La intensa luz del Mediterráneo, las escenas llenas de color, la captación de los reflejos sobre el mar y de los instantes efímeros…Y es que el valenciano Joaquín Sorolla (Valencia, 1863-Cercedilla, Madrid, 1923) ha sido históricamente asociado como el “pintor de la luz”. Sin embargo, el negro, aquel tono oscuro y sombrío y considerado como la antítesis del color, también estuvo presente de forma notoria en su paleta durante toda su carrera.
Sorolla y el negro. Parece una contradicción en sí misma. Parece anunciar lo contrario de lo que uno espera del Sorolla, creador de escenas de playa que forman parte del imaginario colectivo veraniego. Del Sorolla, retratista del agua y los reflejos del sol sobre ella, de los bañistas, de los niños en la orilla y de la 'España blanca'. Sorolla y el negro, tiene la fuerza de un oxímoron… Anuncia lo contrario que uno espera ver del pintor.
'Sorolla en negro' es el nombre de una de las exposiciones más relevantes del verano madrileño. Una muestra que saca al visitante de su zona de confort y confronta las ideas preconcebidas sobre el pintor; invitando a reflexionar con el fin de poder concebir la obra del artista valenciano en toda su complejidad al enfrentar el negro, sus significados, valores o sugerencias anímicas vinculadas, con la poética del artista.
El visitante antes de llegar a la exhibición -situada en la casa del pintor- traspasa el jardín y se adentra en el interior de la colección acompañada algunas partes con esculturas de Mariano Benlliure. Sube a la segunda planta y se encuentra con las cuatro secciones temáticas que estructuran la muestra: 'Armonías en negro y gris', 'Negro simbólico', 'Superficies negras y oscuras' y, por último, 'Monocromías'.
‘Armonías en negro y gris’
La sala repleta de retratos, donde prima el juego armónico de los tonos protagonistas. Ellos, reservados, austeros, serios. Ellas, elegantes, sofisticadas, sensuales. A Sorolla le gustaban las mujeres vestidas de negro, especialmente su esposa, Clotilde García del Castillo. Así lo reflejan decenas de cartas: "Dime si quieres un vestido de seda negro, de los que ahora tan bonitos se llevan", pregunta a su esposa desde París el 2 de octubre de 1913.
Sus lienzos son la herramienta perfecta para transmitir la posición, la clase e incluso edad de los retratados.
El uso de estas gamas debe tanto a la tradición pictórica española y, en particular, del conocimiento del Greco, Velázquez y Goya. Y no en vano, una de las obras expuestas es Retrato de Manuel Bartolomé Cossío, quien fue autor del primer gran estudio del cretense. De ahí que tras el personaje pinte una reproducción de El caballero de la mano en el pecho y genere un diálogo entre el rostro de este y el del intelectual.
Asimismo, estos tonos debe de una reinterpretación moderna como punto de unión con su época, bajo la influencia de artistas internacionales tales como Manet y Whistler. Así como, por la llamada “escuela del gris” liderada por Ramón Casas y Santiago Rusiñol.
Por otra parte, se ve, una vez más en los retratos, la presencia de la moda en la obra del valenciano. Ya que en Occidente, la indumentaria con esos tonos se impuso desde comienzos del siglo xix. De este modo, sus lienzos son la herramienta perfecta para transmitir la posición, la clase e incluso edad de los retratados.
‘Negro simbólico’
El espacio más dedicado a ese simbolismo negativo del negro. De la elegancia o de la sobriedad, al pesimismo y la tristeza, incluso la maldad y la muerte. Nadie, ni siquiera un pintor naturalista como Sorolla, escapa a la poética del color de la decadencia, de la 'España negra'.
Y en esta sala se exhiben algunas de las obras más crudas. Lienzos que plasman los problemas sociales de su tiempo como Trata de blancas para la prostitución o Estudio para «¡Otra Margarita!». Este segundo refleja el traslado de una mujer en tren al juzgado de Madrid, custodiada por dos guardias civiles, acusada de haber abortado para salvar su honra. Se trata del primer asunto que abordó Sorolla dentro del realismo social.
‘Superficies negras y oscuras’ y ‘Monocromías’
Por otro lado, cómo impresionista, está influenciado en gran parte por la estampa japonesa. Una conexión que no ha de extrañar pues Sorolla contaba con tres álbumes de estampas japonesas en su colección. En la tercera temática el negro es la base y superficie que crea contrastes radicales y potencia el resto de colores. Así se ve reflejado por ejemplo en La sombra de la barca, en el cual, la barca y su sombra son el eje central de la composición y, se contrapone al color crema de la arena o a los diferentes azules del cielo y del mar.
Sin embargo, en 'Monocromías', el mar, que imaginamos azul, se vuelve oscuro. La atmósfera, en lugar de ser clara, se torna sombría. El negro tiñe a las playas del pintor en atmósferas impregnadas de melancolía. En particular, La sorpresa de Zahara, 3º, Interior de una fonda es una obra donde la influencia de las pinturas negras de Goya es indudable.
'Sorolla en negro' es una oportunidad de acercarse al Sorolla más desconocido, pero también una ocasión para comprender la importancia del color negro en la pintura de entre siglos, tanto a nivel técnico como conceptual. Una muestra compuesta por más de 62 obras procedentes del propio museo y de otras instituciones y colecciones particulares. Comisariada por Carlos Reyero Hermosilla y abierta al público hasta el 27 de noviembre de 2022 en el Museo Sorolla.
Cibeles
Maravillosa exposición
font
Sorolla es sencillamente impresionante.