El cineasta mexicano Michel Franco dividió a su país natal en 2020 con 'Nuevo orden', una película violenta, directa, osada y radical que funciona como un aviso brutal ante la creciente desigualdad y ante la falta de empatía entre los privilegiados y quienes más sufren, y que recuerda inevitablemente a la oscarizada 'Parásitos', de Bong Joon-ho. Su propuesta, arriesgada e incómoda, fue tildada de "racista", "clasista" y demasiado "violenta" por parte del público, molesto ante la perspectiva de la clase alta del país desde la que está narrada. Para el director, esta polémica y el debate que ha generado a continuación es un "halago" hacia su película, un largometraje de casi hora y media de duración que nació con el espíritu "rebelde" de abrir los ojos y molestar.
"Tengo 41 años, he vivido en México toda la vida -salvo periodos cortos-, quiero mucho a mi país y me resisto desde niño a aceptar que la vida es así y punto. La corrupción se vive de manera cotidiana y la desigualdad social es el peor mal de nuestro país y del mundo", ha afirmado contundente Michel Franco en conversación con Vozpópuli durante su visita a España desde México para presentar este filme, que llega a los cines españoles este viernes. La acción de 'Nuevo orden' arranca en la boda de una pareja joven perteneciente a familias de clase alta de la sociedad mexicana. La celebración, con todo tipo de lujos, se verá interrumpida por las revueltas de la población más desfavorecida, lo que desembocará en un golpe de estado.
En palabras del director, 'Nuevo orden' retrata "lo peor de la sociedad", por lo que cree que es inevitable que eso moleste, ya que señala con el dedo a los "responsables de que las cosas no cambien". "La clase privilegiada sale bastante mal parada, son poco empáticos, maltratan a quienes trabajan con ellos. No diría que ahora merecemos levantamientos de ese tipo, pero parece que lo estamos buscando", ha respondido ante las críticas el cineasta mexicano, quien además defiende que la "peor" violencia de su película no es la física, sino "la que se vive de manera cotidiana en la humillación" y "en el trato que se normaliza".
Tenemos que sentir empatía por la gente que no está viviendo una vida digna con lo mínimo necesario, tenemos que dejar de fingir que las cosas no están tan mal y, sobre todo, es una llamada a la clase privilegiada y a los gobernantes para decirles que, si no cambiamos, vamos a llegar a un extremo similar al que se plantea en la película"
El cineasta refleja en esta película distópica, Gran Premio del Jurado en el Festival de Venecia, que la corrupción es un problema endémico y critica asimismo la connivencia del poder. "Tenemos que sentir empatía por la gente que no está viviendo una vida digna con lo mínimo necesario, tenemos que dejar de fingir que las cosas no están tan mal y, sobre todo, es una llamada a la clase privilegiada y a los gobernantes para decirles que, si no cambiamos, vamos a llegar a un extremo similar al que se plantea en la película", advierte Franco.
La sombra de 'Parásitos' y 'Joker'
No es una casualidad que en los últimos años se hayan estrenado con gran éxito de crítica y público varias películas que abordan precisamente este mismo asunto. Sin ir más lejos, en la pasada edición de los Oscar se batieron todos los récords del cine extranjero en la historia de estos premios gracias a 'Parásitos' (2019), del coreano Bong Joon-ho, al alzarse con los galardones más importantes: mejor película, mejor director, mejor guion y mejor película extranjera. Anteriormente, esta película, con la que se ha comparado la cinta de Franco, había sido galardonada con la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
A ella se suman 'Joker' (2019), de Todd Phillips, León de Oro en el Festival de Venecia, e incluso la apocalíptica serie francesa 'Colapso'. Para el director de 'Nuevo orden', "más que una coincidencia, es la prueba de que son necesarias" y considera que están atendiendo "temas urgentes". "Algunos amigos me preguntaron si me preocupaba que me ganaran el tema y me reí. No me preocupa ni me sorprende, tiene que haber más películas que hablen de esto".
La película no habla sobre unos políticos específicos, ni sobre izquierda o derecha, sino sobre desigualdad, y la militarización no es algo nuevo en México, lleva tres sexenios. Es imposible imaginar la reacción hace tres años, pero la película era necesaria entonces y lo sigue siendo ahora"
Mientras que la tensión de 'Parásitos' aumenta de manera progresiva, en el caso de 'Nuevo orden', el director va directo al grano y arranca la acción violenta a los pocos minutos de dar comienzo el filme. Según apunta, no ve "una manera suave de hablar de la manera tan equivocada en la que se está viviendo" porque está convencido de que cuando algo así ocurre no existe nunca "un aviso" ni un "desarrollo", sino que "de pronto explota". En cualquier caso, ha defendido el carácter universal de la trama, a pesar de desarrollarse en un país que lleva años "muy polarizado". "La película no habla sobre unos políticos específicos, ni sobre izquierda o derecha, sino sobre desigualdad, y la militarización no es algo nuevo en México, lleva tres sexenios. Es imposible imaginar la reacción hace tres años, pero la película era necesaria entonces y lo sigue siendo ahora", ha explicado.
¿Optimista o pesimista? Michel Franco defiende que él es un cineasta "con esperanza", pero lo cierto es que retrata a una sociedad global incapaz de dejar de caer en los mismos errores y repetir las mismas injusticias. Tal y como él mismo reconoce, de manera indirecta, recuerda la máxima de 'El gatopardo', la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, en la que uno uno de sus personajes señala: "Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie".
De hecho, aunque proyecta el optimismo en el personaje de Marian, la novia, destaca que su ingenuidad lleva al fracaso y que "la voluntad no es suficiente para cambiar las cosas". Sin embargo, sí ve "esperanza" en el hecho de revelar los mecanismos de la corrupción y la desigualdad, así como "hacerlos evidentes". "Son cosas que todos sabemos, pero verlas en pantalla es como verlas en un espejo, y ahí quizás viene el cambio. No creo que una película pueda cambiar al mundo, pero puede contribuir al diálogo", ha concluido.