor se quedó a cuadros y era incapaz de entender cómo había sido capaz de crear tal obra. Según Raymond Queneau consideraba que había producido una máquina automática de escribir. Era un adelantado a su época y creó una nueva escuela que varios escritores trataron de seguir sin éxito. Eso sí, para los anales de la historia quedará el libro 'Cien mil millones de poemas', la primera obra de la historia que nadie ha terminado y, quién sabe, si la última.
