Cultura

La M.O.D.A.: "Aquí tenemos nuestro pequeño drama pero en otros países hay dramas reales"

La banda burgalesa se despide tras dos años sin parar con dos conciertos en el Wizink Center de Madrid y el Razzmatazz 1 de Barcelona el próximo mes de noviembre

  • El grupo burgalés La M.O.D.A.

Pasean por calles de Burgos de manera cotidiana y los burgaleses están acostumbrados a verles en su día a día, pero luego llegan al Wizink Center de Madrid y tocan ante unas 12.000 personas. Así es La M.O.D.A., uno de los grupos más relevantes de la música nacional actual, que comenzó ofreciendo su música a 20 melómanos y ahora celebra ante miles lo que han logrado con letras sinceras, crudas, con trasfondo y críticas, muy críticas aunque hagan un uso habitual de la metáfora. 

Ahora, tras dos intensos años en los que no han parado de dar conciertos, de formar parte de los carteles de festivales o de sacar nuevo material, han anunciado su despedida -por un tiempo-. Necesitan "tomar aire" y dejar a un lado la "presión" de ensayar para dar conciertos. Quieren crear nuevos temas y, para eso, a partir de noviembre se tomarán un descanso. 

Eso sí, lo harán después de copar los eventos estivales y de ofrecer dos últimos conciertos: uno en el Razzmatazz 1 de Barcelona (15 de noviembre) y otro en el antiguo madrileño Palacio de los Deportes (23 noviembre).

No todo es escupir hacia fuera, también hay que hacer autocrítica"

La M.O.D.A. es La Maravillosa Orquesta del Alcohol, y han creado himnos de una generación como son Los héroes del sábado, PRMVR o Campo amarillo, donde dejan claro que no han abandonado sus raíces.

Esta orquesta, que da protagonismo a cada instrumento, la forman Alvar de Pablo (saxofón, clarinete y coros), Caleb Melguizo (batería y percusiones), Joselito Maravillas 'El reverendo del blues' (acordeón y coros), Jorge Juan Mariscal (bajo), David Ruiz (voz y guitarra), Jacobo Naya (teclados, percusiones, banjo y guitarra) y Nacho Mur (guitarra). Este último responde a Vozpópuli, en pleno ensayo.

El grupo burgalés La M.O.D.A.

¿Por qué una orquesta y por qué del alcohol?

El nombre se decidió antes de pensar que todo esto fuera a ningún lugar, cuando respondía a la realidad que vivíamos, unos chavales de Burgos que empezábamos a tocar y nuestra intención era esa, con la que empiezan todos los grupos, tocar unas canciones de la gente que te gusta, intentar hacer canciones propias, beber unas cervezas… Y lo de orquesta es porque ya surgió el grupo con la idea de tocar instrumentos menos habituales, cogiendo ese espíritu de la música callejera. Siempre hemos intentado mantener la idea de los instrumentos acústicos, el bajo, mandolinas, clarinete, acordeón…

Muchas de vuestras letras contienen una gran dosis de crítica, aunque no demasiado directa. En 'Himno nacional', por ejemplo, decís: "Aprendemos que nos censuran a través de la palabra". ¿Os habéis tenido que autocensurar?

Nunca nos hemos autocensurado ni nos han censurado desde fuera. Nuestro estilo es ese sin premeditarlo. Nos gusta decir cosas, eso está claro, y hay una carga social en algunas de las canciones, pero sí, creemos que la belleza en el lenguaje es importante también ¿no? Y es como nos gusta consumir este tipo de letras aunque también nos parece necesario y hemos crecido escuchando a grupos directos y no son panfletarios. Nosotros no lo somos, nuestra apuesta es esa pero también nos gusta que cada uno tenga su propia interpretación, que no sean todo soflamas directas, sino que haya un poco de poesía y hablando desde un punto de vista en el que se cuida un poco más el lenguaje. Tiene que haber canciones que dejen claro un mensaje más crudo y otras con mensajes más poéticos, más literarios, con más metáfora, dobles sentidos

También hay mucha carga contra uno mismo, contra las dudas que tenemos todos, que no es escupir hacia fuera, sino también mirar dentro de uno, de nuestras contradicciones, de eso creo que hablamos casi más que de lo de fuera.

Habéis creado temas tan cantados como 'Los héroes del sábado'. Os hago yo a vosotros la pregunta: "¿Dónde están los que pueden cambiar el mundo solo con pensar?".

Los que pueden cambiar el mundo solo moviendo un dedo están escondidos, esos realmente son los que no lo hacen y a la mayoría yo creo que ni les ponemos cara. Al final el mundo lo cambia toda la gente, la que se levanta los lunes para ir a trabajar, esa es la gente a la que nosotros apelamos y la gente a la que admiramos, son nuestros héroes. Luego, la gente que puede cambiar el mundo con un chasquido de dedos son otros que tienen un poquito más de poder y que no conocemos. Esta es una oda a cada uno de los héroes que no salen en las portadas de los periódicos, a los que más olvidados suelen estar.

En esa misma canción decís: "El niño crecerá y entenderá lo que su padre ignora". ¿De qué no nos estamos enterando los adultos?

Entrar en cada frase es difícil porque sacarla de contexto y darle un significado es complicado y además no nos gusta mucho porque casi que preferimos las explicaciones que da la gente que lo que podamos decir nosotros. Es como si nosotros dijéramos "esta es la solución correcta". Esa canción ha llegado, sobre todo las del último disco, y preferimos que cada uno tenga su interpretación. Sobre todo David, que es el que escribe las letras, lo ha hecho con un sentido, pero está bien que cada uno tenga su interpretación.

Y, ¿quiénes son esas 'balas perdidas'? 

La pregunta es muy poética también (ríe), pero no lo sé. Se sigue disparando con balas. Nosotros aquí tenemos nuestro pequeño drama pero en otros países hay dramas reales ¿no? Mucho más grandes. Personas que tienen que salir de su país porque realmente se dispara con balas a diario. Lo que estamos viviendo aquí, sí, estamos en tiempos convulsos, momentos inciertos, de renacimiento de odios, de enfrentamientos que es una pena que existan. Todos deberíamos remar en integrar, cooperar, compartir, y no en dividir, odiar y separar. Todos tenemos nuestra pequeña responsabilidad en todo esto y que esto vaya en otro sentido. Es momento de tomar decisiones y decidir si queremos odiar al diferente o decir "este juego al que estáis jugando no nos representa y no vamos a secundarlo".

Nosotros, todos. Al final cada uno busca su pequeño consuelo y nosotros tenemos la música. Llena ese hueco y nos da ese consuelo para dar sentido a todo esto.

El grupo burgalés La M.O.D.A.

Sois de esos grupos que no han abandonado sus raíces, muestra de ello es 'Campo amarillo', un tema que ya es enseña de las tierras de Castilla. "La tierra que menos importa al Gobierno (...) Quieren hacer el agosto a nuestra costa". ¿Qué queréis contar?

Hablamos de nuestra tierra, de lo que hemos vivido en casa, de lo que han vivido nuestros abuelos, es nuestro homenaje a eso. No podemos cambiar la realidad, pero podemos con nuestras canciones poner la lupa en diversos sitios y el que nos interesa es ese porque es nuestra realidad. Somos de Burgos, todas nuestras familias vienen de pueblos pequeños, vemos cómo se están despoblando y ahora está empezando a haber mucha movilización, de la 'España Vacía' y se está hablando mucho ahora de que es necesario tomar conciencia y que es un problema, de falta de infraestructuras, de acceso a la cultura, de oportunidades… si no vives en una gran urbe no tienes derecho a muchas cosas. No es que nos lo imaginemos, es que lo vemos a nuestros alrededores. El vivir en Burgos hace que eso lo tengas muy cerca.

"Ser inmigrante en nuestro propio país"... ¿Así os sentís?

Sí, intentamos dar voz a los que no la tienen o los que su voz llega menos lejos que la nuestra, que podemos grabar discos. Está pasando eso, que los jóvenes tienen que irse de su tierra y ya no te digo a otros países, tienen que irse a otras universidades para poder tener un trabajo, y no debería ser así. Debería ser una elección, pero también la de quedarte en tu tierra y tener una formación o acceso a la cultura o poder estudiar. Tenemos a las zonas rurales olvidadas. Desde los estamentos tienen que poner de su parte, pero nosotros tenemos que concienciarnos de todo esto. ¿De dónde viene la comida que comemos?

Una de las más directas es 'Vals de muchos'. "De qué sirve odiar a un rey si tú también sueñas con serlo". ¿Somos unos hipócritas?

Nuestra manera de escribir las letras no es tan directo, no es tan de soflama de megáfono. También es mucha autocrítica y una de las críticas más importantes es la que se hace a uno mismo. Nosotros reflexionamos sobre eso. Todos tenemos claro: este tipo de gente lo hace mal pero luego hay gente que cuando está en el poder también lo hace. Entonces bueno, escupimos hacia fuera pero también hacia dentro, intentamos ver nuestras contradicciones y esa es una de ellas. Creo que está claro en esa frase, no hace falta casi ni interpretación. 

Además, en 'La inmensidad' habláis de "quitarle la piel al ego que arrastro". ¿Hay demasiado ego en esta profesión?

No hablamos de músicos ni de gente que se dedique a este oficio. Creemos que cualquier persona, sea panadero, sea banquero o sea músico puede pecar de eso. Otra vez vuelve a ser una autocrítica, nosotros en este disco siempre hablamos de la dualidad de eso, miramos y señalamos los demonios de fuera, pero también intentamos mirar y señalar a los de dentro. La búsqueda de uno mismo al final es mucho más dura y lleva más años que la lucha en la calle, que también es necesario, pero no siempre debemos echar la culpa a los demás y debemos mirar cada uno dentro. Nosotros intentamos hacer las cosas a consecuencia de nuestra forma de ver el mundo.

Y, tras dos años sin parar, os despedís con dos citas en Barcelona y Madrid. ¿Ganas de tomar aire?

Sí, creemos que nos va a venir bien tomar aire y tener tiempo para componer. Nos encanta tocar en directo, es lo que más, pero nos encanta pasar tiempo en el local, sin presión porque tengamos que tocar para un concierto para poder crear cosas nuevas. Tenemos muchas ganas de dar conciertos, este año aún nos quedan varios festivales, bastantes, y el final de gira va a ser una maravilla, poder despedirnos en Razzmatazz 1 y en el Wizink Center. Da energía para poder seguir componiendo, tomar perspectiva y valorar qué ha pasado en estos últimos dos años.

"No tengo nada que decir que no hayas oído (...) Las palabras que escribiré son vasos vacíos". ¿Existe ese miedo a no tener nada que decir en las canciones?

Claro que eso es un miedo, lícito y normal. No sé quién decía que todos los libros hablan de otros libros. Es lo que a nosotros nos mueve e intentamos decirlo de otra manera.

El grupo burgalés La M.O.D.A.

¿Nos estamos convirtiendo en consumidores de música rápida? "Cualquier pensamiento será desarticulado por la velocidad de nuestro tiempo", aseguráis en 'Altamira'.

Te podría decir que sí, pero nosotros somos el ejemplo de otra realidad. No hay que ser derrotistas y pensar que todo es una mierda y que todo va mal porque nosotros siempre intentamos decir cosas en las letras y la gente lo está recibiendo y nos preguntan sobre las letras. ¿La tendencia ahora es esa? No solo en la música, en la vida en general. Ahora es como que todo caduca rápido, todo se consume de manera muy rápida y muy caduca. Pero bueno, hay pequeños oasis, no solo en la música, gente que hace las cosas con amor y pausadamente. Cada uno es libre de elegir las canciones en Internet solamente, de manera rápida, que es una manera que te abre un montón de puertas, pero también se puede seguir yendo a la tienda porque cada vez quedan menos, a comprar un disco, llegar a casa y escucharlo de arriba abajo.

Nuestras letras no son tan de soflama de megáfono"

Y después de noviembre, ¿qué le espera a La M.O.D.A.?

A partir de noviembre haremos el final de gira y descansar, recapacitar y valorar todo lo que ha pasado en los últimos años y proponer nuevas canciones, algo que ya estamos haciendo. No sabemos cuándo grabaremos, pero tenemos muchas ganas de escribir nuevo material.

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