Los españoles llegamos a las islas Filipinas hace 503 años y junto con nosotros el cristianismo. Hoy es el país con la mayor población católica de Asia y el tercero del mundo, después de Brasil y México, con un 80% de católicos de su población. Es decir que 86 de los 110 millones de habitantes pertenecen a esta religión, que cuenta con 86 diócesis en el archipiélago.
Todo comenzó el 17 de marzo de 1521 cuando la expedición de Magallanes llegó a estas islas. Era el quinto domingo de Cuaresma, y el Evangelio de ese día era el del rico Epulón y el pobre Lázaro. Por este motivo llamaron al archipiélago islas de San Lázaro. En 1543 Ruy López de Villalobos le cambió el nombre por Filipinas en honor a Felipe II, que en ese momento era príncipe heredero del imperio español.
¿Pero cuándo empezó el contacto con los habitantes de estas islas con la fe cristiana? La expedición de Magallanes, financiada por la Corona española, tenía como objetivo llegar a las islas de las Especias por el Oeste del globo terráqueo y así fue. Los supervivientes pasaron a la historia pero no por este motivo, sino por haber completado la primera vuelta al mundo, ya que al llegar a estas islas, cuna de productos como la canela o el clavo, no pudieron volver por la misma ruta, y continuaron navegando rumbo al oeste.
La imagen del Niño
Pero volvamos al tema en el que tratamos en estas líneas. Antes de llegar a las Islas de las Especias, también llamadas Molucas, después descubrir un paso por el sur de América entre el Atlántico y el Pacífico y recorrer miles de kilómetros por este extenso océano, unos días después de haberlas bautizado, el 7 de abril de 1521 Magallanes, líder de la expedición, decidió desembarcar en una islas San Lázaro, Cebú.
Esta era gobernada por un jefe llamado Humabón. Después de un tiempo, entabló una conversación con Magallanes y el domingo siguiente se celebró una misa. Este líder local y sus hombres quedaron impresionados al ver los ritos de la ceremonia y decidieron convertirse al cristianismo. El padre Valderrama le preparó dándole clases de catecismo, y el 14 de abril se celebró el bautismo de Humabón y su mujer, a quienes regalaron un Niño Jesús.
Pero no todo fue tan bonito o redondo. Unos días después de la llegada de Magallanes, el 27 de abril de 1521, en la cercana isla de Mactán, el portugués murió a manos de los habitantes de esta isla por un exceso de prepotencia cuando intentó asaltarla.
Legazpi, Urdaneta y el Tornaviaje
Este primer contacto de la expedición de Magallanes y Elcano podría haber quedado en una simple anécdota, pero en 1564 Miguel López de Legazpi se quedó a vivir en el archipiélago y retomó la Evangelización. En aquel momento, los locales habían perdido la práctica del cristianismo, pero no así el cariño a la imagen del Niño, que perduró en el tiempo, y hoy en día se conserva y es motivo de gran devoción.
Andrés Urdaneta, compañero de Legazpi, volvió a México aprovechando la corriente de vuelta que él conocía, y demostró que se podían evitar los vientos y corrientes en contra que impedían volver a América del Norte, tomando una corriente que nacía de Japón, llamada Kuro Shio.
Se trata de una corriente no muy ancha, de aguas veloces y cálidas que devuelven a los barcos hasta México. Este descubrimiento se llamó el Tornaviaje y cambió para siempre la historia de la navegación y las relaciones entre Asia y Norteamérica. Gracias a esta ruta, se creó la ruta del Galeón de Manila, que favoreció la cristianización y que dos veces al año traía algunos de los productos más valorados por los europeos como especias, jarrones de porcelana o marfil...