Cultura

Los mitos de los Reyes Católicos: ni sucios ni fanáticos ni genocidas

El periodista César Cervera repasa la historia del reinado de Isabel y Fernando en ‘Los Reyes Católicos y sus locuras’

  • Portada de ‘Los Reyes Católicos y sus locuras’.

Uno de los mitos más extendidos sobre los Reyes Católicos es la supuesta promesa por la que la reina Isabel de Castilla juró no cambiarse la camisa hasta consumar la toma de Granada. Uno de los problemas para dar credibilidad a dicho juramento son los diez años que tardaron las tropas cristianas en tomar el último bastión musulmán en la Península Ibérica. El filtro de mugre medieval que se aplica en cualquier película, a Isabel y al mundo medieval le llegó con leyendas sobre la suciedad de los cristianos medievales frente a la pulcritud de las poblaciones musulmanas. Aunque la simple lógica desmonta la imagen de personas con la cara llena de barro, la existencia de baños públicos o el registro de fabricación de jabones fulminan la idea de los cristianos llenos de inmundicia. En el caso de Isabel, ni realizó tal juramento ni vendió sus joyas para sufragar el viaje de Colón ni era una fanática religiosa, concluye el periodista César Cervera en su último libro Los Reyes Católicos y sus locuras. El periodista especializado en divulgación histórica también se muestra rotundo respecto a otra de las acusaciones más repetidas sobre los Católicos y los sucesivos monarcas hispanos: “Hablar de genocidio en el siglo XV o en el siglo XVI es una barbaridad tan grande... Es anacrónico y cuando empiezas a estudiar la correspondencia o las instrucciones de la Corona, entiendes que eso no es compatible con un genocidio ni con una matanza. No hay instrucciones de la Corona para matar a nadie”, señala en una entrevista con Vozpópuli.

De hecho, para Cervera, la preocupación y órdenes de Isabel para evitar el maltrato a los nativos es una gran incógnita. "No sé qué pasaba por su cabeza pero desde luego hay una sensibilidad especial con ellos, no sé si es por la experiencia canaria… Entre el clero, en Roma, está habiendo debates sobre si los indígenas y toda la gente que se está encontrando en estas exploraciones portuguesas y españolas por el mundo, son paganos y adoradores de Satanás, que no admiten conversión, y que por tanto está justificado esclavizarlos". “Isabel no quiere esclavizarlos, quiere evangelizarlos”, concluye Cervera.

rendicion de granada
'La rendición de Granada', de Francisco Padilla.

Los Reyes Católicos y sus locuras hace un repaso al reinado de los Católicos, comenzando por el complejísimo contexto político que se encontraron los jóvenes reyes, con una nobleza que en ocasiones tenía más lanzas que los propios monarcas. Familias nobiliarias como Medina Sidonia, los Mendoza o los Alba que marcarán los siguientes siglos y que ya tienen un importante peso susurrando a los reyes los pasos a seguir. Recoge interesantes detalles como que es muy probable que la reina Isabel tuviera acento portugués. Su madre Isabel era portuguesa y creció en una corte rodeada de portugueses, aunque lo más sospechoso es el testimonio de un cronista que posteriormente alabará lo bien que Isabel habla castellano. ¿Quién alabaría hoy el acento castellano de Leonor?

Expulsión de los judíos

Pocos años como el 1492 han aglutinado en un país tantas efemérides, si primero fue la mencionada conquista del reino nazarí, poco después llegó la expulsión de los judíos de los territorios de Castilla y Aragón. La expulsión fue vista en su momento en Europa como una señal de modernidad. “En toda Europa se entiende que modernidad es homogeneizar las cosas. La tolerancia, la famosa tolerancia medieval, que habría que ponerle muchas comillas, no es concebible en la Edad Moderna. La nueva Edad Moderna es la edad de la intolerancia, porque lo único que se tolera es una identidad propia”. 

“Los que no son cristianos, los que son judíos, los que son musulmanes, para los reyes católicos son disidentes políticos, forman parte de un Estado que no tiene que ser el Estado que están ellos creando. Ellos no tienen un concepto de raza judía o de identidad judía, ellos lo que tienen es un concepto religioso. Por eso ellos aceptan que los judíos o que los musulmanes se puedan convertir al cristianismo”, añade el autor que niega que Isabel fuera una fanática religiosa.

12 de octubre, ¿algo que celebrar?

Dentro de todas las fechas relevantes del 1492, destaca la del 12 de octubre, con una incuestionable politización posterior. Según se está publicando este artículo se estarán cociendo hashtags que ensalzarán la “misión civilizadora” de los españoles en América, frente a otros que repetirán la palabra “genocidio” recogidos en el paraguas del #NadaQueCelebrar. En ambas trincheras se encontrarán altas dosis de anacronismos históricos que justifican posicionamientos políticos contemporáneos, y muy pocas ganas de intentar entender verdaderamente la Historia. Preguntado por quién tergiversa actualmente más la historia de este periodo, Cervera señala a la izquierda: “Hay una parte de la izquierda que ha renunciado totalmente ya no a refutar o a debatir sobre la historia de España, sino que ha renunciado a la historia de España. Viven en la negación de todo, de la existencia de España, del proceso de la Reconquista, de la nación española, de la bandera, de desde cuándo existe España, de qué representa… Es la negación por la negación, viven en la negación”.

Cervera también apunta a los mitos que calan en la derecha española, especialmente, la más cercana al nacionalcatolicismo. “La idea de que Isabel la Católica era una fanática religiosa, muy afín al catolicismo también es de la época de Franco y alimenta la Leyenda negra. Estas ideas de los tercios como defensores, paladines del catolicismo, también son muy de época del Franquismo. La realidad de los tercios es que ellos, para empezar, luchaban por oro porque España pagaba mejor que nadie, el rey de España pagaba mejor que nadie.” “El hecho de que a Isabel la Católica se la siga viendo como una fanática religiosa tiene que ver mucho con el intento de la derecha de apropiarse de ella durante el siglo XX”, declara Cervera.

Entonces, ¿celebrar o no? Cervera también lo tiene claro, y prefiere hablar de conmemoración:  “Hay gente que entiende la Historia como una especie de partido de fútbol, con celebraciones, cuando marca tu equipo. La conmemoración sí es importante. El hecho de conmemorar es una forma de mirar, de aprovechar una efeméride para mirar al pasado, aprovechar un episodio histórico para revisitarlo y para verle nuevas dimensiones”. De lo que no hay duda es de la relevancia global del descubrimiento que Cervera sitúa entre los tres acontecimientos más importantes de la historia mundial: “Occidente va a descubrir una zona del mundo que estaba incomunicada en ese momento y va a reencontrarse con el mundo europeo y asiático”.

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