Mel Gibson se ha ganado el rechazo del sector más progresista de Hollywood. Entre todas las polémicas que ha protagonizado fuera de pantalla destaca la que envuelve a La Pasión de Cristo, filme que estrenó en 2004 y que dará pie a una secuela. Sobre la película, donde los judíos trazan un maléfico plan para asesinar a Jesucristo chantajeando a Poncio Pilatos, Frank Rich publicó una crítica en el New York Times en la que cuestionaba la veracidad de las declaraciones del Papa en las que supuestamente definía la obra de Gibson como "increíble" y "todo sucedió tal y como lo cuenta". Unas palabras que también desmentiría el propio Vaticano, pero el director optó por revelar sus apetencias en torno al futuro del periodista. "Quiero matarle, quiero sus intestinos en un palo, quiero matar a su perro".
Con su último estreno Gibson ha logrado mantener el fervor de sus devotos, como el escritor Juan Manuel de Prada
Aparte de antisemita, Gibson también ha sido tachado de homófobo, racista y violento, por lo que su vuelta a la dirección diez años después desde Apocalypto con Hasta el último hombre -estrenada en España este miércoles- ha escocido a muchos de sus compañeros. Consciente de ello, el cineasta ha dicho que "no hay que dramatizar". "Peter Weir, que es uno de mis mentores, también pasó siete u ocho sin dirigir y sigue siendo un grande. Lo que pasa es que yo hago el tipo de cine que nadie quiere hacer. Braveheart, Apocalypto, La pasión de Cristo… Nadie más que yo haría esas cosas. Estoy acostumbrado a cargarme mis películas a las espaldas. Ahora bien, estoy cansado de trabajar así", ha reconocido en una entrevista publicada por el El Periódico.
Hasta ahora, Gibson cuenta con cinco películas en su mochila de director, cinco apuestas con un denominador común: todas cuentan con algún héroe marginado por la sociedad y no escatiman en violencia. Aunque aún es pronto para saber si Hasta el último hombre servirá al australiano para reconciliarse con la industria -su cinta ha sido elegida como una de las diez mejores películas del año por la National Board Review-, al menos sí ha conseguido mantener el fervor de sus devotos, como el escritor Juan Manuel de Prada. "Y, además de estrenar película, Mel Gibson anuncia que está preparando una continuación de la Pasión, para celebrar que cree en un Dios que sabe salir de la tumba, y también sacar de ella a los apestados que el mundo entierra. Preparaos, patulea, porque vuelve Gibson, y os va a partir la jeta a pollazos", celebra De Prada en su provocador artículo en XL Semanal.
Hasta el último hombre (2016)
En su última película Gibson recoge la historia Desmond Doss (Andrew Garfield), el primer objetor de conciencia en recibir la Medalla de Honor del Congreso de los Estados Unidos. Durante la sangrienta batalla de Okinawa de la Segunda Guerra Mundial, Doss salvó a 75 hombres sin llevar encima un arma. Era médico del ejército y, aunque creía que la guerra estaba justificada, para él matar estaba mal y fue el único soldado americano que luchó en primera línea de la contienda, evacuando a los heridos desde las líneas enemigas.
Apocalypto (2006)
En esta producción el actor estadounidense criado en Australia narra los últimos días de la civilización maya. La representación que hizo de los indígenas provocó el enfado de los líderes de algunas comunidades guatemaltecas, pues consideraban que el aspecto temible con el que aparecían los mayas, con cicatrices en la cara, sosteniendo lanzas y sacrificando humanos promovían estereotipos en torno a su cultura. Incluso, llegaron a intentar que no se exhibiera en las salas.
https://youtube.com/watch?v=T-SN5_oC57A
La Pasión de Cristo (2004)
Con esta película el director quiso reconstruir de manera realista las últimas horas de Jesús, desde que es apresado en el huerto de los olivos, hasta su muerte en la cruz en el Gólgota, sin olvidar su Resurrección. Quería repetir con fidelidad lo recogido en los Evangelios, por lo que no escatimó en azotes y latigazos. El resultado fue una película muy sangrienta y algunas voces se alzaron en su contra argumentando que se trataba de un filme antisemita.
https://youtube.com/watch?v=sCr51zM6qB4
Braveheart (1995)
Producida y protagonizada por Mel Gibson, Braveheart es una cinta épica basada en la vida de William Wallace, un héroe nacional escocés que participó en la Primera Guerra de Independencia de Escocia. Para librar la batalla final de la película eligió como extras a los hombres de dos pueblos rivales, por lo que muchos de ellos tuvieron que recibir asistencia médica después de rodar la escena. Fue ganadora de cinco Premios de la Academia, incluyendo el Oscar a la Mejor película.
El hombre sin rostro (1993)
Es la ópera prima de Mel Gibson como director. La historia elegida para debutar detrás de la cámara está basada en la novela homónima de Isabelle Holland, que data de 1972. En ella, Chuck, un muchacho sin padre y criado entre un grupo de mujeres intrigantes y autoritarias, se relaciona con Justin McLeod (Mel Gibson), un profesor que tiene el rostro desfigurado. Una cinta sobre la justicia y sobre cómo aprender a vivir sin prejuicios según publica el portal especializado Filmaffinity.
