Cultura

Messi agitando el 'Muchachos' o nuestro 'Waka Waka': cuando la música sueña goles

El guionista Álvaro Velasco publica ‘Penalti Pop’, un compendio de cultura pop, música y fútbol

  • Iniesta marca el gol de la victoria en el Mundial de Fútbol de 2010.

No sabíamos lo que estábamos diciendo, nos movíamos de una forma absurda con las piernas abiertas hacia los lados y las rodillas flexionadas, un trasunto de cangrejo que juntaba las manos en el gesto del rezo. Habíamos bebido, habíamos infartado con la carrera de Robben ante Casillas, bendito pie del Mostoleño… y habíamos ganado. Esa danza tribal con la repetición del "Waka Waka" es el hilo musical del sueño eterno español de ser campeón del mundo de fútbol. Han pasado 14 años, se han fundido unos cuantos fusibles del fanatismo futbolístico que solo se encienden con las blancas remontadas europeas y con la fase final de Eurocopas y Mundiales. 2010 queda ya muy lejos, pero la voz de Shakira sigue evocando la volea medio torcida de Iniesta en el minuto 116, y la celebración de todo un país al que le había asegurado que nunca sería campeón del mundo. ¿Recuerdan con quién se abrazaron por primera vez tras el gol de manchego? Yo también. 

Según explica el guionista Álvaro Velasco en Penalti Pop, el Waka Waka nació de una mezcla de elementos afrocolombianos y afrocaribeños. La parte que canta el coro (Tsamina mina, eh, eh / Waka waka, eh, eh / Tsamina mina zangalewa, anawa-a-a) viene de un popular canto camerunés usado en bases militares africanas que popularizó el grupo Golden Sounds en la canción Zamina mina (Zangaléwa, en 1986).  Antes de guionista, Velasco había sido periodista deportivo, su último trabajo en la profesión fue el departamento de comunicación del Real Madrid, de donde salió desencantado por los bajos sueldos de una profesión que obligaba a trabajar en fines de semana y a seguir partidos de infantiles. La obra que ahora publica, Penalti Pop, es una mina de referencias culturales, cada página es un descubrimiento o redescubrimiento de la historia de aquella canción con la que nos la pegamos en la Eurocopa o Mundial de turno.

Velasco explica que la Selección Española se subió al carro de las canciones oficiales en el Mundial de Francia 98 con Rosana. “‘Quiero estar contigo’ es mala. Muy mala. Mala a dolor. Canción machacona de atasco y radioformula. Escucharla muchas veces te acorta los telómeros. Pero a su vez, es un tema muy recordado. El motivo seguramente fuera que, además de ser la primera vez que se hacia un experimento de este tipo en nuestro país, Marca regaló un CD con la canción al comprar el periódico. Merece la pena revisitar el videoclip y recordar a unos bailongos Morientes, Sergi o Guardiola. Alguna vez me he preguntado de qué hablaban en aquella selección dos tipos tan distintos en todo como Guardiola y Cañizares. De política seguro que no”, señala Velasco. 

Catástrofe mundialista suele ser sinónimo de canción olvidada, pero en 2006 se rompió esa máxima. La Francia de Zidane a la que la prensa española acusaba de estar envejecida nos dio un baile. 3-1 y para casa en octavos. Ese mundial lo ganó Italia en la famosa final que todo el mundo recuerda por el cabezazo de Zidane a Materazzi. El astro francés había anunciado que sería su último partido y dejó un final de tragedia griega, metiendo durante el partido un penalti a lo panenka, ¡en la final de un Mundial y ante Buffon! y provocando su expulsión en la prórroga. 

En aquel Mundial, la Selección española llevaba tres canciones, fruto, como explica Velasco, de la competencia entre Cuatro y La Sexta, dos canales recién creados que se repartían la emisión de los partidos. “Todo este Succession televisivo hizo que ese año hubiera hasta tres canciones de la Selección. La oficial de la RFEF fue el “A por ellos” de La Banda del Capitán Canalla. Es decir, el de Los Inhumanos haciendo lo de toda la vida: cantar con unos colegas como si estuvieran en una despedida de soltero -los colombianos Morat hacen lo mismo y se han forrado-. Cuatro apostó por Sr. Trepador, una especie de El Canto del Loco, pero de Hacendado, con menos carisma que un zapato (aunque la canción “¡Vamos!” no estaba mal del todo)”, indica Velasco.

Pero el recuerdo patrio de aquel verano comenzó a gestarse meses antes con la aparición de un curioso personaje conocido como el Koala, que había triunfado en los albores de Youtube con la canción  "Opá, yo viacé un corrá", que el Koala adaptó para La Sexta con “Opa, vamos a por el Mundial”, El agro rock curaba así nuestras heridas crónicas de no pasar de cuartos y perder contra los de siempre.

Supongo que sucederá en otras disciplinas deportivas, pero el matrimonio entre fútbol y música tienen una capacidad evocadora y memorística como la del olor de la panadería del pueblo donde uno pasó la infancia. Una alianza con capacidades sinestésicas que con dos compases trasladan al gol, la victoria o el bar en el que se presenció esa dura derrota. Igual que nuestros cerebros reservaron un archivador para el Waka Waka del verano de 2010, el "Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar" coreado por los de Messi tras cada victoria ya ha echado sus cimientos en los cerebros albicelestes tras la victoria en el último Mundial de Qatar. 

Los millennials también hemos catalogado como canciones futboleras aquellas que sonaban de fondo en los menús de inicio de videojuegos como Pro Evolution Soccer o FIFA. El ‘Woo-hoo’ de la canción “Song 2” de Blur es un temazo futbolero para los que destrozamos mandos con el FIFA: Road to World Cup 98, un juegazo que marcó una era. Velasco explica la curiosa historia de esta canción que nació en un descanso en una de las grabaciones del grupo. “En un parón para descansar, el guitarrista Graham Coxon se puso a juguetear con un riff que, poco a poco los otros fueron improvisando. En veinte minutos tenían la que muchos conocen como Woo-hoo song, de ahí que la letra sea tan inconexa y tenga tan poco sentido, pese a que Damon Albarn, el cantante, es un letrista muy dotado”, señala Velasco que añade que la intención era criticar los últimos coletazos del grunge. “El britpop nace como movimiento contracultural al grunge que se imponía en todo el mundo. Esa es, básicamente, la razón por la que hicieron esta canción corta, simple, y con un estribillo facilongo que satirizaba los elementos de los grupos enmarcados dentro del "sonido Seattle", como Nirvana, Alice In Chains o Pearl Jam . Y por eso no le pusieron ni nombre.Se llamó así porque dura dos minutos y dos segundos y era el segundo corte del disco”.

“Un buen día”, de los Planetas; “Mas que nada”, de Sérgio Mendes; "Three Lions (Football's Coming Home)", de The Lightning Seeds; “Azzuro”, de Adriano Calentano; “Motivos de un sentimiento”, de Sabina; “La copa de la vida”, de Ricky Martin; e himnos oficiales u oficiosos como el del centenario del Sevilla del Arrebato, el Hala Madrid... y Nada más o el del espectacular videoclip del centario del Celta de Vigo: “Oliveira dos cen anos”, de C. Tangana. Velasco escudriña en los recuerdos de aquella generación que se acerca peligrosamente a los cuarenta. Cada página de Penalti Pop es un compendio de referencias de la cultura pop y experiencias personales del autor desde fiestas con amigos en fin de curso a momentos no tan alegres en los que siempre estuvieron presentes el fútbol y la música. 

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